Nada es casual, todo está conectado, insiste Francisco en su nueva encíclica, que ya genera polémica, porque defender la verdad siempre nueva del Evangelio resulta insoportable en los ambientes mediáticos que no admiten la existencia de una verdad única y objetiva... Vivimos en la cultura del relativismo surgido del antropocentrismo racionalista que no admite límite alguno a una irreal autonomía humana y el Papa es contundente cuando plantea el problema de la ecología, el del cuidado de la casa común: la crisis de la ecología es la manifestación externa de la crisis cultural y espiritual de la modernidad, afirma...
Todo está conectado: rezando esta mañana, y reflexionando sobre lo que quería escribir, he leído el maravilloso evangelio de Mateo que hoy lee la Iglesia: no podéis servir a Dios y al dinero... Mirad las aves que vuelan, no siembran, no cosechan, no guardan en almacenes... Vosotros valéis más que ellas... (Mt , 24-34)
Este texto nos sitúa ante la dimensión teológica que plantea el Papa para desarrollar, empezando por la ecología, la luminosa doctrina social de la Iglesia, elaborada durante siglos, madurada por los sabios, iluminada por los santos. Quienes quieren creer que este Papa dice cosas nuevas o que la Iglesia aborda cuestiones nunca antes meditadas, o quienes ignoran el rico pensamiento católico, quedan desconcertados por Francisco, porque insiste citando a sus antecesores desde el principio (p. 3 y siguientes) con lo que dice siempre la Iglesia y recorre bellísimos textos bíblicos, que son un canto de amor a la creación (p. 65 y siguientes).
Evidentemente la interpretación de un lenguaje sencillo puede llevar a entender mal, y a mi me parece algo complejo asumir en este documento la teoría del cambio climático antropogénico (p. 25) que es algo sostenido por oscuros intereses de poder, pero ojo, que el Papa insiste en su autoridad: este texto se incorpora al Magisterio social de la Iglesia (p. 15). El texto que nos regala Francisco tiene puntos más ricos y urgentes que prefiero comentar:
Hay una constante en el documento: denuncia un clamor de la tierra y de los pobres, una injusticia, una inmensa desigualdad. Urge cambiar de vida. Desde nuestro cómodo primer mundo olvidamos los miles de millones de seres humanos hacinados, hambrientos, radicalmente pobres y abandonados en los países pobres. Hay explotación y abuso. El desprecio a la persona acaba siempre en desprecio al medio ambiente (p. 43 y siguientes).
En el punto 93 tenemos un posicionamiento tradicional que causa verdadero revuelo a quienes no quieren límites a la propiedad privada y algunos se sorprenden de que la Iglesia hable del Bien Común (cita al Concilio Vaticano II para recordar esta doctrina, por cierto) o que recuerde que el derecho a la propiedad privada no es absoluto sino que tiene una función social... A algunos católicos liberales les pasa como a los católicos nacionalistas, que acaban siendo más de lo segundo que de lo primero. ¿Acaso olvidamos la doctrina social cristiana o no hemos leído el impactante evangelio del rico y el pobre Lázaro, o la historia del joven rico, o la de la aguja y el camello? Quedarse con la parte de la doctrina que nos conviene es otro fruto pervertido de ese antropocentrismo moderno desmesurado, devenido con lógica en puro relativismo (p. 115 y siguientes). Sirvan como ejemplo de profundidad y contundencia estas afirmaciones: Dado que todo está relacionado, no es compatible la defensa de la naturaleza con la justificación del aborto (p. 120) y está pendiente una nueva síntesis que supere falsas dialécticas de los últimos siglos (p. 121).
Posteriores desarrollos sobre la tecnología, la globalización, el conocimiento, la innovación de la biotecnología, el derecho al trabajo, la política internacional y otros puntos que van surgiendo con el desarrollo de la humanidad, plantean de forma meditada cuestiones inminentes que no se consideran en su importancia en la intelectualidad oficial... La política no debe someterse a la economía (p. 189)... ¿Lo entenderá la derecha española sin principios?
El capítulo sexto, del que poco se hablará, porque pocos llegarán a leerlo o porque no interesará que se conozca, habla de la espiritualidad ecológica, donde se propone cambiar de modelo de vida y dejar el consumismo obsesivo en un mundo donde parece que se defiende una libertad reducida a una libertad para consumir (p. 203). Y frente a las acusaciones de pesimismo, responde en las últimas líneas, porque si bien el problema considerado es dramático y urgente, habla de gozo, paz y de que no todo está perdido (p. 209 y siguientes) y hace propuestas concretas que deben considerarse a nivel social, económico y político. Quienes tienen prejuicios y han clasificando a Francisco desde la simplista óptica que interesa al poder mediático mundano, es decir, los que hablan desde la falsa y cansina dialéctica de derecha-izquierda y de liberalismo-socialismo, seguirán sin aprovechar este rico mensaje que llega muy oportunamente, porque no es ni más ni menos que presentar la doctrina social de la Iglesia desde el apasionante reto de cuidar la obra de de Dios, que es una creación de la que formamos parte y que también ha recibido, no lo olvidemos, la salvación de Cristo... Las dos oraciones finales que el Papa propone son bellísimas. Lean este documento antes de opinar, por favor. Se alegrarán.
Muchas gracias Blas. Nos anima tu síntesis a leerla detenidamente. La verdad es que has hecho un gran trabajo en muy poco tiempo, con la locura del día a día efectivamente dejamos poco tiempo a la espiritualidad.
ResponderEliminarYo también me uno a Pepo y te doy las gracias por introducirnos en la primera encíclica del Papa Francisco. Leeré tu entrada de blog varias veces porque es de esas cosas que cuanto mas se lee, mas se aprende.
ResponderEliminarHay mucha gente, incluso católicos, que piensan que la Iglesia puede cambiar de mensaje para "adaptarse a la sociedad", pero la realidad es que la Iglesia es depositaria del mensaje Evangélico y no puede cambiar ni una coma de éste, independientemente de intereses políticos o ideológicos.
Ay Blas, Blas...
ResponderEliminarEs duro afrontar la realidad y má fácil retorcerla hasta que encaje en nuestro esquema mental. Esto, que es un principio psicológico fundamental, se aplica como anillo al dedo a esta entrada.
Este Papa es un teólogo de la liberación que se vende muy barato al Nuevo Orden Mundial. Bueno, yo diría que a teólogo ni llega. Eso sí, de tonto no tiene un pelo.
Busca siempre un lenguaje confuso para dejar a todo el munndo contento. Hace un tiempo dijo aquello de "quien soy yo àra juzgar" y este otoño la Iglesia aprobará el gaymonio católico. Ahora va y saca una encíclica que asume la ideología del calentamiento global. ¿Qué autoridad tiene el Papa para hablar de un tema sobre el que o hay acuerdo ciientífico? ¿y cómo puede hacerlo para poner a caldo a las empresas? ¿Cómo puede un Papa incitar el odio hacia gente que da trabajo a millones de personas en el mundo? Y para colmo con la retrónica de que los pobres son pobres por culpa del malvado occidente cristiano.
Mira, el cristianismo es una religión antropocéntrica (poblad la tierra y sometedla). El biocentrismo es una doctria orientalista que reduce al hombre a una parte más del mundo. No se reconoce al hombre ninguna primacía como imagen de Dios. Y Francisco quiere congraciarse con el Nuevo Orden Mundial otra vez, ahora asumiendo el biocentrismo.
La próxima encíclica de Francisco a favor del gaymonio y del aborto libre tiene que ser la monda.
Ah, ¿y a cuántos inmigrantes de Lampedusa ha metido en Santa Marta y en el Vaticano? Ah, a ninguno. Bueno, pues vale. Y por no hablar que a la familia de Asia bibi la dejó tirada como un perro en la plaza de San Pedro con los turistas mientras recibe en privado a transexuales, políticos corruptos, millonarios, dictadores, etc... Este es Francisco.
Algunos se creen que el cristianismo es una ideología y por supuesto tiene que estar cercano a su pensamiento político temporal e interesado...nada mas lejos de la realidad. Pueden gustar mas o menos las formas del Papa Francisco, pero el fondo es igual al de los anteriores Papas y así debe ser.
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