Ha sido un infierno, una fiesta del mal. Un cúmulo de errores -esperemos que solamente eso-, hierros retorcidos, fuego, 78 muertos, muchísimos heridos... Víspera de Santiago, fiesta de España, la gran nación que nunca dejará de serlo...
La nación no se mide por los errores, por los fallos, por las miserias de algunos. La nación no se refleja en ciudadanos asqueados, pesimistas, asustados, paralizados... España no es el resumen de las acciones de sus enemigos, externos o internos. España no es una historia olvidada, ni un viejo sueño de grandeza. España no es esa nación decrépita, perdida, manipulada, pesimista o corrupta que quieren imponer los que quieren hacer del mal una norma social. No. Ni tenemos lo que nos merecemos ni somos como dicen.
La nación es la respuesta al desafío, levantarse doloridos, afrontar el reto, subir montañas de la mano. España es la reacción frente a todos los enemigos, aún seamos nosotros mismos. España es también su gran historia: la nación ha respondido como siempre por encima de sus dirigentes para los cuales todo se reduce al interés miope de una política envenenada. España es lo que no suelen mostrarnos los medios en su vida diaria: esos ciudadanos ejemplares y honrados que cuando toca hacen cola para donar sangre y mantas. Como siempre ha sido, la nación existe, aun sea en pocas almas generosas, y bastan algunos hombres buenos para defenderla, para que sobreviva y mantener su unidad.
"La nación no está sujeta al comercio de los hombres, es sagrada, no se negocia su unidad, es un legado de honor que nos comprometemos a entregar intacto a nuestros hijos", escribió mi abuelo Blas Piñar en febrero de 1979, afirmando el patriotismo frente a los peligros que entonces se gestaban contra España. Desde entonces mil ataques ha sufrido y más aún sufrirá la nación.
Pero de igual manera que frente al tren descarrilado han surgido miles de españoles para socorrer a los heridos, para salvar vidas, para rezar por los cadáveres y consolar a los familiares, así también, porque siempre es y será así, la nación que tenemos en el alma se levantará poderosa frente a los intentos continuos de los traidores para hacer fracasar el viaje de España. Ya trabajamos, ya nos movemos, ya hay muchos españoles preparados.
Como siempre, también han surgido miserables oportunistas, esos traidores dispuestos a sacar ventaja de la tragedia colectiva, esos que desean el fracaso de España. No lo van a lograr. En ésta fiesta del Apóstol Santiago marcada por la tragedia, hemos visto también toda una esperanza de reacción: que no tengamos que llegar al límite para ponernos de una vez a defender, como tantos españoles de la Historia, nuestra preciosa tradición y nuestra sagrada unidad.
Mis oraciones por los fallecidos, por sus familias, por los familiares heridos, por el maquinista, por los responsables políticos, por toda la nación. Viva España siempre.
Gracias, Don Blas, por su atinado comentario. Realmente, en estas concretas circunstancias, lo que caracteriza a un pueblo radica en su respuesta generosa y espontánea - lo ha subrayado Usted muy acertadamente -. También me uno a sus oraciones, como a las de todos los creyentes, por las almas de los difuntos, así como el consuelo de sus familias y amigos. El Altísimo los acoja, en su gran misericordia.
ResponderEliminarY a los que hemos quedado en este "Lacrymarum Valle" nos conceda la audacia de la fe, y el consuelo de la esperanza.
Nuevamente, muchísimas gracias por sus palabras, como siempre, tan exactas, humanas, y henchidas de fe y esperanza, Don Blas.
El Señor le bendiga.
A diferencia de los inutiles y corruptos politicos los españoles si dan el do de pecho cuando se les necesita, ellos si son españoles al mas puro y mejor estilo, son gallegos vascos o andaluces, pero antes son españoles y pese a lo que intentan vendernos los politicos, los españoles nacidos en una u otra región son , se sienten y actuan como españoles, de la raza de los nobles, los altivos y los redentores que dieron al mundo su fisonomía actual.
ResponderEliminarCuando se necesitan los españoles están en su sitio.
Los politicos en cambio, hablen español. gallego vascuence o catalán, son una mierda mas grande que un castoreño.
http://lapoliticadegeppetto.blogspot.com.es/
Precioso artículo Blas.
ResponderEliminarFelicidades
Pepo