He esperado unos días para comprobar si alguien con presencia en los medios de comunicación con un mínimo de cultura, un político quizá, o un periodista o, incluso, un historiador, se acordaban de una importantísima efeméride…
Si los norteamericanos hubieran tenido un personaje así en su Historia, cuántas series hubieran hecho con cientos de capítulos, o cuán enorme presupuesto hubieran barajado para una superproducción sobre la impresionante vida de un personaje impresionante.…
Pero en la España que nos toca vivir, en verdadero estado de alarma (no por el control aéreo) sino por la podredumbre moral y económica que nos hunde más cada día, nadie es capaz de dedicar un momento a pensar en un gran Rey, quizá uno de los más grandes que hemos tenido, junto a los Católicos y los Austrias Carlos y Felipe.
Alfonso III el Magno, Rey de Asturias. Sabio político. Impulsor de la cultura. Reinó durante 44 años, desde el 866 al 910. Este mes de diciembre se cumplen 1100 años de su muerte.
Le debemos haber continuado y consolidado, partiendo de unas condiciones durísimas, la gran obra de la Reconquista. A su muerte, quedó fortificada la frontera del Duero. Por el oeste, en la zona de Portugal, incluso se cruzó. Además, dejó un embrión de libertad personal y propiedad privada, único en Europa, sentando las bases, para que, dos años después de su muerte, se produjera la fundación del Condado de Castilla, en las tierras con más riesgo de ser arrasadas por el moro.
Sus más importantes victorias políticas y militares fueron fundamentalmente expandir su reino al sur, neutralizando la amenaza musulmana, consiguiendo repoblar el Valle del Duero y el norte de la Provincia de Burgos, afianzando los terrenos ganados al Emirato de Córdoba. Se trata de habitar y proteger, desde la cordillera cantábrica, un espacio vacío, de mucho peligro. Sus victorias fueron tan importantes (Polvoraria, 878) que el poderoso Emirato tuvo que pedir, al Rey cristiano, después de una durísima derrota, una tregua de tres años.
En el plano cultural nos dejó varias joyas. Las Crónicas alfonsíes, fundamentales para entender este periodo. Y entre otros, los monasterios espectaculares de San Salvador de Valdediós, cerca de Villaviciosa, Asturias, y de San Pedro de Cardeña, Burgos, se construyeron durante su reinado. Mandó elaborar la famosa Cruz de la Victoria, enseña de Asturias, que se conserva en la Catedral de Oviedo y cuya copia cuelga del puente “romano” de Cangas de Onís.
Muy recomendable, para saber más, leer LA GRAN AVENTURA DEL REINO DE ASTURIAS, publicado por La Esfera de los Libros, José Javier Esparza, Madrid, noviembre 2009.
De esta parte de nuestra Historia no se nada...Y creo que es una etapa fundamental porque todo influye mucho en nuestros problemas actuales. Gracias.
ResponderEliminarRUBEN ZARZA MERINO.
Sevilla.
Ay, Blas, estas entradas tuyas hablando de nuestra Historia son mis favoritas. Qué bien la cuentas, con qué entusiasmo. No hace tantos años estábamos en San Salvador de Valdediós... Muchísimas gracias!!!
ResponderEliminarSi los de hollywood supieran de la existencia, no sólo de este personaje, sino de otros muchos de la historia de España, desaparecerían los guionístas y serían reemplazados por historiadores. Ya hicieron un peliculón con Rodrigo Díaz de Vivar.
ResponderEliminarQue alguien se anime con Don Pelayo, por favor.
Es de agradecer este recordatorio sobre tan importante personaje histórico. Es una pena que no se divulgue nuestra verdadera historia y que caigan en el olvido personalidades que han contribuido de un modo tajante, como es el caso de Alfonso III, a la configuración y desarrollo de nuestro país.
ResponderEliminarEste es el camino que tenemos que seguir: reivindicar nuestra verdadera historia, sólo así lograremos conocernos y sólo así nos acercaremos a la libertad.
ResponderEliminarGracias Blas, los que amamos la Historia te lo agradecemos.
(Lena)