Las madres tienen una intuición especial. Cuando mantienen una buena relación con los hijos, son capaces de avisar –sin ser del todo comprendidas en el momento- de posibles peligros. Tan es así, que hace más de dos años mi madre me avisó de que algo no le gustaba de cierta actividad que emprendía con cierto grupo…
-“Pero mamá, si estos son de los buenos…”
Ahora me doy cuenta de que una vez más, mi madre tenía razón: su intuición femenina había funcionado con perfección…Si uno quiere, puede aprender cada día grandes lecciones…
Y es que es normal que cuando algo nos entusiasma, nos defraude más –incluso hasta el dolor- cuando descubrimos que no todo era como pensábamos. Y es que el peor mal, lo hacen los buenos. Ya me pasó algo parecido con Intereconomía: de pronto los buenos incumplen lo prometido sin dar las explicaciones pertinentes o recurriendo a trolas disparatadas… Pero es que les es muy difícil explicar sus miedos, sus complejos, sus servidumbres, sus defectos de formación y sus oscuros pactos en los que venden su libertad. Pero, ¿acaso creyeron los buenos que la libertad no tiene un precio carísimo, tan caro que muy pocos estamos dispuestos a pagarlo porque no queremos callarnos? Ahí está Jesús Cacho, renaciendo de nuevo, luchando contra el sistema de la corrupción, con su nuevo digital Vozpópuli…
Pero, a pesar de tantas trampas, sigo confiando en la gente. Y prefiero que me fallen a fallar yo. Pero confiar no significa que no tengamos que estar siempre alerta. Estoy convencido de que la mayor parte de las desgracias que ocurren en este país –que ya acumula demasiadas- provienen no tanto de los que atacan los fundamentos de nuestras tradiciones nacionales y nuestros mejores valores –los malos hacen bien en hacer su trabajo, al menos no engañan-, sino precisamente de los que no los defienden por complejo, cobardía, mediocridad o ignorancia. Es decir, lo que señalaba una de las frases más citadas de Burke, el valiente político irlandés que supo ver los peligros de su época: “Los malos triunfan porque los buenos se cruzan de brazos.”
Y podemos ir más allá, desgraciadamente. Porque en España, para muchos, no solo es más cómodo cruzarse de brazos ante el mal, sino que incluso a una parte de esos de los buenos les resulta más agradable aún compincharse con el mal en un equilibrio imposible. No se puede estar a todo. No se puede pretender que, por mucho que se disfracen los males, resulten buenos. Hablan de mal menor o de que “al menos desde aquí intentamos hacer algo bueno.” Y acaban empujados al mal de otros. Así, el mal que hacen los buenos resulta mucho más perverso, porque como es inesperado es una traición que deja aún más confundidos a los que esperaban algo bueno de ellos. Para nuestra desgracia, en los partidos, en los medios y en las más diversas instituciones hay de esos de los buenos que parece que están cerca de la verdad pero la traicionan deliberadamente, o la usan estratégicamente para atacarla y, la mayoría de ellos, por mediocridad o cobardía, contribuyen al aumento de la confusión de las gentes. Ya lo dijo Carrero Blanco poco ante de que le mataran, como recojo en LA TESIS PROHIBIDA: “hay varios enemigos de España: el capitalismo salvaje, el comunismo internacional, la masonería anticatólica y los necios dirigentes que colaboran con ellos.” Pues esos necios, eran de los buenos y tanto se enredaron que acabaron asesinando al Presidente, al servicio de los malos, por cierto, precipitando el proceso que ya ha deshecho la nación. Y no aprendemos. Además, los buenos, cuando son puestos en evidencia, reaccionan con odio –como siguiendo al pie de la letra la receta de un protocolo-, porque no soportan verse a sí mismos como los malos que son, y echan la culpa, siempre, a otros.
Por cierto, mi madre también me ha dicho siempre: “de buenas intenciones está el infierno lleno.” Gracias, mamá.
Genial como siempre , los buenos llenos de complejos y los malos sacando provecho de los complejos de los buenos.
ResponderEliminarAbsolutamente magistral, Blas. Espero que despierten tantos de los buenos. Y si no se despiertan, que se les caiga la cara de vergüenza. La que te va a caer chato, porque dejas a tantos en evidencia...Hay muchísimos de esos "buenos."
ResponderEliminarMuy buen artículo, pero no se puede esperar humanamente la correcíón de "los hechos nefastos de los buenos", porque LA SOBERBIA les puede, acuerdate de "el fariseo y el publicano", pero rezaremos , porque el que pide, recibe. un beso, carpino.
ResponderEliminarMuy buen artículo, que leo hoy día 13 de octubre. Por cierto, en tal fecha como hoy, la II República que al parecer era la "leche" de lo demócrata que era, prohibe a las órdenes religiosas el dedicarse a la enseñanza y disuelve la Compañía de Jesús. Fue hace 80 años. Saludos
ResponderEliminarEduardo Martínez
Errare humanum est, perserverae autem diabolicum
ResponderEliminarPor favor, léase perseverare.
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