No estamos
ante el caso Bárcenas. Estamos ante
un producto más de la partitocracia corrupta coronada que nace del consenso del
78. No se trata sólo de las comisiones ilegales recaudadas y repartidas por un
Tesorero que se ha visto abandonado y encarcelado por sus antiguos
conmilitones, estamos ante una gestión desastrosa y una lucha interna de poder
propia de una mafia en la que las disputas se resuelven con amenaza, traición y
puñaladas por la espalda, porque falta democracia interna en los partidos y sobra
control político de la justicia.
No es el
caso Bárcenas. No. Es el caso Rajoy. Porque Rajoy ascendió y nombró Tesorero a su amigo Bárcenas, a quien conocía bien desde hace años. Es el caso Rajoy porque una vez investido
Presidente olvidó programa, principios y
promesas para servir al sistema de la corrupción, el régimen de la oligarquía
de la Transición, el apaño de las 100.000 leyes autonómicas con sus 700.000
páginas de boletines, el consenso sobre los escándalos de la financiación ilegal,
las concesiones de obras a los amigos, las privatizaciones oscuras, las
fusiones dirigidas, las negociaciones con ETA, el espionaje desde el Estado, el
silencio sobre la masacre del 11M, la banca rescatada con dinero de todos, los
sobresueldos en cajas de puros y los medios de comunicación sometidos.
Es el caso Rajoy porque es Rajoy quien mintió con los impuestos, siguió con el proceso de
concesiones a ETA, negoció a escondidas con el traidor y corrupto separatismo
catalán financiando su independentismo quebrado, paralizó –Soraya manda mucho-
la reforma de la ley del aborto, se negó a una reforma seria de la inmensa
Administración que padecemos y volvió a mentir en relación a las tramas de
corrupción y posible financiación ilegal del Partido Popular. Es el caso Rajoy porque el caso Bárcenas sólo ha estallado en la cara
del Presidente cuando quiso aplicar su única doctrina política: no hacer nada
más que intentar mantener el régimen de corrupción que está destrozando la gran
nación que es España.
La crisis
–ya muy larga- ha logrado ir despertando poco a poco a parte de la sociedad que
no está dispuesta a consentir ésta estafa ni un día más y a Mariano Rajoy le atacan principalmente
los suyos, porque el miedo a perder el poder es siempre más grande que la
ambición por conquistarlo. Es cierto que quedan muchos militantes o
simpatizantes adictos a una falsa lucha entre un PP y un PSOE que nadan de la
mano en el mar de la corrupción: esos aún no ha entendido nada del sistema que
padecemos. También es cierto que no nos estamos enterando de estas noticias del
caso Rajoy –otro Padrino, según Pedro J. Ramírez dice con razón, dado lo que estamos descubriendo-
porque exista una inquietud reformista o un deseo de regenerar la política,
sino porque asistimos una durísima y sucia lucha de poder. Ahora bien, no
podemos olvidar que sin escándalo no hubiera existido posibilidad de darlo a
conocer. El problema no es que El Mundo publique lo que Bárcenas está destapando, sino que padezcamos un Presidente del
Gobierno y toda una directiva del Partido Popular implicados en un turbio
asunto de sobresueldos y financiación ilegal.
La sociedad
debe estar alerta porque el consenso actúa para evitar el cambio y la Casa
Real, PP y PSOE necesitan tapar, respectivamente y cuanto antes, los casos Urdangarín, Bárcenas y ERE. ¿Quién tiene ése poder ahora mismo? Se comenta que
el Ministro de Justicia, un servidor del Régimen, que ha impedido que se abra
pieza separada contra él mismo en el caso del dinero entregado por el
Ayuntamiento de Madrid a Urdangarín,
no ha movido un dedo –más bien al contrario- para meter a Bárcenas en la cárcel.
Entendamos
de una vez que la corrupción es el propio sistema –ya en estado terminal-, porque
el régimen legal con sus inmensos niveles administrativos es toda una
organización para robar a los ciudadanos, causando un daño mucho peor que la
mera extracción masiva de recursos. Porque la corrupción es un cáncer que se
extiende mediante el mal ejemplo, que deslegitima las instituciones, que
elimina incentivos básicos para crear riqueza de una manera legal, que
incrementa los costes de todos los bienes y servicios y, en fin, provoca una
situación de hastío y desconfianza de la que salir se hace cada vez más
difícil.
Lo triste
es que hemos tenido que llegar hasta aquí para que muchos se avinieran a
aceptar que las causas de la profunda crisis general que padecemos están
escritas en ése cansinamente elogiado oscuro consenso de la Transición. Bienvenidos
sean esos nuevos críticos: cuantos más seamos los conscientes de las raíces del
mal, más fuertes seremos para lograr la transformación institucional –la gran
catarsis que comentábamos la semana pasada- que nos permita construir una
auténtica democracia como la que merecemos todos los españoles, excepto esas
élites y esas castas responsables del terrible deterioro que estamos viviendo.
Lo mejor que he leído sobre el asunto y ayer lo dejaste muy claro en 13 TV, el que mejor de todos en el debate.
ResponderEliminarJuan Balboa
Un artículo tan brillante como sagaz. Comparto la opinión anterior: de lo mejorcito que vengo leyendo recientemente.
ResponderEliminarNo es el caso Barcenas, no es el caso Psoe, no es el caso Rubalcaba, no es el caso Rajoy
ResponderEliminarEs el caso España, este sistema no da mas de si
http://lapoliticadegeppetto.blogspot.com.es/
Creo que ya subyace en el espíritu de este genial artículo lo que tú afirmas en tu comentario Gepetto, y la necesidad de una catarsis desde la regeneración.Fdo: unnibelungo.
EliminarDigo yo que si hubiera querido decir lo que yo he dicho, lo hubiera escrito
EliminarNo obstante ha escrito que el caso Barcenas es el caso rajoy y YO sigo diciendo que la descomposicion que tanto el caso Barcenas, como el Caso Gurtel, como el caso Bono, o el caso Pepiño o el de los eres o el de Zarrias , o el caso A92 o el 5% de los catalanes, o el caso Palau, o el caso Pujoles, o el secesionismo Vasco y la estupidez gallega esa que dice que para ser politico en galicia hay que ser gallego en fin, la retahíla...es un problema español.
Se han repartido España y como ya no hay dinero de donde tirar se muerden como fieras.
http://lapoliticadegeppetto.blogspot.com.es/
Hay que manchar el propio nombre de España con tal de no llamarlo "caso PP", tal es la cantidad de veneno que nos ha inoculado esta casta podrida y tóxica.
EliminarNo te enteras
EliminarEl corrupto sistema que padecemos, fruto del cual es toda esta avalancha de mugre es un problema de toda España, de todos los españoles
Y o nos sacudimos de encima esta basura, o nos ahogamos
de modo que SI, es el Caso ESPAÑA
http://lapoliticadegeppetto.blogspot.com.es
Ahi se dice toda la verdad na mad tengo que decir
ResponderEliminarenhorabuena Blas estupendo en 13tv Juan Viejo
ResponderEliminarEl Sr. Trías, alcalde de BARCelona, dice que apoyarían una supuesta moción de censura en función de que se les reconozca el llamado "derecho a decidir".
ResponderEliminarEl abogado-amigo-ex-diputado PP que se dice filtró en el primer momento los famosos papeles de BÁRCenas también se apellida Trias (¿coincidencia?, mis conocimientos sobre apellidos catalanes son insuficientes).
¿Qué no será capaz de reconocer Rajoy con tal de recibir el apoyo explícito de diputados de fuera del PP?
Yo también aplaudo el artículo. Al 100%
ResponderEliminarLo único que puntualizo: ¿cuándo empezamos a generar la alternativa seria al Régimen del 78? Informar, analizar, desenmascarar, despertar a los ciudadanos...está muy bien, pero hay que pasar a los hechos de una alternativa seria.
Muy posiblemente la solución está en la reimplantación de lo que SÍ funcionó antes de 1975 en tantos ámbitos, también a pesar de los fallos y corruptelas que nos acompañan siempre (nunca como ahora)..... pero hay que avanzar de la sensibilización hacia la alternativa.
...Y el servicio secreto debería dejar de trabajar contra España, empezar a trabajar POR ESPAÑA, y facilitar que la gente decente se organice para facilitar la alternativa.
Un cordial saludo.