sábado, 30 de junio de 2012

CUANDO EMPECEMOS A SALIR DE LA CRISIS SERÁ TARDE PARA GANAR DINERO

El olfato, el sentido común, las relaciones con ciertas personas y la experiencia, por pequeña que sea, pueden aportar mucha información sobre los asuntos económicos. Al menos no menos que la información de la que disponen los economistas. Un amigo decía que, como forenses, es decir, diseccionando el cadáver, los economistas son buenos. Pero como medicina preventiva, nefastos. Yo creo que se debe a que los economistas son estudiosos de algo que dista mucho de ser una ciencia clásica, se apoyan en estadísticas y en lo que dicen ciertos gurús bastante soberbios cuyas opiniones sobre los mismos asuntos son tan distintas como su afinidad ideológica. Sin embargo, no suelen tener en cuenta el subjetivismo de las decisiones humanas dirigidas por algo más allá del dinero: amor, poder, conspiraciones, venganza…Por otra parte, numerosos eruditos siguen creyendo ciertos dogmas económicos como si de la infalibilidad papal se tratara cuando hay algo en la economía doméstica que los estudiosos expertos, los políticos de renombre y sus asesores a dedo suelen olvidar: que gastar más de lo que se ingresa suele ser un mal camino…  Pero en fin, como es un campo complejo de la actividad humana, todos mis respetos para quienes intentan explicar por qué nos va bien y, de pronto, por qué nos va tan mal.

Todo esto viene a cuento de ciertas conversaciones con diversos ciudadanos transmutados en economistas del momento, saturados de información sobre primas de riesgo, diferenciales, acciones preferentes, precio de los pisos o de las acciones y déficits estructurales: hoy todo el mundo sabe moverse entre términos tan complicados hace unos años. Y todos, sin saber por qué, saben explicar las causas de la crisis como si ellos mismos lo hubieran avisado. Con cierta malicia pienso yo que si todos supieran tanto como parece, no hubiéramos tenido crisis. Y esas conversaciones me recuerdan la situación de 2007, cuando a punto de estallar la burbuja, aún había gente que decía que la vivienda seguiría subiendo, que todo era maravilloso y que España superaría a Francia e Italia en los índices que se manejan para conocer la riqueza de un país. Casi todo el mundo sabía que la economía iba bien y que nunca iría mal. Me incluyo: reconozco que el optimismo se nos inoculó tanto como ahora se hace con el pesimismo.

¿A qué voy? A que quizá a alguien le interese el pesimismo como entonces se fomentaba la ilusa alegría del dinero fácil: cuando las burbujas llegan arriba y compran los últimos, hay otros más informados que ya se hicieron ricos vendiendo muchas veces. ¿Recuerdan Terra? Pues hace unos días, uno de esos multimillonarios americanos dijo  “España es un país enfermo y hay que aprovechar para invertir ahora” -supongo que porque todo  ha bajado mucho-. Quizá sea pronto para sacar conclusiones, pero la bolsa subió el viernes más de un 5% debido al acuerdo de Rajoy con la UE para rescatar directamente a los bancos. Y un amigo dedicado a las inversiones en bolsa me explicaba que si la inyección de dinero que se anuncia se maneja correctamente, pronto veremos el dinero fluir, y será tarde cuando algunos digan “ahora hay que comprar.” Si ya tarde muchos decidieron que había que invertir en vivienda o en acciones, puede volver a ser tarde cuando muchos sean conscientes de que esta crisis –como todas- puede estar pasando. La economía, en el fondo, es algo tan complejo como lo son las decisiones que cada uno tomamos a lo largo de un día. Una cosa es lógica: ni todo podía subir indefinidamente ni puede bajar del mismo modo. Estén atentos: cuando los datos económicos confirmen que estamos empezando a mejorar, muchos –los de siempre- habrán vuelto a ganar miles de millones varios meses antes.

domingo, 24 de junio de 2012

HAY QUE COMBATIR AL SOCIALISMO, TAMBIÉN EL DEL PP

Sorprende la rapidez con la que el Gobierno de Mariano Rajoy ha indignado a sus votantes por seguir líneas maestras de la política de Zapatero en todos los asuntos clave, incluida la gestión de la economía. Y resulta realmente gracioso que, siguiendo con el proyecto socialista, la izquierda también se esté hartando del PP. No se qué puede haber detrás de esto: antiguos consensos, recientes pactos y acuerdos futuros… Me explico: se habla de asuntos intocables del pasado –corrupción de ambos partidos, 11-M, Faisán- se habla de mantener los chiringuitos de todos –Autonomías- y cada vez suenan más alto las trompetas que anuncian un Gobierno de concentración en el que podría jugar un papel indispensable el político más ambicioso del conjunto de los ministros de Rajoy.

Quizá las anteriores pinceladas puedan explicar muchos de los dislates que en tan poco tiempo está cometiendo el Presidente del Gobierno. Quizá también ayude recordar un par de frases, una de Zapatero: “el PP acabará por asumir mis ideas”;  y otra de Pío Moa: “el PP es un grupo de intereses sin ideas ni principios, sólo les une el poder y Arriola les ha convencido de que España es de izquierdas.” ¿Se puede afirmar, con todo, que el PP actual es de izquierdas? Yo diría más: el PP está superando al PSOE por la izquierda. Veamos su política:

-Incremento del IRPF hasta un 7% (realmente una bestialidad.) Presión fiscal a niveles de Suecia.
-Ninguna medida de calado en orden a reducir el peso insoportable de la Administración o de la presión fiscal
-Ninguna política clara para devolver la política a los ciudadanos, potenciando la sociedad civil, la democracia interna en los partidos, reformando la ley electoral, fomentando la libertad y la consecuente responsabilidad.
-Ninguna política a favor de la libertad de empresa, de reconocer el valor de los emprendedores y empresarios; ninguna política para dignificar el valor del trabajo.
-Ninguna política clara en educación, ningún respeto por la nación, su tradición y su historia.
-Ninguna propuesta para la urgente reforma del modelo de Estado.
-Ninguna propuesta de fondo para reformar el desastre judicial, tanto en el TS, como en el TC y el CGPJ.
-Política de cesión a ETA continuando con la vía Nanclares de Rubalcaba. Mantenimiento del proceso con las mismas mentiras que ZP.
-Incremento de normativas que presionan sobre la libertad de las personas: seguridad vial, por ejemplo.
-Políticas de gasto en asuntos donde el Estado no debe pintar nada. Se sigue subvencionado hasta la náusea fomentando el espíritu de la vagancia, del engaño y de la estafa.
-Mantenimiento de la asignatura de adoctrinamiento en las escuelas.
-Mantenimiento de la ley del aborto. Sólo han anunciado medidas de cara a esos votantes tan fáciles de engañar.
-Mantenimiento e incluso potenciación de las políticas de inmersión lingüística en Galicia y Valencia y apoyo a las mismas en Cataluña.

El Partido Popular mantiene las líneas maestras del zapaterismo y además con su potente mayoría absoluta. La responsabilidad de los que, acallados y cobrando, permanecen tragando esta traición, es terrible: si siguen serán cómplices de todo lo que nos pueda pasar. No me canso de repetirlo: urge una alternativa con las cosas claras por la derecha, que siga sumando apoyos tanto políticos como intelectuales y mediáticos. Sólo tres o cuatro puntos unirían a millones de españoles. La batalla es contra el socialismo de las dos caras, las dos son contrarias a la libertad y las dos hacen un inmenso daño a España.

La izquierda sectaria y cierta derecha desorientada tienden a llamar al PP derecha liberal, sin caer en la precisión de indicar qué quieren entender por liberal, vocablo de múltiples acepciones y significados a veces contradictorios. El PP no es liberal. El PP anda ya por los límites entre la socialdemocracia y el socialismo puro y duro. Un liberalismo con matices en todos los campos, es decir, una potenciación del individuo y su libertad –que siempre implica responsabilidad- es urgente frente a la presión insoportable del Estado, que nos está regulando nuestra intimidad y encima nos cobra por ello. La propiedad privada se debe defender como algo sagrado al ser el paso previo e indispensable para la libertad política. Si el capitalismo con matices y bien orientado puede ser moralmente bueno, el socialismo es siempre malo, porque se fundamenta en una falsedad. Pero no me refiero sólo a la economía: hoy se necesita luchar por la libertad para educar a los hijos, por ejemplo. Tenemos ideas mejores, ¿qué veneno, qué complejo, qué torpeza o qué maldad hace que tantos se entusiasmen, admiren y copien siempre a la izquierda?

El futuro exige el pragmatismo de adaptarse con habilidad a la vida real: la política no es el terreno de la teología. Desde la irrupción de la modernidad muchos católicos han intentado continuamente no perder el tren de la historia en cuanto a las cuestiones sociales y económicas. Muchos, brillantes, lo pasaron mal por la miopía de otros. Otros es cierto que se equivocaron. La intransigencia que llega a entender como dogmas lo que sólo son sugerencias en cada tiempo concreto, llevó a muchos a la marginalidad y al fracaso. ¡No se puede citar siempre Syllabus sin citar también la Pacem in Terris o la Centessimus Annus! Ya lo dijo el Papa Juan Pablo II en la Plaza de Colón en mayo de 2003: “Se puede ser moderno y fiel a Cristo” y lo repetía de forma parecida el Papa Benedicto XVI en su reciente visita a España con motivo de la JMJ: “España puede progresar sin renunciar a su cristianismo.” ¡Cuánto bien se puede hacer con estas dos sencillas pero densísimas frases afirmadas con toda intención por estos dos enormes referentes intelectuales y morales!

 
Otra vez nos toca un tiempo nuevo donde la creatividad exige diseñar respuestas apropiadas. Si se impusieran reformas a nuestro modelo de Estado, es decir, a la Constitución, tenemos que ser capaces de influir, de organizar la alternativa que quiera aportar, porque estamos convencidos de que nuestras ideas son mejores para todos: España, unidad, libertad y admiración por lo mejor de nuestra historia son puntos fundamentales para ilusionar a muchos. España ya no es la de otro tiempo. Los sistemas políticos son para el hombre y no el hombre para los sistemas políticos. ¿Monarquía, República, dictadura, democracia liberal, parlamentaria o social? No, hombre: ¡España, unidad y libertad! Y esto, donde sea, como se pueda. Pero estoy seguro de que en igualdad de condiciones, es decir, en auténtica democracia, esta propuesta triunfaría. Y esta propuesta que tanto apasiona es lo que la “Tiranía del Consenso” (D. Negro) lucha por destruir: porque acabar con España es acabar con nuestra libertad. Es decir, socialismo puro, socialismo de siempre, socialismo consensuado. Otra vez el socialismo que como afirmó Sostres hace unos días: “si fracasó como sistema económico, no lo ha hecho como moral basada en que todo el mundo se merece vivir sin trabajar.”

jueves, 21 de junio de 2012

ETARRAS EN EL CONGRESO, ¿TAMBIÉN EN EL CONSTITUCIONAL?

Han sido muchas las frases articuladas por el marketing político para consumar la traición. Era todo parte de la misma mentira. Se repetían como una consigna bien aprendida en oscuras estancias, bajo muy bien pensadas directrices, porque el terrorismo también es una guerra psicológica; era siempre la misma cantinela, “la unión de los demócratas, pagarán por lo que han hecho, caerá sobre ellos todo el peso de la ley, las fuerzas y cuerpos de seguridad del Estado trabajan contra el terrorismo, debemos estar unidos porque el Estado de Derecho vencerá a los criminales…”

Pero oigan, ¿qué unión, de qué democracia, qué pago y qué ley? ¿Acaso no se comprende ya que ETA fue creada para utilizarse dentro de los extrañísimos equilibrios de poder que han dirigido nuestra historia desde hace medio siglo? ¿De verdad alguien puede creer, a estas alturas, que los dirigentes de éste sistema han querido en serio acabar con ETA sin cesiones? ¡Si más bien lo que comprueba el ciudadano con estupor es que continuamente las instituciones pervertidas en manos de unos políticos marionetas están buscando la manera de favorecer a los asesinos!

Sí, ahí están, la justicia siempre favorable, las prisiones de lujo, las negociaciones sobre condenas, los envíos al extranjero, las llamadas a los bares, la ocultación de ciertos atentados, la legalización de sus filiales políticas, la presencia de terroristas en el Congreso, y también, por supuesto, la increíble presencia mediática en las ruedas de prensa de los criminales… Todo eso ha ido engordando, favoreciendo, financiando, protegiendo, alentado, mimando y otorgando inmenso poder a una panda repugnante que está contribuyendo con eficacia a la destrucción de España. ¿A quién beneficia?

Que ya no cuela que ETA luche por una inexistente patria vasca. Que ETA es otra marioneta más de las  que también cuelgan nuestros políticos. Que el fin de ETA es el fin de España. Que ETA es la espina del norte de la misma manera que Gibraltar es la espina del sur.  Basta ya de cuentos. Ciudadanos, despertad. Sacad las banderas de España por cosas que de verdad importan.  Por esas Víctimas cada vez más silenciadas. Para plantar cara a los falsos jueces proetarras. Ningún dirigente, ningún miembro de la casta nos sacará la crisis de la que ellos viven y de la que ellos son responsables. Y con cosas como esta en que los altos tribunales protegen a ETA, ¿alguien cree que el problema de España es económico?

Ya hemos escrito La Tesis Prohibida (http://www.tesisprohibida.com). Ya hemos comprobado con estupor que es más que una novela y mucho más que una hipótesis. Ya escribimos, cuando la legalización de Bildu, que aquí que vivimos en un sistema controlado por auténticos proetarras http://elalcaldedezalamea.blogspot.de/2011/05/espana-esta-gobernada-por-un-estado.html. Y también hicimos la pregunta directa: “¿Por qué existe ETA?” http://elalcaldedezalamea.blogspot.de/2011/09/la-pregunta-es-por-que-existe-eta.html. Ahora solo basta que nos lo tomemos en serio. Si no se reconoce el problema ¿cómo vamos a solucionarlo?

miércoles, 20 de junio de 2012

PATRIOTISMO PARA EL FÚTBOL, NO PARA LAS VÍCTIMAS NI GIBRALTAR



El otro día, durante uno de los partidos de la selección española en la Eurocopa, critiqué en las redes el patriotismo futbolero. Me llovieron insultos, críticas y algún que otro comentario brillante. La mayoría iban en la línea: “al menos el fútbol une”. A la mañana siguiente mi hija de 4 años me dio una lección: “Papá, cómprame una bandera de España para que la ponga en mi ventana.” Quizá me equivoqué y el fútbol sea lo poco que queda y por eso no debí criticar ése patriotismo que solo sale cuando los partidos. Leí ayer que el 57% de la audiencia vasca vio el último partido de la selección nacional. En fin. Es lo que hay. Es poco, pero es algo.

Aún así, permítanme que insista en que mientras los españoles llenan los balcones de banderas en estos días, decenas de actos de protesta contra graves afrentas a la nación no están recibiendo apoyo contundente por parte ni de los políticos –previsible- ni de los ciudadanos –lamentable-. El primero de ellos fue la concentración de las Víctimas del Terrorismo del pasado 9 de junio, que por enésima vez, y ahora contra un gobierno del PP, protestaban contra las cesiones a los terroristas.  El segundo asunto, son los diferentes actos que algunos organizan por las agresiones inglesas a España por Gibraltar, en forma de ataques a nuestros pescadores, proyectando imágenes de la Reina Isabel en el Peñón o mediante decenas de declaraciones impertinentes contra nuestra nación. Curioso asunto el de esa colonia dentro de ésta falsa Unión Europea, tan humillante para España, tan dañina como nido de corrupción, tan vergonzante para los responsables de que persista… Y luego nos hablan de la "marca España".

Quizá, hasta hace poco, las Víctimas recibían aliento y apoyo de muchos españoles. Pero me temo que los efectos de la anestesia moral inyectada en imperceptibles dosis a la la sociedad llevarán a muchos españoles a olvidarse de ellas como tantos se han olvidado de Gibraltar. Entonces, el patriotismo de fútbol, ¿es positivo o más bien contribuye a un patriotismo fácil, no exigente, y por tanto falso como si de otra dosis más de anestesia se tratase? Si se mostrara el patriotismo con contundencia en los asuntos mencionados –contra el terrorismo de ETA y contra la espina de Gibraltar- aplaudiría también el del fútbol. Pero me da que el del fútbol es sólo una excusa sentimental para muchos de los que, en el fondo, se han olvidado de la tarea común de España. Ojalá me equivoque.

Hoy hay un acto importantísimo al que os animo a asistir:

Conferencia  del capitán de navío Ángel Liberal  Fernández: La colonia militar británica de Gibraltar. Miércoles, 20 de junio, a las 19,30 en el  CEU, Madrid, Carrera de San Francisco, 2.  Ángel Liberal es uno de los mayores expertos en esta cuestión  de Gibraltar, clave de nuestra política exterior y posición en Europa y la OTAN.  Organizada por el "Foro Recuperemos Gibraltar" y el Instituto de Estudios Históricos del CEU.

sábado, 16 de junio de 2012

LA ESCISIÓN DEL PP DEBE DAR EL PASO

Pocos conocen o recuerdan –parece de hace siglos- la tensión del debate sobre la libertad religiosa en la España del franquismo. El Concilio Vaticano II se estaba posicionando en una delicadísima cuestión que hoy casi nadie pondría en duda. Aquí, los sectores tradicionalistas del catolicismo que tan bien conozco, no entendían que la Iglesia estaba hablando al mundo. Y el mundo, en esos momentos, estaba aterrado por un poder totalitario inmenso, que asesinaba a los cristianos de manera industrial, en mataderos muy bien organizados al estilo de Katyn. ¿Cómo no pedir, exigir, libertad, más libertad, y siempre libertad, a voz en grito? Es más, unos pocos años después, los intelectuales polacos no creyentes y los católicos liderados primero por el Cardenal Wojtyla que pronto sería el Papa Juan Pablo II, supieron unirse para que el grito, al unísono, fuera más sonoro. ¡Libertad! ¡Respeten el derecho de los polacos a profesar su fe! Y así, retaron y vencieron a todo un sistema que, por estar basado en el odio a la trascendencia, odiaba también la libertad. En fin, sirva esta introducción para señalar la importancia del pragmatismo en las cuestiones sociales, y más aun cuando son desesperadas.

La situación de España hoy exige que muchos sectores nos unamos para exigir libertad. En la última entrada hablábamos de la estafa de la Transición que entre la ingenuidad de unos, los errores de otros y las maldades de la mayoría, ahogó la oportunidad de una verdadera democracia de ciudadanos libres. En cambio, una partitocracia insoportable nos abruma con sus consensos ininteligibles entre populares, socialistas y separatistas.  En estas circunstancias se echa de menos la valentía de los que, al calor del puesto, siguen vegetando y cobrando en el PP. Si dijo alguien que “harán cosas que nos helarán la sangre” hoy no solo han hecho cosas peores sino que a muchos la sangre les fluye alegre, quizá por el efecto del alcohol de las copas con Bildu. ¿Cómo podéis soportar, en vuestra conciencia, militar en un partido que os desprecia y que gobierna contra vosotros y vuestros principios? Si eso ocurre en el asunto de ETA,  ¿qué decir del macabro crimen del aborto, que es de los pocos negocios que prospera con la crisis? ¿Y de la corrupción? ¿Seguís pensando que hay corruptos de los otros –siempre peores- y de los vuestros –siempre justificables-?

Vosotros, que en círculos privados aplaudís a los héroes de tiempos pasados y de magnífica oratoria pero jamás lo reconoceríais en público; vosotros que sin que nadie se entere acudís a rezar a cualquier templo discreto pero que os cuesta luego defender la fe; vosotros que os indignáis con las mentiras del Presidente de vuestro partido y del Gobierno pero seguís sus dictados; vosotros que creéis en la unidad de España pero vuestro partido se aviene a oscuros pactos, vosotros que creéis en la libre empresa y en la libertad personal pero vuestros ministros incrementan la presión fiscal que aumenta aun mermando la recaudación fiscal; vosotros que creéis en la Justicia pero soportáis en silencio que desde las instituciones se impida que conozcamos la verdad de la masacre del 11 de marzo… Vosotros, en fin, a vosotros… ¿Qué más hace falta para que se os hiele la sangre? ¿Y a vosotros, votantes?

Vosotros estáis ya escindidos por vuestros principios, pero tenéis que dar el paso. Tenéis, vosotros y vuestros medios -porque el sistema está montado como está montado y a otros se nos cierran las puertas a pesar de nuestro empeño en adquirir todas las llaves- la terrible responsabilidad de asumir el liderazgo potente en una España en la que urgen unos mínimos aceptables por millones de personas:  la defensa de la nación, la reforma del modelo de Estado, una ley electoral más justa, un sólido empeño por la libertad económica frente a la socialdemocracia impuesta y una defensa positiva de nuestra Historia y nuestra tradición animando a más españoles a conocer y amar a la Patria. Os digo que surgirán decenas de grupos y de pronto, a uno de ellos, la indignación popular elevará a posiciones que quizá, haciendo gala de estos valores tan ilusionantes,  se acabe dejando llevar por el populismo que tantas desgracias trajo. Otra cosa aún peor es que la izquierda, siempre hábil, ya se está moviendo a las órdenes de Rubalcaba para preparar un Frente Popular por si Mariano Rajoy tiene que dejar el Gobierno debido a una potente intervención... Por eso ahora, con un refrán español, os digo: “más vale prevenir que curar.” Manos a la obra, que el ejemplo de que se puede hacer es Rosa Díez, que ya se lleva los votos de tantos españoles que hubieran preferido que UPyD fuera de derechas.

Nota final: un conocido General del Ejército, me dijo: “a veces hay derrotas con honor que son preferibles a victorias sin éste.” Y un dirigente popular, antes de las elecciones, me dijo: "el PP se romperá con Mariano en el poder."

miércoles, 13 de junio de 2012

CUANDO EL MOVIMIENTO SE HIZO UN TRIPARTITO


Comentando una frase de Salvador Sostres aparecida ayer en su columna El Mundo,  ha quedado aún más claro a los ojos de muchos de nuestros seguidores en la red su contundente afirmación; la frase era la siguiente: “la poca oposición que hubo al Régimen de Franco –recordemos que se murió en la cama tranquilamente- era aún más antidemocrática y totalitaria que la dictadura.” La claridad de tal hecho es tan inmensa como su desconocimiento por los que tienen la cabeza llena de los tópicos del socialismo que impide la libertad.

¿Qué nos ha pasado, ya que las cosas no son como dicen que han sido? ¿Qué ha pasado para que una nación, la del milagro económico de la segunda mitad del siglo XX, la España que venció al totalitarismo más nefasto que conociera la humanidad, acabara en lo que es hoy, un país triste, intervenido, corrompido hasta las entrañas? Pues que la casta dirigente del franquismo, pensando en conservar el puesto sin importarle nada los españoles quiso pactar con los enemigos de la nación, perdiendo la gran oportunidad de hacer de España una democracia modélica, transparente y con un Gobierno potente que garantizara la unidad y la libertad -es cierto que sin Franco aquello necesitaba adaptarse a un nuevo modelo-. Pero no necesariamente tenía que ser la chapuza que se hizo. Por eso, las Autonomías –muchos ya lo comprenden- son la ocurrencia más nefasta que nunca se aplicó contra España.

Pero era más fácil repartirse la tarta, sin pararse a considerar que algunos querrían su trozo y el del vecino. O incluso otros querrían la tarta para envenenarla. O para tirarla a la basura. O para venderla a otro pastelero. La habilidad repugnante de los mediocres que sólo querían conservar el puesto, la ignorancia de los que desconociendo la Historia se adentraban en los mismos errores de los últimos siglos, hizo que su olfato político-económico pensara en el corto plazo, y así, transformaron el Movimiento Nacional en un chiringuito tripartito entre populares, socialistas y nacionalistas. Hoy lo pagamos y lo seguiremos pagando.

Y así, ignorando a los españoles, haciendo una democracia nominal en la que los partidos del tripartito controlan medios y justicia, se ha llegado al pacto con ETA, a la corrupción desmesurada desde la Corona hasta los Ayuntamientos y, al final, a la de toda la sociedad. El sistema caerá por sus propia indigencia, pero hay que  prepararse para convertir esta desgracia en una oportunidad por el bien de España y el de nuestra libertad. A por ellos.

lunes, 11 de junio de 2012

ENCIMA VENDEN EL RESCATE COMO UN LOGRO



Poder disfrutar de un sabio como Don Pío Moa durante una presentación de un libro y posterior cena es una oportunidad de esas que uno tiene muy pocas veces en la vida. El sábado presentamos en Madrid el nuevo libro de Andrés García-Carro y luego un grupo muy reducido pudimos charlar varias horas, en tranquila sobremesa con sus copas, con el maestro que más ha hecho por la verdad sobre nuestra reciente historia junto con Don Ricardo de la Cierva.

De las conclusiones que saco de este memorable encuentro es que se pueden hacer muchas cosas, porque casi no hacemos nada, que sólo las minorías activas cambian el desarrollo de los acontecimientos, y que siempre es mejor actuar que quejarse. Pudimos dar un repaso a nuestra Historia, a su novela que acaba de publicar, a los errores de la Transición, a los defectos de una derecha prácticamente inexistente y a la falta de cultura democrática en España.

Y esto último es preocupante. Sí, ya sabemos de la inmensa corrupción de nuestros políticos, de lo malo que es el sistema, de lo serviles que son los medios y de la traición constante y constatada del Partido Popular, ya evidente del todo con Mariano Rajoy. ¿Pero dónde esos ciudadanos serios, firmes ante el poder, para plantar cara? ¿Dónde esa derecha que ni se mueve en serio en las redes, ni en los medios, pero siempre presta a despotricar? ¿Dónde el cine o la televisión o la música o las novelas desde una óptica distinta a la del insistente progresismo? ¿Dónde en fin esa democracia que precisa ciudadanos dispuestos a luchar por su libertad?

Porque todavía ayer, Rajoy, abusando de que sabe, para sus adentros, que siempre tendrá el voto del imbécil acrítico, se permitía el lujo de vender el rescate, la intervención financiera de España como un logro de su Gobierno, cuando lo que realmente ha logrado Mariano en seis meses es convertirse en el mejor continuador de la obra destructora de Zapateros, asumiendo sus más nefastas políticas, para en poquísimo tiempo situar a la nación al borde del abismo, siempre ocultando la verdad o mintiendo directamente. Este rescate sólo es un logro para que esta partitocracia siga estafándonos hasta en sus últimas bocanadas.

¿Dónde estáis pues, ciudadanos que amáis a España y la libertad? Tenía razón el gigante moral Don Francisco José Alcaraz: el domingo estarán viendo el fútbol y muchos menos acompañando el sábado a las Víctimas del terrorismo. Es lo que hay: actuemos, familia por familia, casa por casa, vecino por vecino, pueblo por pueblo: dijo Don Pío también, que en el mundo del embuste hay que defender la verdad cada día.

viernes, 8 de junio de 2012

MAÑANA SÁBADO, UNA TARDE POR ESPAÑA

Charlando ayer con mi abuelo sobre diversos asuntos, me decía que él había aprendido de su experiencia política “que una mala estrategia puede acabar por hacer daño a las ideas” con lo cual, estaba indicándome la importancia de la estrategia para ser eficaz con los principios que se quieren defender.

Viene esto al caso porque, en la situación de emergencia nacional que estamos viviendo, muchos insisten en crear iniciativas, asociaciones o partidos políticos sin caer en la cuenta de la lección de mi abuelo: sin una buena estrategia, nada podrá lograrse.

Y ¿qué puede ser una buena estrategia en estos momentos? Pues una regeneración moral y cultural a largo plazo, que debe ser previa para clarificar cualquier proyecto político. En este sentido, mañana sábado día 9 de junio, en Madrid, tenemos una tarde en la que podremos ser activos en éste sentido:

18:00 horas. Plaza de Colón. Convocatoria de Mujeres por la Justicia y otras muchas asociaciones de Víctimas del Terrorismo, para decir no a la política penitenciaria del Gobierno que consolida los siniestros planes del zapaterismo. Esta manifestación es muy importante porque ésta vez es el Partido Popular el que se ha descubierto en la estrategia negociada y contemporizadora acerca del final del terrorismo. Frente a la Impunidad, Justicia.

20:30 horas. Hotel Tirol, c/Marqués de Urquijo, 4. Presentación del libro Por Amor a España, de Andrés García-Carro. Intervendremos Pío Moa y yo.

Nos vemos.

lunes, 4 de junio de 2012

EL RESCATE QUE NECESITAMOS URGENTEMENTE



He tenido ocasión de constatar, en numerosas conversaciones con gente de todo tipo, un sentir común que ya suponía y que se podía leer en diversos artículos de muchos comentaristas de diferentes medios. Un restaurador del occidente de Asturias, un empresario del sector biotecnológico de Granada, un director de sucursal de Bankia de la provincia de Madrid, un compañero de trabajo de Barcelona y el jefe de producción de una fábrica de alimentos de la provincia de Vizcaya… Sí, todos coincidían: ¡El problema son los políticos! Por tanto, lo que de verdad urge, es que nos rescaten de la clase política que padecemos.

¿Por qué necesitamos que nos rescaten? Porque no tenemos lo que nos merecemos, como suele repetirse. Y no lo merecemos porque no ha habido un sistema de auténtica libertad que permitiera elegir lo que convenía. ¿Cómo ha sido posible? Porque durante la Transición, preparada muchos años antes de la muerte de Franco, las clases dirigentes supieron diseñar un sistema de poder para seguir viviendo de los españoles. El PP y el PSOE son dos caras de la misma moneda que se llama “sistema.” Por eso, ahora, contra sus votantes, Rajoy se está manifestando como el mejor continuista de la política de Zapatero, desde la nefasta gestión de los asuntos económicos hasta el repugnante proceso con ETA. Aún así, siempre serán muchos lo que se dejarán engañar por los anuncios de medidas que buscan contentar a la derecha que les sigue votando pero que nunca se llevan a cabo. Ha resultado que los partidos sin verdadera democracia interna, los medios de comunicación controlados por enormes subvenciones y un modelo de Estado en el que todos recibían su cuota de poder son los tres pilares sobre los que descansa el manejo del Estado, muy bien atado por los mismos de siempre, a los que nunca les importó la unidad ni la prosperidad de España, sino vivir de la política a costa de un pueblo cada vez más pobre y más dividido.

Por tanto, no creo en las iniciativas de los culpables del desastre, que pretenden reparar ahora los destrozos que causaron. Además, ya es tarde. No creo tampoco en los que confiados pretenden reformar el sistema desde los partidos vigentes o nuevos, porque como suele ocurrir, en cuanto uno de esos partidos logra su cuota de poder, se olvida de sus objetivos iniciales y se convierte, automáticamente, en parte de la conocida “casta parasitaria.” Es decir, que esto tiene que acabarse y puede hacerse de muchas maneras…

Me molesta mucho tener que confiar en una intervención extranjera, porque evidentemente se preocuparán muy poco de nuestros intereses. Pero dado que en España siempre hemos padecido a los agresivos enemigos dentro y bien colocados, quién sabe si los de fuera serían capaces de ayudarnos a ser mejores, aunque sea con tal de que paguemos nuestras deudas. Ya escribí aquí hace tiempo que sería hasta gracioso que fueran los poderes internacionales los que quisieran ahora una España unida capaz de afrontar la devolución de la deuda… Ojalá. Como peor no pueden ser las cosas, empiezo a pensar que la intervención es algo deseable. ¿Quién sabe?