miércoles, 31 de octubre de 2012

Las tenaces injerencias extranjeras contra España...

El pasado viernes 26 de octubre me invitaron a presentar mi novela La Tesis Prohibida ante el selecto Fórum2000. El acto consistió en una comida –estupenda, por cierto- durante la cual yo expuse un tema relacionado con el libro y cada poco, los más de veinte asistentes me hicieron las preguntas que les fueron surgiendo. La sobremesa se alargó. Fue apasionante.

Sin ánimo de destripar toda la trama del libro –que varios no habían leído aún- hablé de las continuas injerencias extranjeras en la historia de España, normalmente siempre enfocadas a controlar, en el mejor de los casos, nuestra política y, en el peor de ellos, a debilitarnos o, incluso, anularnos. Es una constante. Sobre la pista para profundizar en el asunto, me puso el Profesor de Derecho Constitucional Don Ramón Peralta, precisamente en una conferencia con motivo de los 200 años de las Cortes de Cádiz. Afirmaba Peralta: “Desde Carlos V estamos en manos de dinastías extranjeras que han ido borrando poco a poco nuestra mejor tradición política de libertad y unidad.” Toma.

La convocatoria en Cádiz, con la nación en lucha intentando defenderse de la agresión francesa, vino de la mano de Jovellanos, que no pudo llegar a contemplar la reunión, al morir en noviembre de 1811. Jovellanos pretendía, para salir de aquella gravísima crisis nacional, reunir las Cortes históricas, tradicionales, las de siempre, las de la mejor historia de España. No pudo ser. Cádiz, en 1812, como cuando la Constitución de 1978, fue una oportunidad grandiosa desperdiciada, por culpa de nuestros mediocres líderes que sin altura de miras sólo se preocuparon de sí mismos, de sus carreras, de sus dineros y, a lo sumo, de sus partidos. Así, tanto en 1812 como en 1978, los que tenían el mandato de reconducir España, miraron para sí y para otros intereses. Fracasaron como hoy fracasa el sistema. Otra vez, de nuevo, las injerencias extranjeras. Pero sin olvidar que siempre hay españoles dispuestos a medrar trabajando para los que buscan la ruina de nuestra nación.

Parecerá exagerando, pero es una constante. ¿Cómo entraron los musulmanes en el 711? Por la llamada de uno de los bandos en liza por el trono Visigodo. ¿Cómo se fue fraguando la separación de Portugal del resto de los reinos peninsulares, ya en los primeros siglos de la Reconquista? Porque en ciertas discusiones dinásticas algunos se aliaron con los intereses de Inglaterra. ¿Cómo entraron los franceses en 1808? Llamados ni más ni menos que por esas élites tan corruptas como afrancesadas que veían en el país vecino el remedio a nuestros males. ¿Y cómo entró el comunismo con ánimo de destruir cualquier institución de nuestra mejor tradición? Con la colaboración de miles de españoles alienados por una de las ideologías más destructoras que conociera la humanidad.

Más ejemplos actuales: Hoy asistimos a la mentira separatista de la Guerra de Sucesión de principios del XVIII. El nacionalismo catalán juega con los vocablos y quieren decir de ésta guerra que fue de secesión. Falso. Como en el resto de España, se desató una dura y larga guerra civil -hasta algunos afirman que la primera carlista-, entre quienes apoyaban al Archiduque Carlos y quienes querían que reinara el Borbón. En cualquier caso, los españoles no elegirían. Aquello respondía a un plan macabro de las potencias emergentes europeas que, aún en vida del desgraciado Carlos II, aspiraban a trocear España para repartírsela. Hoy, fomentando el nacionalismo, desde fuera nos siguen haciendo las mismas maldades… Y ayer conocíamos la noticia de la publicación del nuevo libro del experto en Masonería Don Manuel Guerra, que afirma que "las cúpulas de los partidos españoles están controladas por masones."

Dicen que no nos hacen falta enemigos. Cierto. Pero aquí hay muchos dispuestos a ayudarles. ¿Por qué? Lo ha clavado hoy David Gistau en El Mundo: “Los presidentes de la democracia y el Rey, se han sentido hasta ahora los protagonistas del mejor periodo de la nación –que nace en la Sacrosanta Transición- en parte porque nuestra historia es cautiva de la leyenda negra, que los españoles tienen digerida como vergüenza de sí.”

En este blog hacemos un esfuerzo enorme por repasar los mejores ejemplos de nuestra historia nacional. Pocos saben que las constituciones ejemplares de Inglaterra y EE.UU.  -frente a lo que padecemos aquí- se inspiraron en las Cortes de León de 1188, primer parlamento moderno fueron aquellas Cortes de la Monarquía Hispánica. Pocos conocen bien la enorme tarea de España en América, con sus descubrimientos, aportaciones culturales, civilizadoras y evangelizadoras.  Al menos fue un consuelo escuchar a un miembro de Fórum2000 afirmar que “desde hace años, en las élites culturales de Estados Unidos, se va imponiendo una revisión de la leyenda negra hasta el punto de que allí se aprecia mucho, no sólo la colaboración de España en la aparición de la gran nación americana, sino en la inmensa obra cultural de los españoles en todo el continente.”

¿No sienten ganas de empezar a leer los mejores capítulos de nuestra historia? Ánimo. Es una de las mejores muestras de patriotismo que uno puede dar. Recomiendo Lo que el mundo debe a España, (Ariel 2009) del sabio Luis Suárez. Conociendo la historia amaremos más a España y tomaremos nota del pasado cuando, por enésima vez, tengamos que defendernos de los tenaces enemigos exteriores siempre apoyados por los traidores del interior.

jueves, 25 de octubre de 2012

Espeluznantes conversaciones con valientes vascos que dan la cara por España


Los resultados de las elecciones vascas no son menos terribles por esperados. Es un tópico y una excusa a la vez, eso de que “no podemos opinar si no estamos allí” -cosa absurda en cierto modo, porque a veces allí se tiene menos información y menos libertad que aquí- y uno puede hablar con varias personas que viven allí y además vinculadas a la vida pública vasca, tanto a nivel de medios de comunicación, como de empresas y política.

La situación es tremenda. Hay mucha gente muy desanimada. Y encima, hay políticos del PP vasco que han canalizado su fracaso no hacia una sana autocrítica sino hacia el insulto a quien ose tan sólo preguntarles si no habrán errado en la estrategia y abandonado a muchos votantes -150.000, que solo les han votado la mitad de los que votaban a Jaime Mayor Oreja-. Así, Iñaki Oyarzábal y Borja Semper –conocidos trepas sin principios-, ayudados por el mediocre mercenario al servicio mediático del PP Federico Quevedo, han arremetido en una campaña surrealista llegando a decir que la culpa de la pérdida de votos del PP en Vascongadas es de Mayor Oreja, de algunas Víctimas del Terrorismo y de Isabel San Sebastián. Les ha faltado decir que la pérdida de votos se ha debido a que los votantes no han querido votarles, pero quizá eso era demasiado.

Hay cargos del PP vasco que han tomado vinos con políticos de Bildu, Bolinaga sale en libertad por una iniciativa directa del Gobierno, que ha heredado la hoja de ruta de los siniestros acuerdos de Zapatero con ETA, Oyarzábal llegó a decir que Alcaraz era un extremista por manifestarse por la Memoria, la Dignidad y la Justicia.... Y aún creen que la culpa es de otros.

Por eso no extraña que un patriota español que vive en San Sebastián le diga a uno: “Bildu va a traer el castigo que este pueblo vasco merece, por mirar tantos años para otro lado, por permitir que el terrorismo obtenga sus frutos. Muchos vascos van a sufrir, porque Bildu es ETA, es el marxismo más extremista de Europa, incrementará los impuestos, perseguirá la revolución socialista e intervendrá empresas y expulsará de sus puestos a los que no hablen vasco. Y por una parte, prefiero a ETA en el poder, de verdad te lo digo, algunos se lo merecen: a mi abuelo, a mi padre y a mi, nos han machado por defender a España aquí, en Guipúzcoa, y la gente encima nos decía que eso nos pasa por meternos en líos políticos. Con Bildu gobernando podremos despertar a los que se han pasado años cediendo ante los asesinos porque ahora verán lo que es bueno.”

Otro amigo, éste exiliado en Madrid, me decía: “ahora algunos del PP te sacan un curriculum de héroes que no es para tanto, y ahora ellos contemporizan con los amigos de ETA; otros sí sufrimos de verdad las consecuencias del chantaje, las amenazas y el terrorismo. ¿Acaso María San Gil no vio matar a Gregorio Ordóñez delante de sus narices? Ahora todo son sonrisas.”

Un empresario alavés, me comentó en una reunión en su despacho: “aquí votamos el domingo y hemos empeorado las cosas. Y lo pagaremos sobretodo en la cuestión económica, aunque el PNV pactará lo que haga falta con el PP y el PP obedecerá. Por otro lado, si el PP no rectifica ha firmado su sentencia de muerte y el fin de toda posibilidad de un País Vasco español. El PP ganaba en Álava y ahora, con Oyarzábal al frente ha pasado a ser cuarta fuerza política. Un desastre.”

A ver quién se atreve a decir que esto que cuento no es parte de la realidad vasca… Podemos y queremos opinar. Porque la deriva del PP en el País Vasco, que explica magistralmente bien el libro de María San Gil, que aquí comentamos en su día, afecta a toda España. (Recomiento leerlo: http://elalcaldedezalamea.blogspot.com.es/2011/06/maria-san-gil-en-la-mitad-de-su-vida.html)Exactamente igual que el caso de Cataluña.

España está en juego. Déjennos al menos opinar y apoyar a todos los que en Cataluña o en el País Vasco nos llaman aterrados ante la posibilidad de tener que verse obligados a vivir, abandonados por España, en una tiranía separatista que sólo conduce a la ruina y a la ausencia total de libertad política.

martes, 23 de octubre de 2012

Reflexión sobre la envidia y el sectarismo españoles...


Llegó a decir Fernando el Católico que “quien supiera dirigir bien a los españoles, lograría cosas grandes con ellos.” Aunque esta frase sea cierta –España ha logrado grandes cosas- realmente hoy se nos hace imposible, tanto por los dirigentes como por los dirigidos. Pero hoy quiero ser optimista, por cuanto los tópicos sobre los españoles a veces nos hunden del todo. Es cierto además, que algunos son falsos, como el que asegura que trabajamos poco. Pero también es verdad que otros nos describen: en España destaca la envidia y el sectarismo apasionado en mucha gente, lo cual es fuente de muchos males. Hablemos de ello, no con intento de ennegrecer aún más el momento presente; al contrario, para curarnos de las causas de muchas de nuestras desgracias.

Un ejemplo de esto, lo contaba un párroco de unos cuantos pueblos asturianos: “aquí todos quieren su tractor, siempre mejor que el del vecino, aunque solo lo usen dos días al año; ellos con su tractor; eso sí, arruinados. No intentes ponerles de acuerdo para comprar entre todos uno y que lo usen por turnos.” Y cuando fui a Suecia a visitar a una de mis hermanas que allí vivió, contaba que en su comunidad de apartamentos había una lavadora para cada serie de viviendas, porque se amortizaba mejor, pues cada uno, realmente, sólo las usa unas pocas horas a la semana.

¿Es cierto que en España somos envidiosos y sectarios, hasta el punto de imposibilitar que juntos hagamos grandes cosas?

Definamos qué es la envidia y qué es ser sectario –con ayuda de la RAE-: la envidia es la tristeza o el pesar del bien ajeno y el deseo de lo que no se posee. El sectario es el que profesa y sigue una secta; el secuaz, fanático e intransigente, de un partido o de una idea.

Estoy convencido de que sí, que aquí abunda esta forma de ser y proceder.  ¿Cómo combatir estos males?

Dejemos de ver como vigas las pajas ajenas; intentemos comprender los motivos del otro: cada persona es un mundo y tiene sus motivos; liberémonos de etiquetas que clasifican y delimitan, cuando realmente somos infinitos; pensemos las cosas dos veces antes de decirlas, poniendo en la balanza el resultado del comentario, para saber si lo que queremos decir construye o destruye…

Decía la Beata Teresa de Calcuta que “quien juzga a los hombres no tiene tiempo para amarlos.” España necesita menos lecciones y más cariño; más acercarse a la gente y comprender sus motivos. Necesita menos críticas ácidas y más propuestas ilusionantes. Necesita más cultura, más sabiduría: porque cuando la ignorancia predomina la envidia y el sectarismo se asientan y crecen como un tumor maligno. La envidia nace de la inseguridad y del complejo; el sectarismo es hermano de la envidia: porque se agrupan en sectas los que no tienen personalidad, ni principios, ni cultura suficiente para mantenerse libres. Los partidos políticos tienen gran culpa de esto, porque al no ser democráticos en su funcionamiento, premian el comportamiento acrítico del sectario. Cuando me preguntan por qué si me gusta la política no me dedico a ella, respondo que no me gustan las sectas donde los puñales de la envidia te amenazan y donde sólo se prospera cuando vendes tu libertad por un puesto.

Del mundo comercial he aprendido que el tiempo cura conflictos y que el que ayer te criticaba puede necesitar hoy tu ayuda; he aprendido que servir al pequeño como al grande te traerá enormes alegrías cuando al que nadie atendía por insignificante de pronto progresa y triunfa; que contestar con amabilidad y educación es el mejor paso para firmar un negocio floreciente; que en el mundo de los negocios no hay prejuicios, ni odio, ni sectarismo, ni ideología cuando se necesitan solucionar problemas; que las personas normalmente ponen lo mejor de sí cuando la compensación es justa para todos. Hay muchas iniciativas buenas, con defectos, por supuesto, que merecen apoyo, no el continuo desprestigio y la crítica de quienes siempre se creen más perfectos.

Me decía un amigo catalán, que en España todo podemos explicarlo por los ochocientos años de la Reconquista. No le falta razón. A pesar de las luchas intestinas, del odio y de la envidia, de la ambición de poder, al final los españoles vencieron al enemigo porque lucharon juntos por fines más elevados. ¿Seremos capaces, como sociedad, de unirnos por fines más altos? Primero hay que buscar los fines en una revolución cultural que empieza por cada persona. Mucha suerte.

domingo, 21 de octubre de 2012

Comentarios de urgencia sobre las elecciones vascas y gallegas

En cada una de las elecciones nos jugamos mucho, aunque no estemos más que ante los últimos coletazos de los intentos contra la nación que sólo podrán resolverse con el fin de España o con una potente reacción que implique un cambio histórico a todos los niveles institucionales que se hace urgente. Porque nuestros males no están en los enemigos, sino en todo lo que se les ha permitido hacer. Que el sistema ha fracasado es incuestionable. Lo que importaba de estas elecciones es si al frente separatista desencadenado por Mas en pacto con el PNV se iban a sumar con fuerza dos regiones más. Veamos:
País Vasco
Con aproximadamente un 60% de votos separatistas, en el País Vasco se conforma una situación que traerá muchas desgracias a España, por cuanto además se debe sobretodo a Bildu: el partido de ETA –que entró en las instituciones gracias a los pactos oscuros que sólo conocen los que manejan el cotarro- logra el apoyo del 25% de los votantes. Es interesante la bajada del PNV en favor de Bildu: es decir, la sociedad se radicaliza –aún más-. Será una tragedia lo que puede ser un día el reparto del poder entre PNV y Bildu: es decir, entre cierta derecha próxima al nazismo en muchas de sus concepciones y una izquierda radical y terrorista.
Que en el País Vasco la situación se vuelva cada vez más negra es una pregunta que debe hacerse no al nacionalismo, que siempre ha buscado los frutos de la violencia –unos agitan el árbol, otros recogen nueces- sino al constitucionalismo mediocre del PP y el PSOE, cuyo pacto  ha traído estos lodos. Porque el PP apoyó sin exigencia a un PSOE entregado a ETA, desde la negociación hasta el Faisán. Por tanto, PSOE y PP se descalabran: no defienden los principios de sus votantes. El PSOE, por abandonar a esa izquierda vasca que Terreros supo liderar y que siempre se sintió española y el PP paga el precio de haber transformado el PP de Ordóñez y San Gil –el único PP decente de la historia- en un conglomerado de trepas sin ideas cuyo mejor fin era defender de boquilla una Constitución infumable  cuando antes era el compromiso de dar la vida por España, tantas veces llevado a la práctica lamentablemente.

Al menos el Obispo Munilla avisaba que “algunos creen en el error de que la independencia traerá la felicidad” y también, al menos, UPyD ha dado la cara por España, a pesar de sus ambigüedades en muchos asuntos y Gorka Maneiro mantiene el escaño simbólico del que el PP tendrá que sacar alguna lección.
 
 
Lo peor de todo es que los medios de toda índole siguen afirmando que son las primeras elecciones sin terrorismo, cuando la realidad es que nunca el terrorismo había logrado tanto poder, que aunque digan que no matan, matan de otra manera.
 
 Galicia
La baja participación es noticia, la gente está desencantada y los socialistas se han quedado en casa. Arrasa el Partido Popular, que en Galicia intervino rápida y positivamente en la gestión de la crisis y ha evitado quemarse con los resultados de las medidas de Rajoy. No se produce el castigo al Gobierno central que pedía Rubalcaba. Al contrario, el castigado es el siniestro dirigente socialista y la corrupción de Pepiño en el caso Campeón. Por tanto, doble fracaso del PSOE.  
Interesante el fracaso de Conde: la gente ni se fía ni está para aventuras; y como siempre sabe hacer con éxito el PP, han movilizado el voto útil. Si bien el movimiento de Conde suponía esperanza cuando menos de incordiar a la casta, el sistema ha respondido en plena campaña contra el polémico Abogado del Estado, atacándole donde duele: en las sospechas sobre su patrimonio, lo cual ha desanimado a muchas personas.
 
La buena noticia es que, a pesar de la traición a Galicia Bilingüe, y a pesar de la acumulación de errores de Mariano Rajoy en todos los campos que importan a sus votantes,  Feijóo logra cosechar resultados importantísimos porque ha hecho una campaña en la que ha vendido España, unidad, y buenos resultados económicos. Al menos, no habrá tres frentes separatistas. Galicia ha votado España y buena gestión.
 
Despejadas las dudas electorales, esperemos que el Gobierno de Rajoy despeje la duda financiera que abruma a España. Es lo que toca.

jueves, 18 de octubre de 2012

Industria farmacéutica: mentiras, tópicos y verdades

Cuando después de una comida abundante el esófago te arde y una pastilla de Almax te permite volver a sonreír, cuando tras una semana de trabajo estresante crees que algún alfiler se te ha clavado en la sien y tomas un Paracetamol de un gramo y pocos céntimos para dormir como un niño; cuando una gripe te deja dolorido y un Frenadol te hace resucitar; cuando una noche una de tus hijas de tres añitos se despierta llorando, sofocada, tosiendo y a punto de ahogarse y tu vas a la farmacia de guardia porque un médico amigo te ha dicho que tiene que inhalar Ventolín, y en un instante tu hija vuelve a dormir como el ángel más bello que nunca imaginaste; cuando a un ser querido le detectan un agresivo cáncer que puede ser reducido y casi curado con un anticuerpo monoclonal; cuando todo eso ocurre, no se te ocurriría insultar a los investigadores, despreciar el trabajo de los fabricantes de medicinas o quejarte porque algunas empresas ganan dinero… Al contrario, cuando una molécula milagrosa te ayuda a recuperar la salud, crees que los milagros existen y estarías dispuesto a abrazar al descubridor del tratamiento que te ha devuelto la alegría…

Pero en general, el socialismo que todo lo destruye, ha logrado que la inmensa mayoría de la sociedad no sea tan agradecida y crea que las medicinas son un derecho que no cuesta dinero. Ocurre esto hasta el punto de que un Gobierno que se supone que debería ser algo más respetuoso con la propiedad privada y la lógica elemental del libre mercado, ha culminado la obra zapatética de atacar hasta dañar, por pura estrategia electoral y con toda la demagogia que se beneficia de la incultura, a la industria farmacéutica, un sector potente en España, que genera valioso empleo, que investiga, innova y exporta; un sector que ha tenido que despedir a  miles de personas desde que empezara la crisis, que está vendiendo algunos medicamentos básicos por lo mismo que cuesta fabricarlos…Se han reducido los precios de algunos medicamentos más de un 70% porque el ciudadano sigue creyendo que son gratis y que ganar dinero es algo malo. Conviene no creerse toda la propaganda que nos inocula el socialismo.

Es el socialismo, señores. El socialismo de los derechos que olvida los deberes. El socialismo que nunca quiere pagar porque sabe que es una tiranía que hará pagar a otros. Es el socialismo que corta las alas de la creatividad, que termina con la sana ambición y que, intentando igualar, sólo iguala en miseria. Es un socialismo que está logrando que muchas de las empresas nacionales o extranjeras que investigaban en España estén cerrando sus centros de investigación y despidiendo a la gente. Es más fácil recortar del precio de los medicamentos que imponer orden en las cuentas de las Autonomías. Tanto el PSOE como el PP han cometido un dislate del que nos costará recuperarnos.

En Estados Unidos se siguen descubriendo, inventando y fabricando los medicamentos más innovadores: el precio allí es libre y la sanidad hay que pagarla. Pero allí la gente no quiere el desastre de la seguridad social del despilfarro y Obama se ha tragado su obamacare abortista; allí no quieren la sanidad de la cita para cuando estás a punto de morir. No, allí se sabe que las cosas cuestan dinero y que si quiero que alguien gaste 300 millones de dólares en descubrir un tratamiento para el cáncer de colon, tengo que proteger al investigador y pagar el precio. Otra cosa es la caridad. Otra cosa es el mínimo de solidaridad exigible a un Estado de Derecho. Y otra cosa son los casos intolerables, siempre particulares, donde alguna empresa sin moral ha cometido algún dislate: no es lo habitual, ni mucho menos. En general, nos han engañado: aquí cada vez pagamos más y la sanidad es peor. Y si no lo creen, intenten preguntar en un hospital público cómo se deciden los tratamientos cuando no hay dinero y los políticos no quieren gastar en sanidad lo que se gastan en coches, viajes y comilonas. Acuérdense del Doctor Muerte de Leganés, que sólo era un experimento de ahorro de costes.

Dediquen un rato a calcular el seguro que podrían contratar y la pensión que podrían tener con lo que pagamos de impuestos y de seguridad social y además, réstenle antes un 25% para solidaridad  -que no se diga-. Entenderán por qué, a pesar de todos sus defectos, en Estados Unidos tenemos el país que más dona a causas benéficas y al que todos quieren ir cuando tienen pendiente un grave problema de corazón o un cáncer terminal. Claro, eso cuesta pasta y el socialismo solo la tiene para los multimillonarios como Felipe González. Despierten. Nos jugamos la salud.

sábado, 13 de octubre de 2012

Presidente: un año después, las cloacas del Estado siguen activas


El “súmate al cambio” de la campaña electoral que llevó a Mariano Rajoy a ganar las elecciones del 20 de noviembre de 2011  se ha convertido en una de las grandes estafas de nuestra mediocre historia desde 1978 cuyos frutos hoy recogemos, todos podridos por cierto… Con la excusa de la democracia, se han cometido las mayores tropelías, los más negros crímenes, los robos más fantásticos y la ruina más importante desde que Carlos V quebrara la Hacienda española.

Y otra: al parecer, alguien ha robado de la Audiencia Nacional,  el disco duro del ordenador del fiscal Bautista, que precisamente contenía la más jugosa información sobre el caso Faisán, uno de los más inquietantes asuntos que hemos padecido en los últimos años y  que, si estuviéramos en una democracia decente, hubiera supuesto el procesamiento inmediato del ex Presidente Zapatero y antes aún de los altos cargos del Ministerio del Interior, incluyendo al siniestro Rubalcaba. Un año después, Mariano Rajoy, tu Gobierno ya no tiene excusas para no haber terminado con las cloacas del Estado. Tú sabrás por qué las mantienes: ya dicen que se acerca un oportuno golpe de timón de esos que tanto benefican al sistema, tipo el 23-F...Serán capaces de cualquier cosa.

Desde el 11-M, la parte de la sociedad que no se inyecta el lavado de cerebro separatista ni la propaganda socialista de casi todas nuestras televisiones y que intenta atar cabos desde la libertad de pensamiento y la rebeldía intelectual, sabemos que desde el final del franquismo, durante toda la Transición, durante los gobiernos socialistas y también con los populares, pervive una cloaca siniestra en las profundidades del Estado, capaz de los más temibles dislates con tal de prestar un servicio por encargo aún no aclarado, pero cuyas consecuencias son palpables: ruina, manipulación, corrupción y división de la sociedad española. De todo ello hemos dado cuenta en http://www.tesisprohibida.com

Prometía el candidato Rajoy un cambio que a día de hoy no se ha producido. No vamos a dejarnos llevar por la conveniente campaña separatista que pretende que Cataluña sea el único problema que nos intenta perjudicar –Cataluña no es tanto el problema como lo es el nacionalismo y la falta de respuesta legal de las instituciones del Estado-; porque hay muchas cosas que están pasando estos días no menos escandalosas: ahí tenemos al amenaza de Bildu-ETA en el País Vasco, el rescate financiero que intervendrá con dureza nuestras cuentas públicas sin rescatarnos de la casta política y la Monarquía corrompida en manos de un Rey desnortado que, si elogiaba a ZP hoy decide regañar al Gobierno por intentar aplicar la ley en Cataluña.

Y con el asunto del Faisán entramos dentro de lo más grave que se puede imaginar en un Gobierno, por traidor que sea: estamos ante la colaboración con banda armada de cargos públicos cuya misión era precisamente acabar con los terroristas. El Faisán nos lleva a inquietantes preguntas sobre qué es ETA, quién la crea, para qué sirve y por qué se le ayuda desde las Instituciones. Preguntas todas ellas que tienen espantosas respuestas de las que el ciudadano agobiado y desarmado prefiere no escuchar. Mal hecho, por cierto.

Pero quedamos muchos que queremos saber y que preguntamos al Fiscal General y a la Vicepresidenta –hoy al mando del CNI- que si no satisfacen esas preguntas con respuestas claras, no podremos más que pensar que, en la línea del magistral artículo de Javier Benegas en Voz Pópuli la semana pasada  http://www.vozpopuli.com/blogs/1621-javier-benegas-mariano-rajoy-el-ultimo-guardian-del-regimen ,  el Gobierno de Mariano Rajoy se ha convertido, con todas las consecuencias, en el mejor guardián del sistema, en el cómplice de todas las traiciones y en el mejor discípulo de Zapatero. Lamentable, sin duda, porque mientras, España está agonizando.

lunes, 8 de octubre de 2012

Queridos catalanes que queréis ser españoles:

Queridos catalanes que queréis ser españoles:
Dedicado a Carla, Ana, Pepe y José Luis, mis mejores amigos de Cataluña.
Hace unos días escribí una dura crítica a los independentistas que os están sometiendo en algo mucho peor que una dictadura, pues os están matando poco a poco: están matando vuestra esperanza, vuestra ilusión, vuestra historia y vuestra mejor tradición. Es normal: el nacionalismo es lo más opuesto al patriotismo como el aborto es lo más opuesto a la maternidad.
Ha dicho el interesado Durán y Lérida que “el momento actual es como el de cuando España perdió las colonias en 1898.” Tiene razón, por dos motivos: porque el momento de tristeza nacional es tremendo, y sólo los malos hijos, como entonces,  quieren abandonar a la madre enferma; y también tiene razón, porque los enemigos externos de España vuelven a aprovecharse de nuestros momentos de debilidad para embestirnos de nuevo. Lo más grave es que cuentan con la ayuda inestimable de los traidores interiores, que desde que nos invadieran las tropas del Al Tarik en el año 711, siempre han existido en todas nuestras contiendas.  
Queridos amigos de Cataluña, queridos compatriotas: me he acordado, a raíz de esas palabras del diputado que con todo lujo vive en Madrid gracias a los réditos de la mentira separatista,  de un libro sobre la independencia de nuestros hermanos de América titulado “Españoles que no pudieron serlo” (Libros Libres, 2009) del interesante José Antonio Ullate Fabo. En él, se nos explica cómo poderosas organizaciones contra nuestra nación, utilizaron todas las estrategias imaginables para romper los lazos entre los hermanos que conformamos la hispanidad. Hoy quieren volver a hacernos daño, precisamente en nuestro propio suelo peninsular.
Ha cundido en cierto ambiente mediático de la derecha liberal madrileña que nuestro Gobierno debe ceder y responder al reto de separarnos.  Dicen que así Cataluña dejará de incordiar y que pronto se arruinará. Olvidan estos insensatos oportunistas que en Cataluña hay millones de españoles que quieren seguir siéndolo. El Gobierno, que tiene el deber de cumplir la Ley, os olvida. Yo no me olvido de vosotros. Yo amo a Cataluña porque es una parte de España. Yo sé lo que estáis sufriendo cuando os imponen la lengua en que tenéis que educar a vuestros hijos, cuando sufrís una de las presiones fiscales autonómicas más brutales, cuando veis que vuestros representantes predican “España nos roba” cuando ellos se han embolsado miles de millones de euros de vuestros bolsillos en corrupciones inigualables;  yo sé lo que es vivir en una región donde solo une el odio inculcado hacia tu patria. Nadie ni nada puede impedir que la patria se mantenga unida, por encima de ideologías políticas quebradas, por encima de los enemigos domésticos o extranjeros, por encima de una Constitución cuyos frutos amargos hoy recogemos.
Españoles de Cataluña: tenéis derecho a contar con nosotros y nosotros tenemos el deber de colaborar con vosotros. Habrá imbéciles que contemplen cómo se les insulta, porque no esperan más que la falsa emoción de una serie de cafres dando patadas a una pelota. Y es que a mí no me gusta ver cómo me insultan ni aplaudir a quien me roba, ni emocionarme con un deporte convertido en propaganda cutre; porque dentro de ésta partitocracia corrupta, separatismo, fútbol y negocios son una misma cosa con la política.
Amigos: el reto es inmenso. Desde todos lados llegan sugerencias para que definitivamente nos dividamos. ¡Jamás! Cataluña es una región bella, con gente trabajadora, con capacidades enormes y sobretodo, ¡Cataluña es y será española!
La mentira del separatismo ha querido conformar una Historia distinta, pero no hay más que ir a los libros para ver que los habitantes del noreste de la Península Ibérica, desde la Marca Hispánica a las Navas de Tolosa, desde las guerras por Europa hasta la enorme tarea de la conquista de América, desde la guerra de sucesión hasta la guerra contra el francés, desde las guerras carlistas hasta la guerra civil, para comprobar que los catalanes se han dividido y unido como el resto de los españoles con todos sus compatriotas.
Queridos españoles de Cataluña: el día 12 de octubre, día de nuestra Fiesta Nacional, día de la Hispanidad, día de la Virgen del Pilar, día que conmemora, quizá la obra más bella de España y también la del mundo: el abrazo a los hombres y mujeres de América,  estamos todos llamados a una convocatoria para responder al insulto separatista, a la mentira interesada del nacionalismo. Hay que llenar Barcelona de banderas de España. Será el mejor favor que podamos hacernos para que el mundo vea que en Cataluña hay muchos españoles que quieren serlo y que están arropados por el resto de los españoles que tenemos el deber de hacerlo.

jueves, 4 de octubre de 2012

Mis palabras en la presentación de AL FINAL PERDIERON

Presentación Al Final Perdieron
Centro Cultural de los Ejércitos
3 octubre 2012.

Buenas tardes. Gracias por acompañarme, D. Alfonso Arteseros, D. Lucas Molina, general Blas Piñar;  muchas gracias por vuestras palabras; amigos, familia y amigos de las redes sociales, varios de los cuales me habéis emocionado viniendo desde lejanos rincones de España… No merezco tan gran esfuerzo.
Siempre quise escribir este libro. Desde pequeño quería contar lo que me contaron tantas veces mis padres, abuelos y tíos abuelos.
Cuando cada año íbamos con mis abuelos al Alcázar de Toledo a finales de septiembre, y mi abuela nos contaba cómo vivieron la guerra desde su casa de la calle Tornerías; cuando en la casona de Corao en Asturias nos contaban mis tíos abuelos el miedo que pasaron; cuando mi tío abuelo Alfonso nos contó que los rojos le tuvieron atado a un árbol durante una noche diciéndole que le iban a pegar un tiro o cuando mi tío abuelo Manuel contaba cómo luchó en el frente en el Nalón formando parte de las columnas gallegas que liberarían Oviedo; cuando mi abuela María Luisa nos contaba que conoció a su marido –Desiderio, un soldado de Vitoria- por carta durante la guerra; cuando mi abuelo Blas recordaba que tuvo que huir del Toledo rojo con su madre; cuando escuchaba las conferencias magistrales que se impartieron en esta casa con motivo de los 75 años de la liberación del Alcázar y que organizó mi tío el general Piñar como Presidente de la Hermandad de Defensores, cuando, en fin, mientras otros se alejaban para no escuchar las batallitas de los mayores, yo en cambio iba memorizando cada dato y al llegar de nuevo a casa tomaba notas de tanta historia heroica…
Y soñaba con escribir el libro que hoy es AL FINAL PERDIERON. Es la memoria –la auténtica- de una familia, como tantas otras de España. Siempre quise escribir este libro porque estaba orgulloso de la familia en la que me tocó nacer.  Además, el año pasado, al terminar la procesión de la Virgen de Santa María del Alcázar, en un luminoso día, un historiador me comentaba que “hacía falta difundir la verdad también desde la novela o el cine, porque la derecha había abandonado la batalla cultural.” Cierto. Y más en el tema de la guerra civil, en el que la visión de la izquierda se ha impuesto a la gran mayoría de nuestros compatriotas.
Y cuando han intentado manchar la historia de esos españoles,  cuando han querido ridiculizar su enorme sacrificio, entonces ya no solo recordaba que siempre quise escribir este libro. Sentí que debía escribirlo y me puse a ello. La politización de la Historia entraba dentro de la politización de todas las cosas y había que dar una respuesta sin miedo, sin complejos y con toda la fuerza y la belleza de la verdad.
Se entiende la politización como algo muy negativo, pero no porque la Política sea mala, sino porque son malos los políticos que padecemos. La Política es una vocación de servicio, una de las tareas más bellas que pueda realizarse. Pero la organización partidista de la política, sin democracia interna en los partidos, la pervierte, y en vez de ser un servicio al bien de todos acaba por ser una labor que solo busca el interés del propio partido. Así, en ese nefasto sentido, se ha politizado la historia como por ejemplo se ha politizado la justicia.
En relación a la guerra civil española, la izquierda ha construido una enorme montaña de mentiras, dividiendo de nuevo a los españoles en buenos y malos, sin entender que “sin verdad ni hay reconciliación ni paz” como alguna vez ha señalado Juan Pablo II. La iniciativa de Zapatero de remover el pasado ha traído de nuevo un conflicto que se superó ya durante el Régimen de Franco. Les guste o no. Antes de 1975 habían vuelto muchísimos exiliados y por ejemplo el General Vicente Rojo, que era uno de los jefes del Ejército rojo y era amigo de mi bisabuelo comandante Blas Piñar  Arnedo,  ya estaba en España desde 1959… El Valle de los Caídos, monumento a la reconciliación fue todo un logro y hoy es un símbolo atacado por los que no quieren reconciliación sino un nuevo conflicto para poder ganar el que perdieron. Así lo dijo Tamames –nada sospechoso por su origen comunista-  el año pasado.
En las guerras hay verdaderas historias que muestran un mal inimaginable, y solemos recrearnos en ellas como si el mal fuera un poderoso imán; pero también hay grandes historias de perdón y amor, de heroicidad y generosidad, de compañerismo y nobleza. Perdón y reconciliación hay a montones desde el 1 de abril de 1939. Pero algunos  no pueden soportar que paz y prosperidad económica sean las dos grandes aportaciones incuestionables del franquismo. Y hoy, ni una, ni otra, están garantizadas, desgraciadamente.
Parece como si el enorme sacrificio de los españoles de 1936 no hubiera servido para nada, puesto que volvemos a los mismos disparates. Mis antepasados, los héroes de mi familia, empezando por mis bisabuelos que, olvidando sus intereses personales se embarcaron en la durísima tarea de defender su historia, su patria y su fe, unos en el Alcázar de Toledo, otros desde el cerco de Oviedo y otros en el frente, no merecen que fracasemos de nuevo ni tampoco merecen la revisión sectaria del odio, que les condena como golpistas y criminales frente a una democracia que sólo existe en la mentira propia de quienes no quieren aceptar los hechos que de verdad les muestran como son.
Mi familia, vuestras familias, las familias de todos los españoles merecen la verdad. Yo no pretendo tener toda la razón ni que en mi libro no pueda haber algún error o incluso que yo haya sido también víctima de la propaganda –eso siempre es posible cuando se tratan los conflictos bélicos- pero les aseguro que he querido contar la verdad que me contaron sobre lo que les tocó vivir. Es un homenaje a los que entregaron la vida, o gran parte de su vida para que nosotros tuviéramos una España mejor que la que quería el totalitarismo socialista.
Los españoles de 1936 eran seres humanos como nosotros. Nadie quiere la guerra, pero sin entender los motivos que les situaron ante un límite que hoy nos parece incomprensible desde nuestra comodidad, jamás lograremos entender por qué tuvieron que actuar como actuaron.  Lo que más me han enseñado las horas en que he tenido que imaginar situaciones, comprender decisiones, inventar conversaciones de aquellos españoles de la guerra, es la experiencia de meterme de lleno en lo que tuvieron que soportar y padecer… Y les aseguro que más de una vez he llorado sobre el teclado. Y de ahí nace el compromiso de luchar por la auténtica paz que nace siempre de la verdad.
La fe y la valentía  condujeron al éxito a aquellos españoles. Ellos vencieron. Vencieron a la tiranía que pretendía aniquilar su historia, su patria y su fe. Vencieron a los enemigos de la libertad que querían convertirnos en una sucursal de la peor tiranía de la historia humana. Vencieron a los traidores interiores, vencieron a su pereza y a su miedo. Vencieron a los que desde el odio a la Iglesia destrozaron vidas y saquearon un inmenso patrimonio cultural. Vencieron a los asesinos de Calvo-Sotelo. Vencieron. Vencieron.
Por eso hoy hay que preguntarse, con dolor, con tristeza, contemplando la España que camina conducida por semejantes irresponsables a los de los años treinta y cometiendo errores o maldades parecidas a las de entonces, por qué hemos tenido que decir, por qué hemos tenido que titular su historia, la historia de mis antepasados, con un inquietante AL FINAL PERDIERON.
Gracias, de nuevo por venir, gracias BLAS, ALFONSO, LUCAS.
A todos vosotros, amigos, familia.
A todos los que el milagro de las redes sociales convierte en amigos reales, nunca virtuales.
A todos los que me apoyáis difundiendo esta pequeña batalla de las ideas, mucho más importante que cualquier labor política: sin ideas, sin contenido, sin cultura, la política es inútil.
Gracias al Centro Cultural de los Ejércitos por todas las facilidades que nos habéis dado.
GRACIAS, GRACIAS, GRACIAS.