Nada más apropiado que, en estas fechas de Navidad -días en que celebramos el gran Misterio de la Historia-, manifestarse públicamente para defender la Vida y la Familia. Recordaba Juan Pablo II que “la Familia es el lugar donde la Vida encuentra su mejor hogar.”
El aborto en España no deja de crecer: síntoma de la corrupción moral de una sociedad que ha perdido el norte, la disciplina básica y toda educación. Se puede ser muy comprensivo con la mujer que se ve abocada al aborto: se puede ser comprensivo con la desesperación, la maldad, la frivolidad, la estupidez, la ignorancia o la brutalidad. Pero cada vez cuesta más entender el dislate de quien aborta, en una sociedad que tiene a su disposición todo tipo de métodos anticonceptivos. Lo que sí se comprende rápidamente es que éstos no son solución a la irresponsabilidad humana. Pero nadie quiere preguntarse por qué el aborto crece a ritmos del 5 % anual –hasta los 118.000 en el último año en España-. A esta crucial pregunta se contesta así: porque es un drama querido por ciertas estrategias y además es un negocio; es una sinrazón que pretende transformar –hasta peor que animalizar- la sociedad. Y lo logra con creces. No es una cortina de humo -como dijeron los políticos del Partido Popular cuando la nueva ley de Zapatero-. Es la culminación de todo un proyecto para minar cualquier atisbo de civilización: no hay mayor aberración que el derecho a matar al ser humano más indefenso.
Pero ése Partido Popular, al que votan tantos católicos desnaturalizados, mantiene después de un año las leyes del crimen abominable. Esos católicos peperos –siempre peperos antes que católicos y que tanto recuerdan a esos nacionalistas católicos, siempre nacionalistas antes que católicos- hicieron de altavoz de esa reforma de la Ley del Aborto que algún día haría Gallardón. Todavía estamos esperando, 118.000 asesinatos después. Tal es la sinrazón, tal la corrupción, tal el delito de los que lo promueven y lo permiten o lo apoyan con su voto. Absurdo, además, por cuanto en España tenemos uno de los índices de natalidad más bajos del mundo. Cualquier economista no partidista habla del drama que se avecina por el envejecimiento de la población y la bajísima natalidad que padecemos.
Por eso urgen políticas de apoyo a la familia: la única. No entran aquí otros supuestos que son unión, sobretodo, de intereses y con fines ideológicos bastante oscuros. Debemos luchar por la familia que de verdad es capaz de mantener, cuidar o generar vida y educar, esto es: la familia que hoy es perseguida. La única que existe como tal. No la que es fomentada en esos siniestros programas ideológicos diseñados en los despachos de quienes quieren dirigir el mundo. Nada más estúpido el comportamiento del progresismo que, creyendo luchar contra los poderes fácticos o ese monstruoso dominio financiero de los poderes mundiales, se convierte en su perfecto aliado cuando disuelve los cimientos de la auténtica civilización que genera ciudadanos libres, responsables, con principios y valores, que permiten construir una sociedad mejor precisamente por oponerse con fuerza a los avaros del poder. Ya lo dijo León XIII hace 128 años: “algunos trabajan para anular los valores morales, aniquilar las Instituciones y disolver a la multitud en los vicios para así manejarla mejor…” No hemos mejorado; al contrario.
En estos días que llegan tenemos posibilidad de manifestarnos en apoyo de iniciativas por la vida y la familia.
El 28 de diciembre, VIERNES, en Madrid, frente a la Sede del PP en Génova 13, a las 19: 30 h. Convoca AES. También podéis firmar contra el aborto aquí: http://abortocero.org/
El 30 de diciembre, DOMINGO, en Madrid, en la Plaza de Colón, se celebra la Eucaristía de las Familias, presidida por el Cardenal Rouco Varela.
Es urgente que cada ciudadano tome conciencia de que nadie va a ayudarnos y que por eso cada granito de arena suma. No se puede uno quejar cuando no ha hecho nada. La movilización podrá no aportarnos nada a nosotros: pero la lucha es necesaria por nuestros hijos. Por eso no faltéis y gritad alto y claro, con toda razón, más que nunca: ¡Sí a la Vida, sí a la Familia!
Las primeras que deben gritar SI a la vida son las mujeres y no lo hacen, van a abortar como el que va al peluquero
ResponderEliminarPor mucho que yo grite si a la vida no conseguire nada por tres razones
Una porque soy hombre
Dos, porque las mujeres españolas han asumido que abortar es un derecho a su condicion de mujer
y
Tres, porque no esta en mi mano cambiar la política ideológica de los partidos que gobiernan o gobernaran, el socialista de izquierdas Psoe o el socialista de centro PP.
De manera que al final lo unico que hare sera intentar inculcar valores adecuados a las féminas de mi entorno para que vean el aborto como lo que es, un asesinato.
Y después seraficamente pensare
A las demas que las zurzan, al fin son sus hijos lo que mueren despedazados, si ellas los asesinan, es problema suyo.
Nadie les obliga a ser lo que son
A este punto hemos llegado.
http://lapoliticadegeppetto.blogspot.com.es
Tan de acuerdo estoy con todo lo que dice que, espero que con su permiso, le he cogido prestado el tercer párrafo de su entrada que he publicado en mi blog, citando fuente y poniendo enlace, claro.
ResponderEliminarNo tengo muchas esperanzas de que consigamos nada a efectos prácticos, manifestándonos, pero es un deber moral inexcusable que hay que cumplir; lo poco que podamos hacer hemos de hacerlo y además, Dios nos pedirá cuentas de lo que hayamos hecho y delo que hayamos dejado de hacer.
Gracias Geppetto, desgracidamente lo que dices es cierto, porque si a alguien ha dañado el feminismo es a la mujer.
ResponderEliminarTannhäuser, puedes difundir mi blog como gustes. Te lo agradezco.