martes, 18 de agosto de 2015

La España del XVI y la Inquisición contra Santa Teresa de Jesús

Cuando uno se sumerge en el pasado bien explicado, una atmósfera de humildad le hace preguntarse si de verdad hemos progresado tanto, si es cierto que hoy somos mejores, si es justo que nos atrevamos a calificar a quienes vivieron otras épocas. Hasta aquí creo que pueden ustedes entender mi sentimiento, pero a mi me gusta la polémica. Porque el libro que acabo de terminar aborda la España del siglo XVI y, en concreto, un proceso de la temida Inquisición: el que se desarrolló contra Santa Teresa de Jesús...

El siglo XVI español es apasionante: España se desborda, alcanza todos los máximos, domina el mundo y lidera la cultura, la economía, la Universidad, la ciencia y hasta la fe católica: la reforma impulsada por la Reina Isabel -reconocimiento que aún tiene pendiente la Iglesia- ha traído la verdadera reforma de la Iglesia: la de los santos. La España de aquél siglo aportó grandes nombres universales a la Iglesia. Los tópicos jamás dejarán ver el bosque, porque los prejucios son bosques densos que impiden avanzar a la inteligencia. La Inquisición venía a prevenir y sanar dislates de falsa mística y peligros de orden políticos por causa de novedades religiosas. Evidentemente, como institución a las órdenes también del poder político, fue utilizada como arma, por envidias, recelos y para destruir famas o medrar. Así, numerosos santos e intelectuales de entonces fueron procesados y también conviene recordar que fueron justamente absueltos, compensados y reconocidos caso de San Ignacio de Loyola y de Teresa de Jesús. El caso es que aquello fue como fue y conviene entenderlo en su contexto, que también ahora existen temibles inquisiones...

Sánchez Adalid recorre esa España y nos las explica: por qué y para qué se crea la Inquisición. No hace falta repetir que en toda labor humana hay exageraciones, errores e injusticias. Pero, ¿acaso lector conoce usted lo que suponía en aquélla España que acababa de terminar la Reconquista, el problema de las confusiones religiosas o el peligroso fenómeno de la expansión del alumbradismo?

Hemos disfrutado una interesante y entretenida novela que, comenzando con el proceso al -quizá otro santo- arzobispo de Toledo y Primado de España Bartolomé de Carranza -magnífica la novela sobre este triste suceso del sacerdote Pedro Villarejo, La Luz Mentida- viaja en el tiempo y nos enseña las calles de Toledo, Sevilla o Madrid, y nos explica cómo se viajaba entonces, cómo funcionaba la Suprema y sus motivos, cuál era el sentir religioso de aquella España de éxitos y exageraciones y, como si no apareciera, Santa Teresa flota constantemente el el ambiente, con su simpatía, sus versos, sus oraciones y sus aventuras... Muy recomendable en pleno V centenario:




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