viernes, 25 de julio de 2014

PERDIDOS, un libro para encontrarnos

Comentarios al libro PERDIDOS, de Cristina Martín Jiménez, editorial  Martínez Roca-Planeta, Madrid 2013.

¿Quién maneja los hilos del poder? Los planes secretos del Club Bilderberg, se subtitula PERDIDOS, un libro que se lee de forma rapidísima, por lo ameno de su escritura y por lo interesante de su relato. Y eso que ya había leído varios libros sobre el selecto Club que aspira a controlarlo todo y sobre sus proyectos para un Gobierno Mundial.

El libro de Martín Jiménez es distinto porque es una continua pregunta adecuada para buscar respuestas correctas. Es más una reflexión personal profunda que un suministro de datos y documentos. El libro es sobretodo una invitación a pensar. ¿Qué ocurre, cómo manipulan, qué pretenden y cómo quieren lograrlo?

PERDIDOS parte de la tesis de que la crisis financiera es una fase más de un plan para la guerra total que permitirá a los magnates hacerse aún más poderosos. El libro identifica personas y cargos, por encima de las ideas, y las conecta en ese entramado siniestro que juega al Monopoly con el mundo y con nuestras vidas.

Lo que más me ha gustado de PERDIDOS es la constante llamada de atención, el intento que realiza por despertar conciencias, la pasión con la que la autora sale del papel a cogernos de las solapas para decirnos con poderosa voz: ¡muévete, tienes que actuar! Así, el libro, después de demostrarnos las nefastas consecuencias de contubernios y conspiraciones, acaba por recetarnos un plan para cambiar los planes de los poderosos:

Comprométanse, sean coherentes, luchen. Protejan sus familias, son el principal enemigo del poder que necesita destruirlas para acabar con los individuos libres. Aprendan a comunicarse, dialoguen, cojan lo que une. Lean, estudien. En fin, combatámosles distinguiendo la verdad de la mentira, el bien del mal.


Una lectura muy recomendable para el tórrido agosto. Feliz verano.

jueves, 24 de julio de 2014

Señor González Quirós: ¿qué es traicionar a VOX y a la democracia interna?

Estimado Señor González Quirós:

Muy buenos días.

Acabo de leer su entrada en VOX Habla contra la enmienda de Luz Trujillo al artículo 23 que regula la elección del sistema de Gobierno de VOX. Le contesto por aquí, porque muchos afiliados no acceden a ése portal o porque no se manejan bien con las claves y el sistema o porque no entran donde ciertos intoxicadores cansinos, ruidosos y minoritarios se dedican a dañar al partido. También le contesto por aquí porque me siguen muchos simpatizantes de VOX realmente interesados en la situación interna del partido, que sufre una crisis brutal desde hace varias semanas. Me sorprende por eso que usted, que supongo quiere el bien de VOX, pida continuidad de la dirección actual que está destrozando las esperanzas de muchísimos afiliados y españoles... Terrible responsabilidad. Efectivamente, el 26 VOX se juega, más que mucho, se juega todo.

Después de justificar en su entrada que no le correspondía como Presidente Provisional, Delegado o Intermitente del CEN pronunciarse a favor o en contra de las enmiendas de los afiliados, va usted y redacta todo un artículo en contra la enmienda de Luz Trujillo al artículo 23, enmienda que da en el clavo para reformar al artículo propuesto que supone un consenso preestablecido de espaldas a los militantes para garantizar ciertas posiciones. Así se lo digo, directamente, don José Luis.Y voy a seguir hablando claro.

Traicionar el Manifiesto Fundacional no es proponer una enmienda que pretende elegir un Presidente de forma limpia y transparente por mayoría de votos de los afiliados sino más bien lo es decir en una Universidad Católica en plena campaña que "aunque estoy en contra del aborto hay algunos casos en que produce un conflicto de derechos entre la vida del ser humano en gestación y el de la madre... Y que el plano moral y político son distintos" acabando así por justificar el execrable crimen, cuando el Manifiesto de VOX afirma que promoverá la cultura de la vida. Nada hizo más daño a VOX que esto en la campaña de las europeas, ciertamente. Aún así, siendo tan grave eso, hemos sido leales y hemos intentado comprenderle y apoyarle. Hasta que usted se ha retratado esta mañana.

Traicionar el Manifiesto Fundacional es llamar a un afiliado que trabaja ilusionado por el partido sin pedir nada a cambio, por cierto -¿puede usted decir lo mismo?-, para intentar convencerle de que "hay que asegurar la continuidad de la dirección actual, si tenemos que ceder en cuestiones como el patriotismo o el aborto o nuestro radical ataque al sistema autonómico lo tendremos que hacer, porque somos un partido que debemos tener una amplia base social. Aspiramos a sustituir al PP no a ser una derecha". Lea los puntos 2, 5, 10 y 11 de los Principios Inspiradores del Manifiesto Fundacional, porque en esa frase los ha olvidado todos.

Traicionar el Manifiesto Fundacional es decir en una reunión que no nos conviene gente como Francisco José Alcaraz porque tiene mala imagen de extremista y no podemos ser el partido de las Víctimas del Terrorismo. Punto 11 de los Principios Inspiradores. Así, posiblemente, hayamos perdido entre 30.000 y 50.000 votos.

Traicionar la democracia interna y al espíritu de un partido que quiere escuchar a los afiliados es dedicarse a criticar a otros miembros del partido, como Cristina Seguí -poniéndose nervioso porque ella iba al Gato al Agua- o Santiago Abascal y a la Funación DENAES, ejemplar su labor por cierto y fundamental en el nacimiento de VOX.

Traicionar la democracia interna es sembrar dentro de VOX la especie de que son de extrema derecha los que no piensan como usted, a la manera en que lo hace nuestro nefasto régimen pervertido por la hegemonía ideológica y cultural de la izquierda.

Traicionar la democracia interna, sin duda, es pretender un consenso previo a las elecciones, un pacto para las listas y con un sistema electoral de doble urna que permita asegurar puestos a los que más enredan. Eso es precisamente lo que nos hemos olido muchísimos afiliados y por eso la enmienda al 23 de Luz Trujillo es la más votada -cosa que a usted no le importa- y, lamentablemente, contra la que usted dirige su inaceptable entrada en VOX HABLA. Porque usted utiliza su posición de poder provisional para intervenir contra la esencia del proceso democrático, para posicionarse en contra de lo que muchos hemos votado. ¿Dónde queda su pregonado liberalismo y su defensa de la democracia, su respeto a las normas, su ética y su escucha a los afiliados? Al final, usted, se ha retratado como el mejor representante de esa generación de otro tiempo, de esa vieja política de consensos y apaños, en la que la democracia es una excusa y los complejos y mensajes sinuosamente relativistas dominan las mentes. Que hasta en VOX me tengan que decir a mí, nacido en 1978, los mismos mensajes que escucho desde pequeño de esos medios, del sistema, de los cobardes y de la corrupta casta política: es muy majete y está muy preparado pero el problema de este chico es que se llama Blas Piñar... Y además, poco puede aportar como líder quién, llevado por la derrota y los nervios, ha dado un paso fatal, erróneamente fatal que le retrata como lo que acabo de redactar. Mire que lo lamento, pero usted ha cometido todos los errores y traiciones de las que se supone debía protegernos como Presidente.

Nos hemos callado hasta hoy porque usted ha entrado en un juego muy sucio y solo la verdad puede limpiar tantas traiciones. Yo no dudo de que VOX saldrá adelante como quieran sus afiliados, como ya han ido manifestando: unido, fuerte y en orden. Y usted debería saber aceptarlo el día 26. Que una persona de su preparación diga a estas alturas que elegir presidente del partido por una mayoría de afiliados por voto directo no es democrático no solo refleja una extraña desesperación o un exagerado apego que me gustaría comprender, sino un absoluto desprecio por la democracia en sí y, lo que es peor, un desprecio por lo que han votado muchísimos afiliados libres, independientes, sanos e inteligentes del partido que usted preside y presidirá, espero, por poco tiempo. Y una cosa más: porque vamos a ganar, yo no tengo miedo de la democracia interna.








lunes, 21 de julio de 2014

LO QUE AYER SE HABLÓ DE VOX EN YA ES DOMINGO RADIO INTER

Hola, os recomiendo escuchar el editorial de Almudena Negro de anoche en YA ES DOMINGO Radio Inter en el que colaboro. Almudena Negro informa sobre la crisis interna provocada en VOX por un personaje que fue del PSOE y también recomiendo escuchar la parte de la tertulia que dedicamos al proceso de debate y votación de estatutos de VOX el próximo 26 de julio.

Editorial Almudena Negro sobre la crisis interna a partir minuto 2.

Tertulia donde hablamos de la situación y debate en VOX, donde intervengo, a partir de la 1 hora y 11 minutos.


AQUÍ PODÉIS ESCUCHAR EL PROGRAMA





miércoles, 16 de julio de 2014

Lo que al final apoyaré en los estatutos de VOX y por qué



A pesar de que siempre he vivido de cerca la política, por familia,  por educación y por lo mucho que me interesa, nunca antes había tenido una experiencia de participación política tan intensa como la de estas semanas previas al debate de los estatutos de VOX que se votarán en la asamblea del próximo día 26 de julio. He aprendido mucho de este original ejercicio de democracia interna aprovechando las facilidades que para la comunicación aportan las nuevas tecnologías.

Gracias a este fenómeno, he podido mantener y escuchar debates de fondo con numerosos afiliados de VOX. He podido comprobar el alto nivel de formación de muchos militantes, el apasionamiento por España y la Libertad, las ganas de trabajar, la preocupación por los problemas actuales que sufrimos los españoles en concreto y en general toda la humanidad y, con más énfasis debido a la cuestión a tratar, la importancia que muchos damos al artículo 23 que permitirá elegir al gobierno de VOX. 

Aquí he compartido mis reflexiones en las últimas entradas. Como decía, ha sido tiempo de debate, de aprender, de escuchar. Por ello, ha resultado normal que en este proceso uno haya ido viendo las ventajas e inconvenientes de las diferentes propuestas. Apoyé en un principio la enmienda al 23 de Javier Román que buscaba un gobierno unido, puesto que parecía arriesgado mantener los apaños actuales que tanta división, ineficiencia y confusión ha generado. Ahora ha aparecido una enmienda de Luz Trujillo que creo que mejora aún más el gobierno de VOX porque propone la elección de un presidente por el total de los afiliados y he decidido apoyarla con mi voto. Os explico mis motivos:

La enmienda de Román que propone la lista de 12 cerrada seguía suponiendo un riesgo si hay un acuerdo previo a las elecciones entre diferentes intereses. Como el militante no conoce esos acuerdos previos, corremos el riesgo de traicionar la democracia interna. Un líder elegido por todos los afiliados tendrá libertad de nombrar a su equipo y libertad para dirigir el partido sólo atendiendo a los afiliados, que son los que le han elegido. También será responsable. Además, por puro sentido común, se evitan riesgos de división y de falta de transparencia porque el militante sabe a quién vota realmente: a una persona concreta. Algunos creen que el hecho de que podamos elegir a más personas es más representativo o democrático, pero eso no es cierto. Por ejemplo, si miramos a lo que acaba de hacer el PSOE me parece que no hay motivo para esa objeción. El PSOE ha elegido a un líder por mayoría de votos de los afiliados que será quien dirija el partido y en todos los ámbitos se comenta lo beneficioso que ha sido para los socialistas este proceso electoral.

He visto que Javier Román ha retirado su enmienda al artículo 23 que ya contaba ya con cerca de 100 apoyos y ha pedido apoyo para las enmiendas de Luz Trujillo que se formula para elegir a un presidente. Es absolutamente lógico puesto que los argumentos para la enmienda de Román se hacen aún más poderosos para defender la de Trujillo. Es lo que finalmente voy a apoyar porque creo que es lo mejor para que VOX pueda continuar y crecer para hacer algo grande por España. Os animo también a hacerlo, es una cuestión fundamental.


Os dejo los enlaces a las enmiendas de Trujillo:



Además hay otras enmiendas que he apoyado:







martes, 15 de julio de 2014

VOX, liderazgo y democracia interna



Es tal la desorientación general y el descontento dominante hacia la política, que les va a sorprender la siguiente afirmación: a nadie interesa más el pasotismo hacia las cuestiones públicas que a quienes aspiran a imponer su totalitarismo  sin posibilidad de oposición.  En efecto, fue el filósofo de la historia inglés Toynbee quien dejó clara la cuestión: El mayor castigo para quienes no se interesan por la política es que serán gobernados por personas que sí se interesan. También, en este sentido, conviene recordar la división interna como causa del fracaso de muchas tareas comunes: hay expertos en crearla.

La constante sospecha, los políticos repugnantes, los relativistas que carecen de principios, los abundantes traidores o la corrupción que todo lo invade no pueden acabar con nuestra esperanza. Necesitamos responder a los desafíos. Tenemos que actuar. La política es compleja, arriesgada pero sigue siendo una de las mayores tareas que uno puede hacer por los demás. Puestos a citar, viene al caso esta sentencia de Cicerón, político de Roma: Los hombres se asemejan a los dioses cuando hacen el bien a la humanidad. Por tanto, debemos implicarnos, no debemos pasar de los asuntos, pero tampoco podemos caer en un exceso de sospecha que imposibilite la acción política por las divisiones que provoca.

En VOX han confluido numerosos españoles con con ganas de dar la batalla para defender España, la libertad y sus principios más elementales frente a la imposición del pensamiento único de la izquierda. En esta iniciativa nos hemos juntado gentes preocupadas por el momento presente. Personas con diferencias, pero todas, salvo ciertos infiltrados bastante ruidosos pero muy escasos, alrededor de un Manifiesto Fundacional que marca los principales retos del partido. 

Ahora VOX se encuentra, hasta el día 26 de julio, en una fase de debate interno muy importante: se trata de concretar los estatutos que regirán su funcionamiento interno. Me he posicionado a favor de facilitar la elección de un gobierno cohesionado y fuerte que permita asegurar los principios y crear una organización eficaz. Hay muchas formas de lograr esto. Algunos creen que sólo un sistema asambleario obedece a las leyes de la democracia. No es así, y además resulta completamente ineficiente: de hecho es el caos. He leído enmiendas de lo más absurdas y hasta hay afiliados que en nombre de la democracia interna solo quieren asegurar un trozo del poder y dicen que si no gana su opción se van del partido...

VOX necesita liderazgo y unidad si quiere sobrevivir. No se opone a la democracia, al contrario la garantiza, un sistema de elección de un líder que tenga libertad para dirigir el partido, sin tener que responder de pactos previos que buscaron repartir o asegurar el poder. Tampoco es menos democrático un sistema que permita elegir al gobierno completo directamente. Creo que estos puntos son clave. Y conviene reflexionar. Algunos creen que hay que elegir independientes para controlar al ejecutivo, sin comprender que en un sistema democrático sano no se opone gobierno fuerte y control del mismo en otra institución distinta y con otro sistema de elección.

El líder o el gobierno deben poder gobernar con tanta transparencia como libertad y ahora, en el momento presente, entiendo que solo puede hacerse o por elección directa del presidente o por elección directa del gobierno completo en una lista cerrada. Sinceramente prefiero el sistema presidencialista y sería deseable que VOX tuviera ése sistema de gobierno. El resto de sistemas propuesto tienen un tufo a apaño, a reparto del poder ajeno a los intereses de los afiliados y desde luego ni son transparentes ni permitirán un liderazgo como el que urge. Creo que la mayoría de los afiliados que quieren que VOX salga adelante para ofrecer esperanza e ilusión a millones de españoles lo tienen claro.

lunes, 14 de julio de 2014

¿Cómo debe ser el Gobierno de VOX?



Con el argumento de que es "lo más democrático" suelen colarnos el apaño del consenso, tal y como pasó durante la Transición política española. No es nada extraño, por tanto, que algunos miembros de VOX, formados políticamente en esos tiempos remotos, hayan diseñado unos estatutos desde esa óptica: un sistema que permita estar contentos a los que quieren mandar sin importar demasiado qué ocurre con los gobernados. 
Como comentamos en la última entrada, un proyecto común que ahora sufre fuertes disensiones sólo verá despejado su camino si logramos tener un gobierno unido, cohesionado, enfocado en aclarar lo que hasta ahora sigue confuso, capaz de generar la ilusión del primer momento para contagiar ganas de hacer algo importante por España.
Hay enorme interés en muchos ambientes en que VOX se consolide. Para eso trabajamos. Pero también hay mucho interés, en otros ambientes, también de dentro, que están haciendo todo lo posible para que VOX desparezca. Por eso VOX necesita ser liderado con total transparencia y no puede perder más tiempo en discusiones internas. ¿Acaso Aznar no logró el poder después de someter al PP? ¿Acaso Rajoy no está dinamitando el PP por hacer justo lo contrario? Necesitamos un liderazgo real que pueda poner a funcionar de forma eficaz un partido que para nada ha fracasado, porque desde 1979 nadie ha sacado 245.000 votos a la derecha del PP. Por tanto, hay mucho que hacer si sabemos donde estamos y fijamos claramente nuestros objetivos. El liderazgo fuerte, real, representativo, no se opone a democracia pero solo se puede lograr si el diseño del sistema de elección es el apropiado.
Como decía al inicio, el proceso de debate de Estatutos de VOX me recuerda a la Transición política del 75 al 78. Suele ocurrir que abundan, en estos procesos, quienes prefieren las sinuosas confusiones a la claridad. Es lo de siempre, se producen tensiones entre quienes prefieren primero el poder y luego ya veremos qué pasa con los principios y los que quieren asegurar primero los principios y luego trabajar para lograr el poder. Conviene recordar, y el PP es un ejemplo, que si abandonas principios por el poder acabas sin poder ni principios. Y para aclarar y asegurar los principios es necesario una estructura política que garantice la gobernabilidad, la transparencia y control del poder.
Ocurre sin embargo que en la propuesta de estatutos de VOX hay una fórmula de consenso para la elección del Comité Ejecutivo Nacional en la que nos encontramos dos urnas, una para elegir 6 en lista cerrada y otra para elegir 6 en lista abierta. Ya es un error el número par, pero mucho peor es obligar al afiliado a votar a ciegas, esto es, sin saber qué puede salir de esa votación. Por tanto, me ha parecido estupenda la enmienda al artículo 23 propuesta por Javier Román un afiliado que no pertenece a ninguna de esas corrientes tan interesadas como tóxicas y que, sin interés alguno en defender cuotas de poder de las diferentes corrientes, asegura un gobierno unido y transparente. 
La enmienda propone elegir un gobierno de 12 en lista cerrada y urna única, lo cual permite un gobierno fuerte para evitar divisiones en el partido y en el CEN. Es el sistema más transparente pues los afiliados conocen de antemano quiénes serán todos los integrantes del CEN, mientras que con el sistema mixto propuesto con dos urnas, pueden coincidir en el CEN personas enfrentadas, lo que genera luchas e infiltración que impedirán el buen gobierno según el sentir de la mayoría de afiliados. Es esencial para la supervivencia de VOX que el equipo de gobierno esté unido y que se eviten tanto divisiones dentro del CEN como divisiones territoriales. De esta forma se puede conseguir uniformidad en toda España que nos parece fundamental teniendo en cuenta que somos un partido que estamos en contra de las autonomías y a favor de la unidad nacional. Pueden presentarse todas las listas; el sistema asegura por tanto la democracia.
Los argumentos son claros y además, sanos. Sin intereses particulares. El resto de propuestas, en cambio, y se ve en los debates en foros como VOX HABLA, siempre habla de reparto del poder o de intereses de alguna corriente. Os invito a argumentar en este debate y, si lo veis tan claro e importante como yo, os animo a apoyar esta enmienda que necesita 150 votos para poder ser defendida en la Asamblea del 26 de julio.
Os dejo un par de enlaces interesantes, sobretodo para los afiliados a VOX:



miércoles, 9 de julio de 2014

Sobre las movidas internas en VOX...

Es una de las frases más profundas lanzadas por Santiago Abascal en sus aplaudidos discursos durante la campaña electoral para las elecciones europeas: VOX no es como los demás partidos, no es un fin en sí mismo, sino un medio... Un medio, efectivamente, para muchas cosas buenas.

Un medio, esto es, todo lo que no es un fin en sí mismo, se nos presenta como bueno en tanto en cuanto conduce a fines buenos. Por ejemplo, la tecnología ha facilitado mucho la comunicación y, en la medida que facilita puntos de encuentro entre las personas, es maravillosa. Pero también ocurre que, con tantos medios para facilitar la transmisión de la información, acabamos por despistarnos en la confusión de Babel. De la misma forma, la democracia interna no puede suponer acabar con el gobierno o el liderazgo, imprescindibles en toda tarea común que pretenda llegar a buen puerto...

Desde hace semanas ha saltado a los medios las tristes luchas internas entre los militantes y entre los líderes de VOX y surgen grupúsculos empeñados en tirar por la borda el inmenso trabajo que ha permitido lograr 245.000 votos si no se imponen sus exigencias. Por supuesto que VOX tiene cosas que mejorar, aquí hemos hablado de ello. Pero algunas veces parece que para algunos la democracia interna es un fin más que un medio para tener un partido ordenado, unido y con un fuerte liderazgo que evite la confusión que vivimos.

No he entrado en ninguna de las batallas internas. Cuando me piden que me posicione, a todos digo lo mismo que dije analizando el resultado del 25 de mayo: necesitamos una renovación y mensajes claros y sin complejos. En VOX hay gente de sobra y con mucho nivel para sumar con fuerza alrededor de un líder fuerte que nos represente y anime.

He tenido el placer de reunirme con muchos militantes preocupados que quieren que de una vez se resuelva la situación para ponerse a trabajar por una organización que sea capaz de hacer propuestas a los españoles. También hablo con muchas personas que esperan a que todo se clarifique para decidir si finalmente se afilian al proyecto.

Las organizaciones han salido siempre reforzadas de sus peores crisis cuando han vuelto a su raíces, esto es, a nutrirse de sus primeros pasos. Hoy más que nunca todo militante de VOX debe releer el Manifiesto Fundacional para renovar la ilusión, comprometerse con sus principios y trabajar por lo que de verdad importa.

Un partido que proclama con fuerza la unidad de la Nación no puede ser pasto de las rencillas personales. A todos pido reflexión. A todos pido unidad. A todos pido que demuestren su patriotismo. Son absurdas las batallas internas que pretenden repartirse un pastel que aún no tenemos. La política es una tarea compleja que necesita, contracorriente, la humildad del que viene a servir a los demás. En eso consiste el liderazgo.

miércoles, 2 de julio de 2014

La derecha y el debate Monarquía-República

Comparto este artículo escrito hace unas semanas y que ha sido publicado en el número 185 (mayo-junio 2014) de RAZÓN ESPAÑOLA, la revista que fundara Don Gonzalo Fernández de la Mora.

Espero vuestros comentarios, creo que es un tema que debemos abordar con total seriedad y visión del tiempo que nos toca vivir...


En estos días agitados el debate Monarquía o República vuelve a plantearse con tanta pasión como falta de argumentos. Por un lado, la izquierda basa sus posiciones en reeditar lo peor del período de 1931 a 1936, como si aquel periodo iniciado con un golpe de Estado hubiese sido un modelo de democracia cuando la II República fue un fracaso más de la nación, porque principalmente la izquierda solo quiso ver en la República un medio para sus fines totalitarios. Por otro, la derecha enseguida recurre al miedo a que la izquierda se comporte exactamente igual que entonces para rechazar la posibilidad de la República.

Así, la derecha, mayoritariamente, elude el debate. Es un error, porque la mejor manera de evitar que la izquierda utilice la República para sus objetivos es que la derecha sea impulsora de un nuevo modelo de Estado cuya forma política sea una República moderna y democrática, esto es, un sistema con representatividad auténtica que garantice la libertad política y el control del poder.

Conviene señalar que algunos, además de mencionar el terror a una repetición de la II República para evitar el debate actual sobre un sistema republicano en España, suelen añadir que no es un buen momento para plantear el tema debido a la precaria situación económica de España y a las tensiones que causa el separatismo, pero, ¿acaso no tiene el llamado juancarlismo gran parte de la culpa de la mala situación que vivimos en el momento presente? Y, más aún, ¿son sinceros los que aluden al argumento de la inoportunidad del momento para no plantear la cuestión o, más bien, es un recurso para decir no a la posibilidad de la República?

Centremos entonces los términos y el debate, porque no podemos ni debemos eludirlo. Es más, debemos fomentarlo porque gran parte de la derecha española no es consciente de la importancia que tiene afrontar el tema.

La Monarquía es una forma de Estado cuya principal característica  -aunque muchos lo ignoren- es la unidad de poder: la etimología es maravillosa. Siendo así, no se opone a la República, término que se refiere genéricamente al gobierno de la cosa pública. Otra vez la etimología.  Investiguemos. Según el Diccionario de la Real Academia:

Monarquía es el Estado regido por un monarca, o la forma de gobierno en que el poder supremo corresponde con carácter vitalicio a un príncipe, designado generalmente según orden hereditario y a veces por elección y, también es el tiempo durante el cual ha perdurado este régimen político en un país.

República es la organización del Estado cuya máxima autoridad es elegida por los ciudadanos o por el Parlamento para un período determinado; en algunos países es el régimen no monárquico; por supuesto es el Estado que posee este tipo de organización o de denominación y se refiere también al cuerpo político de una sociedad, como hemos indicado.

Como vemos hay dos características que pueden enlazar ambos términos: que el poder se representa por una persona y que, además, es elegido por la sociedad. Y es que, efectivamente se dan Monarquías electivas y dos ejemplos buenos son los Visigodos y el Papado.

Por tanto, el problema político no es real si lo desvinculamos de la ideología, del sentimiento o de la pasión.  Es cierto que todo ello forma parte de nuestra forma de ser, pero también es verdad que podemos utilizar el raciocinio para encontrar soluciones más adecuadas para todos, y para ello, esto es, para utilizar la razón y el sentido común, conviene despojarse de prejuicios ideológicos, sentimientos y pasiones. Así, por lo que hemos dicho, la cuestión es la unidad de poder y la posibilidad de elegirlo, y es en esto donde reside el meollo de la cuestión. Si se da el caso de que algunos tengan empeño en que el poder sea hereditario, podremos responder que no hay un solo argumento racional para el tiempo presente para sostener tal posición: ni si quiera el de la estabilidad. Basta mirar a la Iglesia Católica.

Entonces, ¿puede y debe la derecha asumir como un reto político propio, como un profundo deseo de mejorar España precisamente en este tiempo, la defensa de un cambio político para lograr una forma de Estado republicana? Sí, puede asumir este reto de la República porque frente a las imposiciones del colectivismo que siempre es una forma de totalitarismo, la derecha es una garantía para construir una democracia de verdad partiendo de su compromiso con la libertad personal. Y sí, debe asumir este reto de la República porque sería una irresponsabilidad para con España volver a perder el tren de la historia por egoísmo, conveniencia o por no entender la evolución de la sociedad o no querer involucrarse en las cuestiones políticas y sociales más allá de sus preocupaciones económicas.

Otra razón importante por la cual la derecha debe liderar sin miedo el debate sobre la República es precisamente su marginación en el sistema actual. Me explico: la Monarquía instaurada en 1975 por deseo del General Franco ha buscado, por su propio interés de supervivencia, una legitimidad fuera de su propio origen. Esta nueva legitimidad se ha basado en un pacto preconstitucional con los enemigos de la Corona y de España, que son la izquierda y el separatismo. Así, aunque la derecha ha quedado relegada, ha resultado muy útil para dar imagen democrática al régimen, eso sí, comprometiéndose a respetar caso del llegar al Gobierno, los acuerdos básicos del consenso y renunciando a defender sus propios principios.

Profundizando ahora en la cuestión democrática de la República, la derecha tiene un gran reto, un reto realmente apasionante, pues, por razón del mismo principio democrático ya no tiene sentido defender la Monarquía en el sentido que se comprende esta forma de Estado: no tanto por su unidad de poder como por su carácter hereditario. No hay más que ver las soluciones, más bien apellidos, que han de darse a la Monarquía moderna para ocultar su incompatibilidad con la democracia: Monarquía de partidos, Monarquía constitucional o Monarquía parlamentaria. Porque con estos apellidos se quiere disfrazar el carácter no democrático, por cuanto no elegible, del Rey. Ocurre, además de que el Rey es una figura no elegible por el ciudadano, el hecho aún peor de que es inviolable, lo cual se opone a la igualdad ante la ley. Con ello, tenemos todas las garantías para la corrupción del sistema, del Rey abajo todos, porque suele ocurrir que el Rey acaba reinando y gobernando sin control posible. Desgraciadamente podemos comprobarlo en España.

Técnicamente –y continúo con el reto democrático que tiene una derecha nacional, democrática y moderna por delante-, por lo señalado en el párrafo anterior, la República puede ser –si se construye con cimientos serios y racionales, sin sectarismo- la gran posibilidad de libertad política para España. Porque mientras el Rey se reserva siempre un espacio de soberanía que excluye al pueblo, la República, por el contrario, garantiza que la soberanía resida de hecho en todos los ciudadanos de la Nación. Por tanto, con este nuevo enfoque, mantenemos la unidad de poder –el poder lo tiene el pueblo exclusivamente- y el principio democrático. Después, el pueblo puede delegar todo el poder que posee en los diferentes poderes y contrapesos para garantizar el correcto funcionamiento de las instituciones con independencia y libertad. Así se construye un verdadero sistema de democrático.

Por último, como conclusión, sostengo que la derecha puede y debe asumir el liderazgo de un cambio que llegará más pronto que tarde por una razón y un deber fundamental, que es el patriotismo. Porque por encima del Rey está la Nación y si la Nación puede peligrar por culpa del Rey, conviene recordar la sentencia de un elocuente orador de la Primera Legislatura de nuestra mediocre democracia, escrita en 1979: “la Monarquía es para el pueblo y no el pueblo para la Monarquía… Y dada la situación que vive hoy la Patria se hace necesario pensar en la República al servicio de la unidad y la libertad de España”.