domingo, 29 de abril de 2012

INMIGRACIÓN Y XENOFOBIA

Abordo el reto de escribir sobre un tema delicado convencido de que puede servir para un debate fructífero, además de aclarar algunas cuestiones. Quiero indicar que estamos ante uno de esos trucos del lenguaje políticamente correcto que busca eludir la confrontación intelectual con sus contradicciones descalificando a los oponentes, con la aplicación de términos o consignas agresivas y simplificadoras que convierten en loco o monstruo a quien osa replicar contra las imposiciones del pensamiento único dominante.

Ése caso se produce cuando se intenta ahondar en el grave problema de la inmigración en las sociedades occidentales. Rápidamente el complejo debate queda anulado cuando llega inmediatamente el insulto de “xenófobo” de la misma manera que cualquier opinión que no asuma lo que imponen los lobbies gays queda reducida a una expresión “homófoba.” No nos vamos a callar, porque lo que diremos no tiene nada que ver con esos calificativos que retratan el poco nivel de quien los vomita.

El pensamiento tradicional español, inspirado en un auténtico catolicismo, es pionero en respetar tanto los derechos de los ciudadanos del propio suelo original de la nación como el de los ciudadanos de los territorios que se incorporaban al más inmenso imperio que conociera la Historia. Nos referimos a la claridad de ideas de Isabel la Católica, de Carlos V y de Felipe II; y a las de la Escuela de Salamanca: a pesar de los errores nunca hubo dudas de que los habitantes de más allá de los mares eran ciudadanos de las Españas con todos los derechos. Cosa digna de presumir, ya que algunas naciones esperaron al Siglo XIX para abolir la esclavitud o al XX para conceder el mismo nivel de ciudadanía a los negros.

Con varias anécdotas de la vida, intentaré abordar la gravedad del problema a nivel económico y a nivel cultural:

El otro día, leí en el diario de cierta secta mediática nacida de los últimos poderes del franquismo –qué bien mantienen algunos su poder en dictadura o democracia- contundentes críticas de la reforma sanitaria del Gobierno de Rajoy sacando a relucir el lamentable caso de que con las nuevas leyes que pretenden ahorrar costes al sistema de salud, “un inmigrante irregular con tuberculosis se quedaba sin atención médica.” Si en esta sociedad se pensara con criterio, caería el redactor  inmediatamente en la cuenta de que el fondo del problema no está en la dureza sentimental de ver a un inmigrante que se queda sin medicinas, sino que se sitúa precisamente en que tenemos inmigrantes irregulares. ¿Cuándo entenderán algunos que el Estado no debe ejercer la caridad, entre otras cosas, porque además de hacerlo mal y a un precio altísimo, la caridad se realiza de persona a persona, porque es una cuestión de amor? Aquí queda reflejado el problema económico de la inmigración: en una economía agotada, no podemos ser la enfermería del mundo. Quede claro que todo el que asuma sus cotizaciones legales a la Seguridad Social de acuerdo a la legislación, tiene derecho a una asistencia correcta, venga de donde venga. En éste sentido, la labor que hace la Iglesia en los territorios que sufren una inmensa pobreza muestran el camino correcto para abordar el drama: desarrollar de una vez los países de origen en vez de lanzar a  hombres, mujeres y niños a un mundo distinto y difícil, que muchas veces jamás les dará lo que soñaron cuando dejaban su tierra.

Hace casi ocho años tuve ocasión, con motivo de una celebración familiar, charlar con un obispo de una diócesis del sur de España. Recuerdo su angustiosa exposición sobre el problema de la inmigración musulmana en la capital de su provincia. Nos explicaba como los inmigrantes colonizaban barrios comprando casas y locales,  financiados a veces por las monarquías dictatoriales de Arabia y Marruecos. Iban comprando pisos en una comunidad, luego dominaban una manzana, controlaban un colegio, construían su mezquita y, al final, se hacían con el comercio del barrio, donde mayoritariamente venden productos que sólo consumen ellos. En pocos años, se habían adueñado de algunos pueblos enteros y de gran parte de la capital de la provincia. Por supuesto, por mucho que ahora intenten contarnos eso de la tolerancia multicultural, habían aumentado los problemas de convivencia y muchos ciudadanos españoles se habían marchado a otros pueblos o ciudades. Con este ejemplo queda retratado fundamentalmente el problema de la inmigración en el ámbito cultural, que sólo se produce cuando llegan personas con otra cultura que, en lugar de adaptarse al país de acogida intentan  -y logran con el tiempo- una conquista cultural. Es verdad que en este punto conviene señalar que el abandono de las propias tradiciones culturales españolas o europeas facilita la expansión de las ideas invasoras. Aquí, la izquierda se convierte en una aliada de la invasión cultural islamista, no sólo contribuyendo a demoler la estructura del enorme edificio de la cultura europea, sino también apoyando políticamente a los musulmanes mientras que persigue a la Iglesia. También, debe señalarse que hay inmigrantes de otras procedencias que no suponen un problema cultural, como es el caso de los pueblos europeos o de los hermanos de Hispanoamérica. Por último, es justo indicar que existen casos particulares positivos en el caso de la inmigración musulmana que sabe adaptarse y negativos en el caso de los hispanoamericanos o europeos que viene con un claro objetivo de delinquir.

La semana pasada una persona me insultó porque en Twitter escribí que “iba a comprar pan al chino.” Aquel sujeto sostenía que comprar pan en un chino era una traición a la nación por no apoyar el comercio local. No me preocupa que me descalifiquen por una pistola, que por cierto está bastante buena y resulta que la que vende el chino, nacido en España, viene de una fábrica de pan de Valdemoro y sólo cuesta 0,45 €… Pero con esta anécdota que muestra las quejas ante el auge de los chinos, abordaremos también el caso de la inmigración de los chinos, que, digámoslo claro, es una auténtica colonización económica pero no veo tan claro que suponga un problema cultural. Resulta, aún así, una injusticia que los chinos se beneficien de ventajas de las que carecen los españoles y que les permiten que sus negocios sean más competitivos. ¿Es del todo cierta esa afirmación tan extendida? En cualquier caso, no creo que haya muchos españoles dispuestos a regentar un negocio como lo hacen los chinos. Si se gana tanto dinero, ¿por qué no hay tiendas como las de los chinos en manos de españoles? Porque ha resultado que la cadena de supermercados DIA acaba de inspirarse en las tiendas de los chinos para vender productos baratos, durante casi todo el día y festivos, a precios muy competitivos. No es un asunto sencillo, porque podría darse el caso de que, después de una conquista comercial, los chinos pudieran tener como objetivo una transformación de la cultura que les acoge.

El caso de Francia, un país con una inmensa inmigración musulmana, es un ejemplo a lo grande de lo que ocurre en casi toda Europa. Pero en Europa se ha decidido despachar el éxito de Marine Le Pen con el cuento de la ultraderecha y la xenofobia, en vez de profundizar en la preocupación de los seis millones y medio de franceses que han expresado su malestar con el rumbo que han tomado Francia y Europa, votando al Frente Nacional. El caso más parecido en España es la Plataforma por Cataluña de Anglada, que se enfrenta al problema de la inmigración islamista en Cataluña, donde el asunto es especialmente grave.  

Con todo, concluyo que rechazar estas consideraciones como mera “xenofobia” no aminora el grave problema humano de la inmigración, tanto para la sociedad que la recibe como para el ser humano que llega, que a mí también me apena y preocupa. Desde el punto de vista cristiano no conviene caer en un buenismo imposible para una política coherente, si bien en nuestros fundamentos culturales –como se ha señalado- encontramos los mejores cimientos para el respeto a los derechos humanos que toda persona tiene. Una vez planteada la cuestión, queda abierto el debate: ¿qué les parece todo esto?

sábado, 28 de abril de 2012

UN LIBRO: GUERNICA FRENTE AL MITO

El jueves escuché en el taxi, cuando regresaba de Intereconomía de presentar La Tesis Prohibida en el programa de José Javier Esparza, parte de un programa de una radio sectaria que repetía, con motivo del 75 aniversario del bombardeo de Guernica, los mismos mitos de siempre.

Frente al mito, la Historia. El jueves se presentó en Madrid el nuevo libro de Jesús Mª Salas Larrazábal, GUERNICA: EL BOMBARDEO, LA HISTORIA FRENTE AL MITO, de la editorial http://www.gallandbooks.com


Los orígenes historicos del mito de Guernica pueden verse en el centenar de páginas del capítulo primero del libro del polemista norteamericano Herbert R. Southworth: «La destrucción de Guernica». Jesús Salas Larrazábal ha estudiado profundamente todas las afirmaciones que dicho autor ha realizado y, sin prejuicios, ha llegado a conclusiones sorprendentes que dejan fuera de lugar la mayor parte de las mismas. La primera noticia verdadera de lo ocurrido en Guernica la recibió Mola el mismo dia 29 de abril en que sus tropas penetraban el la villa, aunque, de momento, no la quiso aceptar. En 1981, las líneas generales de lo ocurrido en Guernica el 26 de abril de 1937 estaban aclaradas y Salas publicó su primer trabajo. Seis años más tarde, en 1987, se editó el libro «Guernica» en el que el autor dejó aclarados la mayor parte de los temas debatidos hasta ese momento.

Con este nuevo libro, estamos ante un compendio definitivo sobre lo que ocurrió aquél día. Y es algo fundamental, porque frente a la manipulación de la Historia, hay que señalar que no habrá reconciliación auténtica, es decir, perdón, sin antes tener clara la verdad de los hechos, una vez despejados los mitos de la propaganda. Por eso los que más manipulan la Historia son los que menos quieren reconciliarse.

jueves, 26 de abril de 2012

HOY A LAS 20h ESTARÉ EN INTERECONOMÍA.

Queridos amigos, esta tarde, de 20 a 20:30 h estaré en CON OTRO ENFOQUE, el interesantísimo programa de José Javier Esparza, sobresaliente periodista y escritor, en Intereconomía Televisión. Me han invitado para charlar en directo sobre mi novela LA TESIS PROHIBIDA.

Para mí es muy emocionante volver a las pantallas del Grupo Intereconomía, donde tantas personas hacen un gran esfuerzo por llenar un espacio que, hasta hace pocos años, estaba vacío.

En el caso de que no podáis ver el programa en directo, lo podréis ver en la web oficial de la cadena, donde suelen colgarlo caundo acaba. En este link lo tendréis a partir de las 20:30 h.

http://www.intereconomia.com/programa/otro-enfoque

martes, 24 de abril de 2012

¿GOBIERNO DE SALVACIÓN O GOBIERNO DE TRANSICIÓN?



La duda es razonable. Porque si bien, antes de las elecciones, advertimos de la poca confianza que podía darnos Mariano Rajoy debido a sus extraños cambios desde que volviera a perder en 2008,  hoy ya no se puede dudar de que el hoy Presidente desde hace ya 4 meses –cómo pasa el tiempo- está gobernado de una manera surrealista, alucinante, equivocada y francamente negativa para los intereses de la nación.

Es absurdo, por cuanto su gran mayoría absoluta ha resultado no servir para nada, que en todo busca aprobación del socialismo o del separatismo. Y bien que pedía durante la campaña electoral la mayoría que se le dio: “Pedimos una mayoría amplia para hacer las reformas que España necesita; seré un Presidente previsible, recuperaré la confianza, nosotros sabremos sacar al país de la crisis como hicimos en 1996…”  Quizá no se daba cuenta de que la situación de 1996 era maravillosa comparada con la actual, a pesar de la ruina que siempre deja el socialismo cuando gobierna…

Pero cuatro meses después de su gran victoria electoral, Rajoy ya no tiene, ni debe buscar, excusas. Ya debería haberse dado cuenta de que los cálculos interesados no funcionaron en Andalucía; ya debía haber comprobado cómo la excusa de la mentira del déficit socialista no puede servir cuando antes de las elecciones se sabía del agujero que nos dejaba ZP –y era de esperar-; ya podría ir comprendiendo que no va a colar su proceso con ETA –la gente no va a tragar con chusma tipo Oyarzábal, por más extraños apoyos que le mantengan en su puesto después de haber insultado a las Víctimas del Terrorismo-; ya debería ponerse las pilas con la reforma del modelo de Estado; ya debería haber hecho algo para acabar con la vergonzosa cifra de abortos  -un tema clave para quienes aún siguen confiando, a pesar de todo, en la evidente trampa que supone el PP- y ya por fin, Mariano Rajoy debía ir entendiendo que si no gobierna, no será él el gobernante que pase a la Historia por haber salvado a España de uno de sus peores momentos de ruina y fracaso nacional, sino tan solo será recordado como un mediocre Presidente de fin de ciclo, un gobernante de transición con la espantosa duda añadida de que no sabemos hacia dónde nos lleva.

Ya me gustaría a mí no tener que escribir estas cosas. Pero frente a lo que se ha dicho de las elecciones de Andalucía, pocos han señalado la lección de los 400.000 andaluces que votaron al PP en noviembre y que no quisieron volver a votar al PP en marzo. ¿Cuántos asesores de amplio salario habrán realizado un diagnóstico acertado de lo que ha ocurrido?  Tampoco se está resaltando el impresionante resultado del Frente Nacional francés: tan sólo se repite “¡que viene la ultraderecha!” Sin caer en la cuenta de que hay millones de franceses que están tan hartos de la UE, del sistema, de la estafa de la política actual, como lo estarán cada vez más los españoles ante la irresponsabilidad del Gobierno que tan bien, y tan lamentablemente, sabrá aprovechar el PSOE. ¿No es evidente que precisamos urgentemente de reformas de gran calado? ¿Por qué ni siquiera el PP lo intenta?

Quizá haya una respuesta… Cuando hace un año corregía mi novela La Tesis Prohibida, jamás pensé que fuera tan cierto que algunos hechos criminales remotos pudieran explicar el presente y el pasado cercano. Pero lo que más me está quitando el sueño es que, La Tesis Prohibida, está explicando el futuro que nos espera en el cortísimo plazo. Quizá Rajoy esté haciendo muy bien -para ciertos intereses- un extraño papel, pactado en el secreto del consenso que padece la nación, para cierta transición hacia algo que ya no podrá llamarse España.


viernes, 20 de abril de 2012

PORQUE LA III REPÚBLICA NO TIENE QUE SER LA II

Dedicado a Irene Sanz @irene_airmiles
Porque ella sabe que somos de los que miramos al futuro con la ilusión de una España mejor.


En estos días hemos escuchado críticas tan duras como justificadas contra la Monarquía. Lo más sorprendente es que ahora se han unido varios de los cortesanos juancarlistas, pero sólo por como si cazar elefantes invitado por empresarios que se cobrarán sus gastos solo fuera malo porque se hizo con el país arruinado. Vamos, que en bonanza, esa misma acción no resultaría censurable. Muchos también, después del caso Urdangarín-Infanta-Rey, han dicho basta ya, pero callaron desde hace años a pesar de que los desmanes del Rey vienen siendo habituales desde que es príncipe. Los menos, han seguido defendiendo a Juan Carlos I, justificando su viaje con la sencilla estupidez de que era privado…

No nos interesa hoy tanto la polémica sino un análisis profundo de la posibilidad de una República sensata y razonable, por cuanto, a pesar de los desmanes, las comisiones, los regalazos, las mujeres y las cazas, muchos siguen defendiendo a una institución desprestigiada por los que deberían dignificarla, sólo por el miedo que tienen a que ocurra algo semejante a lo ocurrido con la II República, es decir, que la izquierda se adueñe de sus destinos. Es lamentable –tan lamentable como absurdo- que cuando hubo oportunidad de restaurar una Monarquía auténtica fuera el propio Rey el que se echara en manos de los enemigos de la Corona. Pero no tengo hoy espacio para explicar lo que es inexplicable sin recurrir a estas tramas secretas que medran en la oscuridad mediante el chantaje y la amenaza…

Pero de venir la República, más nos vale estar preparados precisamente para que no ocurra el desastre. Es más, estoy convencido de que la derecha conservadora, tradicional, liberal –todas las que sean nacionales- deben, por España, articular una alternativa republicana cuanto antes que no deje paso a lo que la izquierda sin duda quiere imponer. Porque existen alternativas al proyecto totalitario de la izquierda que pedirá la República, como en 1931, si le conviene a sus planes y si la comodona  derecha no se defiende.

Ya hemos comentado aquí el libro profético ¿Hacia la III República? escrito en 1979 por mi abuelo Blas Piñar. Si el Rey lo hubiera leído, podría haber evitado lo que le tienen preparado, desde hace años, sus amigotes, pero realmente adversarios, de la izquierda…

Transcribo unos párrafos, de 1979 -repito-; tomen asiento y respiren:

Si no fuera posible una Monarquía tradicional y representativa, sería preferible una República presidencialista al servicio de la Patria, que una Monarquía degradada que no tuviera de Monarquía más que el nombre y la Corona.

Es inexacto el antinomio Monarquía-República, porque lo contrario de la Monarquía es la poliarquía.  Es cierto que en el lenguaje vulgar se oponen por las amargas experiencias de 1873 y 1931, identificándose la República con el caos y la desintegración nacional; pero que ello sea así no obliga a dislocar el debate.

Partimos de que la Monarquía lo es sobretodo por el hecho de que en ella existe unidad de poder.  Por ejemplo, la Iglesia Católica, en su estructura visible es una Monarquía con un llamamiento vitalicio por elección.

Cuando Luis XIV dijo “el Estado soy yo” la Monarquía dejó de serlo. El absolutismo se importó a España durante el siglo XVIII acabando con la Monarquía auténtica. Para limar su poder, se introdujo, con el liberalismo, la ruptura de la unidad de poder mediante la división de poderes. En la Monarquía liberal el Rey reina pero no gobierna y por tanto es irresponsable. La Monarquía auténtica debe tener poder y unidad de mando, aunque luego ese poder tenga varias funciones: legislativa, ejecutiva, y  judicial. Y la Monarquía actual no es la auténtica, sino que es laica, liberal, partitocrática y parlamentaria.

La alternativa a la Monarquía  actual es una fórmula que no se ha probado en España: la República presidencialista, que puede ser una solución monárquica: si la Monarquía liberal es una República coronada, la República presidencialista es una Monarquía sin Rey. Lo que distingue a la auténtica Monarquía es la unidad de poder y la sucesión pero lo que la garantiza es lo primero.

Es evidente que tenemos todo un campo por explorar y que, seguramente, allí se esconda el secreto de la auténtica democracia que urge en España.

Para profundizar más en este asunto tan interesante, se puede adquirir el libro de mi abuelo llamando por las mañanas de días laborables en el 915766897 y en la web:

miércoles, 18 de abril de 2012

DESPEDIR A UN CURA

Pocas veces se publican noticias positivas acerca del quehacer de la Iglesia. En estos últimos días, si hemos tenido que soportar una gran polémica –más bien una campaña- contra un Obispo por su homilía del Viernes Santo, en cambio, un gran manto de silencio ha escondido la preciosa iniciativa del Obispo de San Sebastián de celebrar una Misa por todas las Víctimas del Terrorismo. Es lamentable porque, sin duda, como me decía el otro día mi hermano, hablar de las cosas buenas ayudará también a mejorar nuestra sociedad.

El pasado sábado, día de la Divina Misericordia -fiesta instituida por Juan Pablo II, en la que providencialmente falleció, inspirada por una santa polaca-, acudí a mi parroquia a la Misa de despedida del párroco, que además es el cura que me casó y ha bautizado a mis hijas. Llegué con tiempo de sobra y ya no había sitio. El párroco había pasado once años con nosotros y Dios, por medio del sacerdote, había obrado un gran milagro de conversión: cada domingo acudía más y más gente a Misa. Al fondo del templo, una gran imagen del Cristo de la Misericordia que él había mandado colocar, transmitía, con profundidad teológica, el gran Misterio de la Gracia, precisamente entre la pila bautismal y el confesionario…

La Iglesia, atestada de gente. Por un lado, el coro de mayores y por otro, el de jóvenes. Familias enteras. Gente de otras parroquias donde el sacerdote había dado su testimonio. Niños a los que había bautizado o dado su Primera Comunión; todos allí para mostrar su cariño, para acompañar, para rezar y para dar gracias a Dios. Todos, tan distintos: como una sociedad perfecta que quiere cimentar sus pilares en la Fe, la Esperanza y la Caridad.

La Fe de tantos que siguen creyendo, mayores y jóvenes… La Iglesia sabe, aunque se oculte, que desde Juan Pablo II comenzó una larga primavera, después de años de crisis y, dónde la Iglesia es fiel a su Tradición y a su Magisterio, la Fe florece y da fruto abundante.

La Esperanza, recordando a tantos que fallecieron y que, se cree, están en el cielo. La esperanza de que Dios siga derramando su gracia para que seamos cada vez  mejores, para que el sacerdote siga siendo fiel en su nuevo destino y para que el nuevo párroco sea feliz en esta parroquia.

La Caridad, presente por ejemplo en la Madre Superiora de las monjas que se hacen cargo del Cottolengo derrochando su amor por unos enfermos que la sociedad quisiera borrar del mapa. Una caridad que se muestra de forma patente y generosa cuando el sacerdote anuncia que la colecta es para Cáritas y su lucha contra el paro y la pobreza.

Y D. Ángel, el párroco que se despide, con toda la sencillez de un hombre que ha puesto su vida en manos de Dios, explicaba con sentido del humor:

-Mi madre me ha dicho que cómo dejo esta parroquia, con lo que me queréis. Y yo le he dicho: mamá, pregunta a Antonio; ¿a cuál? Decía ella. Pues a Rouco Varela que decide asistido por el Espíritu Santo.

Y recordaba lo más importante:

-Sin Dios no podemos hacer nada. Todo se lo debemos a su Misericordia. No dejéis de asistir a la Santa Misa y confesaros.

Y nos dio la bendición. Y nos fuimos en paz y alegres.

sábado, 14 de abril de 2012

"AL REY LA HACIENDA Y LA VIDA SE HAN DE DAR, PERO..."


 El marketing es un instrumento útil en los productos que se compran y se venden, por cuanto es una ciencia enfocada sobre el estudio de los gustos para atraer a los consumidores con los mejores atributos de lo que se quiere colocar en el mercado buscando la mayor rentabilidad… Pero a veces es contraproducente cuando se centra sólo en ventajas sin fundamento, pues los compradores se acaban dando cuenta y reaccionan con virulencia e indignación. Con más motivo esto ocurre en los asuntos públicos en los que se pretendieron estafas que se quisieron colar a la sociedad con altas dosis de marketing

Ocurre así con el llamado juancarlismo, forma absurda de monarquismo oportunista. Así, descubierto el pastel por cada vez más gente, hemos llegado a la definición del periodo histórico nacido en la Transición  –la mejor definición y la más valiente- de D. Roberto Centeno: “Monarquía oligárquica corrupta”.

Nos hemos despertado –tiene gracia, un 14 de abril- con que el Rey había sido intervenido de urgencia anoche en una clínica de Madrid por haberse dañado la cadera en una caída en Botswana, país típico para esas cacerías exóticas de la gente del poder y del dinero… En fin, España arruinada e intervenida, el nieto en el hospital, el yerno en los tribunales y el Rey, de caza… ¿Acaso no se convierte este hombre en el peor enemigo de sí mismo, justificando a los que se olvidarán, cuando interese, de su juancarlismo interesado? ¿No da la sensación de que en el fondo, también, al Rey alguien le está complicando adrede la existencia? No se pueden tener peores aserores... Con toda lógica, hoy mismo aparecían unas declaraciones de Tardá, Diputado de la Esquerra Republicana, en El Mundo: "el Rey se ha beneficiado del juancarlismo y lo va a pagar. Nosotros los republicanos siempre hemos tenido buenos aliados en los Borbones."

Y algunos se asustan. El otro día, un conocidísimo escritor monárquico me decía, ante mi crítica al Rey, que “es verdad que a veces ha pitado mal pero es un buen árbitro y en cualquier caso peor son las banderas republicanas.” Es cierto, si entendemos esas banderas como las de 1931, que ondeaban no con el interés de una auténtica regeneración democrática sino con un fin totalitario que aborrecemos. Pero en España quizá haya lugar para una III República que no tenga que ser como la que la izquierda quiere; ahora bien llegar a una República adecuada al modo de los Estados Unidos –siempre mejor que el sistema francés-  requiere habilidad y prudencia de las que la derecha actual carece totalmente.

Pero no podemos ceder a la izquierda todo republicanismo: las diferentes corrientes de la derecha que creen en España se deben unir, en una dificilísima pero no imposible alianza –en política siempre hay que pactar- para trabajar por un sistema alternativo a la  Monarquía constitucional que se ha destruido a sí misma, precisamente por abandonar a los que, siguiendo nuestra más luminosa tradición que recogen los versos de Calderón, sabemos que “al Rey la hacienda y la vida se han de dar” pero no olvidamos que “el honor es patrimonio del alma y el alma solo es de Dios.”

lunes, 9 de abril de 2012

¿PODRÍAN LOS MERCADOS IMPONER LA UNIDAD DE ESPAÑA?


Creo que para algunos los mercados son como los virus para los médicos cuando no saben a quién echarle la culpa de tal o cual enfermedad: ¿que tenemos mucha deuda? Los mercados; ¿que hubo una gran burbuja inmobiliaria? Los mercados. Pero el problema es que los mercados están formados por nosotros. Sí, claro, no voy a negar que haya fuerzas intentando dirigir el mundo… Pero si dicen que los virus cumplen una función positiva en la naturaleza (Lamark los consideró como agentes de una evolución ordenada frente al absurdo azar del darwinismo), seguramente los mercados cumplan también su función en el sistema económico. Al fin y al cabo, nuestras cuentas corrientes, depósitos, acciones, hipotecas o planes de pensiones forman parte de esos miles de millones que se compran y venden cada día…

Con esto puede quedar claro, que como los virus, los mercados no son malos o buenos en sí. Los que somos capaces de ser buenos o malos o hacer las cosas bien o mal somos nosotros. Pero sobretodo cuando salen mal, nos gusta echar las culpas a alguien. Sí, los bancos ofrecieron mucho dinero barato: pero alguien se empeñaba en endeudarse en su propia responsabilidad, aunque haya casos vergonzantes de abuso y engaño, por supuesto.

Pensaba en todo lo anterior, a raíz de que los mercados parece que no están contentos con las reformas socialistoides de Mariano Rajoy, empeñado sobretodo  en solucionar nuestro déficit vía incremento de ingresos en vez de vía recortes de gasto. ¡Hay tanto que recortar que sorprende que nos siga subiendo los impuestos! No, no se asusten, que no me refiero a derechos sociales, que también: hay casos de escándalo, como el PER. Me refiero sobretodo al despilfarro del sistema territorial, casi siempre duplicado y, algunas veces triplicado, en Autonomías y Ayuntamientos. Es fácil caer en la demagogia de la izquierda: suena bien eso de los mercados imponen su criterio en un capitalismo atroz. Cuando la realidad es que los que nos han prestado nos piden que les devolvamos el dinero que tanto falta hoy en día. Por eso hoy no tiene mérito decir que el modelo de Estado de la Constitución del 78 ha sido ineficiente desde el punto de vista económico y perverso políticamente. Eso tenía valor avisarlo hace 30 o 40 años, cosa que hacían muy pocos porque automáticamente les convertía en apestados en la fiesta del derroche. Cuando le recordé a un político del PP, activo en Twitter, que mi abuelo avisó de esto, me dijo: “bueno sí, pero lo hacía desde un punto de vista que no comparto.” Volviendo a los virus, el popular, en el fondo, me estaba diciendo: “de acuerdo Doctor, tengo el virus que usted dice, pero como es usted muy conservador, no le haré caso en el tratamiento que me recete.”

Total, que a lo mejor resulta que igual que hemos recordado que los virus pueden tener una función positiva, a lo mejor resulta que a Don Mariano, que sigue sin enterarse, le vienen los mercados mal encarados y le imponen de una vez que afiance la unidad de España disminuyendo el inmenso poder que, en manos de las  Autonomías, no sólo está minando la unidad de España –para eso se hicieron- sino arruinando a cada ciudadano y por ende, a toda la nación. ¿Se imaginan? Sería genial: “¡Si hace falta, fomente usted la unidad de la patria, pero ajuste las cuentas, hombre!” Y Rajoy, incluso, podría pasar a la historia como un buen gobernante. Porque si no acomete esta tarea cuanto antes, tan sólo será un Presidente derrocado a la griega o a la italiana. Lo veremos.

sábado, 7 de abril de 2012

LA NOCHE EN QUE SE UNE LO HUMANO Y LO DIVINO


Pocas palabras hay para definir lo que ocurre en esta noche: el Misterio, el único que existe, el que todo lo explica. El único acontecimiento que puede dar sentido al Mundo y a la Vida de cada uno de nosotros. Si soy creyente en la fe de la Iglesia Católica es porque he buscado comprender: he dudado, he dejado de creer, he creído otras cosas y he creído ignorando o despreciando el tesoro de la fe. Pero siembre he buscado algo que explicara todo: TODO. La vida, la muerte, el mundo, y su sentido... Y sólo en esta noche santa que nos libra de la tiniebla que cubría el orbe enteroahuyenta los pecados, lava las culpas, devuelve la inocencia a los caídos, la alegría a los tristes, expulsa el odio, trae la concordia, y que  doblega a los poderosos,  he encontrado la explicación que todo lo contiene. Efectivamente, hoy todo queda explicado: hasta el mismo Misterio de la muerte de Cristo tiene sentido en la noche de la victoria del Rey tan poderoso. Y todo quiere decir todo, la gran Historia y la de cada uno de nosotros: que en todo se vive la misma batalla entre el poder del mal y el poder del Dios que ya ha vencido. Os dejo el Pregón Pacual que hoy se canta en la Vigilia Pascual y que, meditado a fondo, os conmoverá como debió hacerlo al que, inspirado por el Espítitu Santo, escribiera este maravilloso compendio del cristianismo:

Exulten por fin los coros de los ángeles,
exulten las jerarquías del cielo,
y por la victoria de Rey tan poderoso
que las trompetas anuncien la salvación.
Goce también la tierra,
inundada de tanta claridad,
y que, radiante con el fulgor del Rey eterno,
se sienta libre de la tiniebla
que cubría el orbe entero.
Alégrese también nuestra madre la Iglesia,
revestida de luz tan brillante;
resuene este templo con las aclamaciones del pueblo.
En verdad es justo y necesario
aclamar con nuestras voces
y con todo el afecto del corazón
a Dios invisible, el Padre todopoderoso,
y a su único Hijo, nuestro Señor Jesucristo.
Porque él ha pagado por nosotros al eterno Padre
la deuda de Adán
y, derramando su sangre,
canceló el recibo del antiguo pecado.
Porque éstas son las fiestas de Pascua,
en las que se inmola el verdadero Cordero,
cuya sangre consagra las puertas de los fieles.
Ésta es la noche
en que sacaste de Egipto
a los israelitas, nuestros padres,
y los hiciste pasar a pie el mar Rojo.
Ésta es la noche
en que la columna de fuego
esclareció las tinieblas del pecado.
Ésta es la noche
en que, por toda la tierra,
los que confiesan su fe en Cristo
son arrancados de los vicios del mundo
y de la oscuridad del pecado,
son restituidos a la gracia
y son agregados a los santos.
Ésta es la noche
en que, rotas las cadenas de la muerte,
Cristo asciende victorioso del abismo.
¿De qué nos serviría haber nacido
si no hubiéramos sido rescatados?
¡Qué asombroso beneficio de tu amor por nosotros!
¡Qué incomparable ternura y caridad!
¡Para rescatar al esclavo, entregaste al Hijo!
Necesario fue el pecado de Adán,
que ha sido borrado por la muerte de Cristo.
¡Feliz la culpa que mereció tal Redentor!
¡Qué noche tan dichosa!
Sólo ella conoció el momento
en que Cristo resucitó de entre los muertos.
Ésta es la noche
de la que estaba escrito:
«Será la noche clara como el día,
la noche iluminada por mí gozo.»
Y así, esta noche santa
ahuyenta los pecados,
lava las culpas,
devuelve la inocencia a los caídos,
la alegría a los tristes,
expulsa el odio,
trae la concordia,
doblega a los poderosos.
En esta noche de gracia,
acepta, Padre santo,
este sacrificio vespertino de alabanza
que la santa Iglesia te ofrece
por medio de sus ministros
en la solemne ofrenda de este cirio,
hecho con cera de abejas.
Sabemos ya lo que anuncia esta columna de fuego,
ardiendo en llama viva para gloria de Dios.
Y aunque distribuye su luz,
no mengua al repartirla,
porque se alimenta de esta cera fundida,
que elaboró la abeja fecunda
para hacer esta lámpara preciosa.
¡Que noche tan dichosa
en que se une el cielo con la tierra,
lo humano y lo divino!
Te rogamos, Señor, que este cirio,
consagrado a tu nombre,
arda sin apagarse
para destruir la oscuridad de esta noche,
y, como ofrenda agradable,
se asocie a las lumbreras del cielo.
Que el lucero matinal lo encuentre ardiendo,
ese lucero que no conoce ocaso
y es Cristo, tu Hijo resucitado,
que, al salir del sepulcro,
brilla sereno para el linaje humano,
y vive y reina glorioso
por los siglos de los siglos.
Amén.

miércoles, 4 de abril de 2012

SEMANA SANTA: EL ORDEN FRENTE AL DESORDEN

Aprovechando los días santos para reflexionar, llevo unos días pensando en la importancia del orden en todos los órdenes.

Parece que vivimos en un desorden querido, buscado, deseado. Hasta se elogia el desastre y se desprecian otros tiempos en los que predominaba el orden. Se celebra la desorganización como si fuera gracioso no tener tiempo para lo que merece cada minuto de nuestra vida.  Lo más sagrado se presta al juego: se invierte el mecanismo normal de la naturaleza buscando siempre lo que en vez de construir, destruye, como ocurre con el ecologismo, que también utiliza lo natural para otros fines.

Quizá la humanidad se haya empeñado, desde hace siglos, en experimentar qué ocurre si se cambian pautas y principios, incluso los que son evidentes por sí mismos. En el experimento nunca importó el coste en vidas. Siempre mueren otros. La estructura de la sociedad, la familia, la educación, el respeto, el tiempo del que disponemos, los horarios, las costumbres, el discurrir natural, las sanas tradiciones: todo ha sido puesto en duda en una labor que busca destruir la civilización.  Es una inteligente y hábil labor, mucho más evidente de lo que se cree y mucho más eficaz cuanto más se la ignora. Podría ser que la batalla entre le bien y el mal fuera una cuestión de orden. Porque el desorden es una fuente de muchos males. Y cuando uno tiene oportunidad de tratar con los mayores que aún viven en el campo, siente cómo nos están robando lo esencial. No es sólo una frase bonita: desde cosas tan terrenales como la agricultura o la gastronomía nos estamos perdiendo criterios culturales elementales. Por eso decía un párroco de pueblo que “para los que viven en el campo es más fácil creer en Dios que para los que viven en algunas ciudades horrendas, donde el cielo es apenas una visión entre las brumas y entre los edificios.”

Si hay un refrán que advierte  “donde todo el mundo opina, ni orden ni disciplina” hay otros que enseñan “para buena vida, orden y medida” y que “no hay como el orden para ganar tiempo.” Por eso los sabios de todas las civilizaciones han insistido en el orden. Confucio indicaba un camino correcto para el buen gobierno: Si el gobernante se impone por sus cualidades y mantiene el orden en armonía con las buenas costumbres, el pueblo sentirá vergüenza de actuar mal y avanzará por el camino de la virtud.” Y un filósofo moderno afirmaba que “la hija del orden es la libertad.” Y no solo el orden es importante en la vida personal o social. También en lo referente a las realidades del más allá. Por eso el Papa Juan XXIII hablaba de la necesidad de respetar el orden de Dios: La paz en la tierra, suprema aspiración de toda la humanidad a través de la historia, es indudable que no puede establecerse ni consolidarse si no se respeta fielmente el orden establecido por Dios."

Y es que, desde el plano teológico, tan influyente en la vida real de cada día, conviene caer en la cuenta de que estos días de Semana Santa son el mejor resumen del triunfo del orden frente al desorden. Porque la muerte y la resurrección de Cristo que conmemoramos en estos días son precisamente el misterioso restablecimiento del orden que Dios quiso desde el principio. Y, aunque parezca que el sacrificio ha fracasado, nunca seremos conscientes del todo de cuán derrotado quedó el desorden del mal en la noche del Sábado Santo. Sólo la soberbia de los que creen que pueden vencer a Dios les lleva a seguir intentándolo cada día.