En el inmenso arenal, el sol de octubre calentaba el ambiente como si fuera el mes de julio. Juan, dispuesto a aprovechar las pocas horas que pasaba con su mujer y sus hijos, se estaba aplicando, concentradísimo, en construir un perfecto castillo de arena. Estaba tan ensimismado en su tarea, que ya los dos niños se habían aburrido hacía tiempo.
-Juan, aprovecha, descansa un rato, me voy a bañar con los niños, no te hacen ni caso…
Como si no lo hubiera oído, ahí se quedó, alejado de la orilla, dando la espalda a un precioso mar y siguió perfeccionando una de las cuatro torres del edificio tamaño maqueta. Isabel, con los dos niños agarrados de sus manos, se metió en el agua, aún caliente en ésta época del año…El suave oleaje divertía a los tres: la madre y sus niños de cinco y tres años.... Juan dejaba volar su mente, mientras intentaba relajarse moldeando la fina arena húmeda. No era fácil, porque no dejaba de pensar en las consecuencias de la próxima publicación sobre sus investigaciones acerca de un oscuro político de la oposición…
Habían ido a pasar unos días de descanso a casa de sus suegros, en la costa este. Después de un comienzo de curso agitado por los numerosos viajes para promocionar su última novela, se merecían unos días juntos. Ésa mañana, dado que los niños habían amanecido prontísimo, bajaron enseguida a la solitaria playa. Un lunes de mediados de octubre, a pesar del buen tiempo, no hay apenas nadie en el kilométrico arenal. Quizá paseaba algún vejete tostadísimo por el sol. Desde dónde él seguía concentrado, podía ver un joven durmiendo en una tumbona, protegido del sol por unas oscuras gafas y una gorra verde. Después de terminar un profundo foso que protegía el castillo, volvió la cabeza para contemplar, ya dentro del agua, a su mujer y a sus hijos. Al poco se acercó un nigeriano, vendedor ambulante de relojes…
-No me interesa, gracias…
En vez de retirarse para buscar dónde hacer negocio, el nigeriano insistió. Juan aclaró:
-De verdad, déjelo.
Absurdamente el vendedor se crispó, como llamando la atención o buscando bronca:
-Oiga, no me insulte, no he robado nada. ¡No robo! Vivo de esto, es mi trabajo.
-¡Pero bueno!
Juan se levantó. Se decía para sí “¿de qué coño va este tipo?” Y ya de pie, le dijo:
-No te he dicho nada, déjame, coño. Que no quiero un reloj, joder, que te largues.
-¡Cabrón, racista! Te voy a matar, ¡hijo de puta! Eres una mierda…Te voy a matar…
Cuando el nigeriano acabada de estamparle contra el suelo, Juan pudo observar cómo se acercaba corriendo el joven de la tumbona de gafas oscuras y gorra verde…
-Eh, qué pasa…
-Este puto cabrón me dice negro de mierda y que soy un ladrón…
Juan se sacudía la arena de la cara y la escupía de su boca…
-Pero ¡qué coño!…Que yo no quiero ninguno de sus putos relojes, que solo le he dicho que no me interesaba…Nada más. Pírate.
-Eso es mentira, es un cabrón, te voy a matar…Eres un mierda.
El de la gorra intentó calmar al vendedor de relojes. No tuvo éxito. De hecho, le crispó aún más y, cuando todo parecía quedar tranquilo, ya sin decir nada más, el nigeriano sacó un cuchillo de enormes proporciones y lo clavó en el cuello de Juan, que se desangró en pocos segundos. El asesino echó a correr hacia el paseo marítimo y se alejó en un coche que parecía le estaba esperado…El de la gorra verde sacó un móvil e hizo una llamada. A los dos minutos un par de policías locales se acercaba a dónde yacía el cadáver de Juan. Isabel salió con sus hijos del agua…
-¿Qué es esto, qué ha ocurrido?
-Retírese señora, no se acerque. Han matado a un señor.
-¿Qué? Es mi marido…¡¿Qué dice!?!
-¿Su marido?
-Juan….Juan. ¿Qué ha pasado? Niños, vamos, vamos… El de la gorra testificaba y el otro agente tomaba nota. Isabel se acercó ahí para intentar saber qué estaba ocurriendo.
-Se estaban peleando. Yo me acerqué. El fallecido insultó y agredió violentamente a un vendedor ambulante de relojes que era de color. Le insultó mucho cuando el vendedor intentaba venderle su mercancía. Le agredió con empujones primero y luego lo tiró al suelo y entonces el negro se echó encima y le clavó algo en el cuello y asustado salió corriendo…
Isabel no podía creerlo. No le encajaba todo eso con la forma de ser de Juan.
-¿Qué Juan se lió a pelearse con…?
-¿Usted lo ha visto señora?
-No, no, estaba en el agua, con los niños…
-¿Sus hijos? Entonces mejor ocúpese de ellos y deje esto en nuestras manos.
Isabel se sintió más sola que nunca. Lloró, pero era fuerte. Nunca imaginó que fuera a reaccionar con tanta frialdad. Quizá fuera por los niños que andaban ya jugando donde uno de esos grupos de tobogán y columpios diseminados a lo largo del arenal. Sacó su móvil de la bolsa de playa y llamó a su padre, que se acercó enseguida para abrazarla.
-Tranquila, Isabel…Vale, se lo que dices. No encaja, no me lo creo. Y ese, el de la gorra, cuando le oigo me pone enfermo. Coge a los niños y vete con mamá a casa…Te acompaño al coche. Cuando estaban a punto de cruzar la línea del tranvía que recorría la costa paralela al paseo marítimo que cerraba la playa, ya pudieron ver su coche con la luna trasera reventada…
-Joder, Isabel, ¿qué coño pasaba con Juan? ¿Qué echas de menos en el coche?
-Solo su ordenador…Me imagino de qué va esto…
-Vale, vete andando con los niños a casa. Me quedo aquí. Voy a llamar a mi primo Miguel, el que esta aquí de Fiscal en la Audiencia Provincial…Sabes que cuando veo cosas raras me temo lo peor. Y Juan llevaba mucho tiempo tocando los cojones a mucha gente poderosa. No debió ir a la tele la semana pasada para la entrevista, coño. Me cago en la puta. Estos tíos son muy poderosos joder…Lo tienen todo controlado, vigilado…
-Papá. Gracias.
-Venga, vete. Isabel, tienes que ocuparte de los niños y ser fuerte. No le digas nada a mamá. Luego paso por casa y nos vamos a Madrid. ¡Qué hijos de puta!
El de la gorra seguía declarando. Se acercó por fin una ambulancia. Luego vino el Juez. Y pronto llegó Miguel, el Fiscal.
-Alberto…
Abrazó a su primo.
-¿De qué va esto…?
Se acercaron al grupo de policías. El Juez certificaba la muerte. Pronto llegaron dos hombres de traje negro, encorbatados, pegados al teléfono y hablaron con el Juez, haciendo un discreto aparte. Y se fueron. Miguel, que conocía perfectamente a los policías y al Juez, preguntó:
-¿Qué ha pasado?
Le contestó enseguida el Juez.
-Tu por aquí, Miguel… Parece que el fallecido agredió al vendedor con mucha agresividad y éste se defendió como pudo…Un caso de racismo.
-¿Qué cojones me estás contando?
-Hay un testigo Miguel. Ése –señaló- el de la gorra verde. Estaba aquí, intentó separarles, pero…
-Ven aquí, coño, ven aquí, que no tienes ni puta idea…
-Miguel, estaba de guardia, esto lo llevo yo y no enredes…
-Qué, joder, ¿qué ya te has puesto del lado de los de siempre, mamón, trepa? Juan era un periodista cojonudo, era un toca huevos para estos cabrones que se están cargando todo…Esto huele mal. ¿Has tomando nota de que a su coche, ahí aparcado, le han reventado la luna trasera y se han llevado el ordenador? Ahora dirás que es casual…
-Pues sí, aquí roban mucho. Y además, ¿Por qué vamos a creernos que le han robado al ordenador?
-Por la misma razón… ¿Por qué cojones crees al de la gorra?
-Lárgate Miguel. El Fiscal General ya ha nombrado al Fiscal de éste caso: aquí no pintas nada…
Miguel hizo unas fotos al cadáver, a los que allí estaban y al coche y se alejó con su primo. Fueron a casa de los padres de Isabel, tomaron algo, descansaron y, por la tarde, cuando ya se quiere ir acostando el sol de octubre, después de dar las gracias su primo, Alberto condujo el coche hasta la capital con su esposa, su hija Isabel, y los niños; les acompañaron a casa, ordenaron el equipaje, cenaron ligero y, cuando los críos se acostaron, los padres abrazaron a su hija y le apremiaron a que descansara. Una noche fría amenazaba con las primeras lluvias del otoño más triste de su vida. Mañana deberían empezar a comprender por qué habían matado a Juan…
Isabel fue a su cuarto y se tendió en la cama. Notó que algo la molestaba, como si le pinchara la espalda. Un pen-drive. El pen-drive de Juan. Se levantó, fue al salón, encendió un portátil, conectó la memoria y abrió el único archivo que contenía. A la vez que el cielo empezaba a llorar, como para acompañarla, leyó:
Isabel, estaré muerto cuando leas esto. Siempre te dije que mi novela era totalmente cierta. Quise ser optimista…Imposible.. Contacta con Fátima Arnedo, de Diario 24. Con que ella vea éste esquema que te pongo abajo y se lo enseñe a Paco Jiménez, el director, lo entenderán todo. Se que no te creíste nunca nada de mis conspiraciones. Pero hoy han intentado acabar con lo que he destapado. Te dije cientos de veces que aquello que nos contó mi amigo y compañero F. Lázaro, era cierto. Alguien del entorno del Alcalde había preguntado por la famosa mochila de Vallecas antes de que apareciera. Eso me dio una clave. Las elecciones del 20 de noviembre serán muy tensas. Preparan algo. Nunca entendí qué pueden estar preparando, pero desde el 11M solo se puede explicar de una manera y tiene que ver con eso que contaba mi abuelo de lo de Gabaldón, ése crimen de 1939 en la carretera del oeste. El plan de ETA era que los Populares no gobernaran en 2004. Pero ahora es peor que eso. Es la consolidación de lo que he contado en la novela. Y nunca pensé que se cumpliera. Porque en los Populares hay gente implicada. Siempre la hubo. Mira por qué si no han entrado, al mando de unos locales, en la casa de Elena Aguyó de Gilmar o por qué asaltaron hace una semana la casa de la juez que investiga las trampas de los TEDAX en la investigación de los atentados de Atocha y, lo que les ha puesto muy nerviosos: que ha pedido la lista de llamadas del móvil de la mochila Vallecas. Este es el esquema que debes enviar a farnedo@diario24.com, tiene una lógica que ya conocen perfectamente en Diario 24:
Perpignan-Confirmación socialistas-Servicio Secreto-Embajadas Francia/Marruecos-Mochila-Certificación Alcalde-11M- Proceso negociador-Faisán-Cesión presos-Pacto PSOE/PP País Vasco-Eliminar obstáculos víctimas (Populares Méjico)-Ensayo 15M-Conferencia paz-Declaración ETA-Evitar mayoría absoluta-Presiones 15M-Alcalde en listas-Que el líder Popular no forme Gobierno aunque gane.
Objetivo:
Última fase operación Ismael definitiva.
Gobierno concentración Pacto Estado Alcalde-Presidente del Congreso Estado federal. Garantía: JC-I. CONFIDENCIAL
EN EL NOMBRE DE ISMAEL
Veremos si aciertas pero hasta ahora y leyendo tu libro LA TESIS PROHIBIDA todo encaja...
ResponderEliminarAyer mismo me sorprendí al ver el asalto a la vivienda de doña Esperanza Aguirre los paralelismos del relato con lo sucedido en Madrid. Da que pensar. Da miedo. Por cierto, uno también ve paralelismos entre el robo del coche de doña Carmen Chacón cuando se postuló para las primarias, con el asunto del señor Neira, rápidamente detenido en la autopista por un policía de paisano y un periodista de incógnito. Y tantas otras cosas que suceden y han sucedido en España. Saludos. Eduardo Martínez
ResponderEliminarPero como se puede ser tan friki.
ResponderEliminarMuy acertado,por desgracia para nos.Saludos Blas.
ResponderEliminarEspero que no aciertes en todo....
ResponderEliminarDidier pironi