Comienza un año. Nada está escrito pero algunos tienen siempre un plan bien detallado, por eso acaban dominando la situación:
El poder quiere robarnos la esperanza. Y no solo a nivel político. Son los que quieren que nada cambie, en todos los ámbitos de la vida. Son los responsables de todas las rémoras, los que viven bien cuando un tercio del país tiene dificultades terribles y un quinto anda por debajo del umbral de la pobreza. Quieren que pienses que nada tiene remedio. Permiten que conozcas el diagnóstico: ya somos millones los que tenemos claro lo que ocurre, las causas de la profunda crisis que padecemos, pero intentan que no articules soluciones, impiden la unión de los españoles de bien que quieren una España como sí la merecemos. Tu desesperanza es su victoria.
Venden como soluciones las causas de la crisis: volvamos al consenso de la Transición. Quieren mantener el apaño ruinoso y quieren que seamos conscientes de que su poder es inmenso, que nada podemos contra ellos, sus medios de comunicación, su potencial financiero, su capacidad de comprar personas. Si crees que nada puedes hacer has entregado ya la victoria y eres su mejor aliado. Pero la libertad siempre existe porque nadie puede con ella cuando es auténtica. Y la libertad es creativa. Y cuando se tiene razón vencer es, además de posible, obligatorio.
España necesita un cambio y depende de ti mucho más de lo que crees. Y no sólo en la política. En las empresas, en las familias, en cada situación de la vida cotidiana. Si no quieres que esto siga igual, compórtate de manera diferente: coge el timón de tu vida. Ha dicho Francisco en su última homilía del año: cada momento de nuestra vida es definitivo y cada acción está cargada de eternidad...
De forma brillante decía Nietzsche que la esperanza es un estimulante vital muy superior a la suerte. La esperanza no es una lotería ni quedarse quieto deseando un cambio que exigimos a los demás. Tenemos que asumir responsabilidades. Tampoco es esperanza pretender arrasar con todo: debemos tener en cuenta que nunca las revoluciones trajeron sistemas más justos que los que derrocaron. Por eso la esperanza auténtica construye alternativas viables partiendo de regeneraciones que necesitan su tiempo.
Tan importante es la esperanza que nos la quieren robar, porque el más terrible de todos los sentimientos es el sentimiento de tener la esperanza muerta, escribió Lorca. Y eso es lo que quieren los que pretenden que todo siga igual, para seguir controlando nuestros destinos a costa de nuestra libertad, nuestra vida y nuestra nación.
Puedes cambiar las cosas y es hora de que nos pongamos a ello. El año que ahora comienza no debemos terminarlo repitiendo los mismos diagnósticos, sino construyendo las soluciones. No lo olvides: vencerán sólo si consiguen robarte la esperanza.
Este año tiene que comenzar la reconquista.
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