Acabo de terminar un libro magnífico que llevaba meses deseando leer: El Fracaso de la Monarquía, de Javier Catro-Villacañas (Planeta, 2013). Es un libro clave y conviene leerlo y reflexionar sobre su contenido. Estamos ante uno de los mejores trabajos para entender las causas del desmoronamiento del régimen que comenzó el 22 de noviembre de 1975. Es preciso señalar la fecha, porque los pactos del consenso que reina y gobierna en España son anteriores a la Constitución de 1978.
Lo que más me ha impresionado del libro es que es un profundo ensayo de Filosofía de la Historia plagado de citas a pensadores y referencias a hechos del pasado reciente. Pareciera que los responsables de la instauración de 1975 hubiesen diseñado el régimen para cometer uno por uno los mismos errores de la Restauración. Pero, quien principalmente equivoca de nuevo el rumbo es la figura que representa el sistema, a saber, el Rey Juan Carlos I.
Esos errores nacen de aplicar una lógica aplastante aunque al final acabe en una contradicción destructiva: si la Monarquía quiere perpetuarse debe contentar a sus enemigos. Así, el régimen del 75 pacta un reparto del poder con el socialismo, el comunismo y con el separatismo. La derecha, bien definida por el autor como claudicante, solo tiene un papel de legitimación del consenso, pues debe aceptar que su regreso al poder sólo será posible si es para mantener el pacto, esto es, gobernar como la izquierda y respetando al nacionalismo. Técnicamente el sistema no puede definirse como una Monarquía democrática, se apellide parlamentaria o constitucional. El modelo político es una Monarquía de izquierdas. Así, con esta óptica se puede comprender el motivo del 23F -colocar al PSOE en el poder- y, también y aún más terrible, podemos encontrar las claves del 11M: la derecha no puede atreverse a gobernar según sus ideas. La despedida de Aznar y la llegada de Rajoy son buenos ejemplos de lo que afirmo.
El resultado de tal engendro político no puede ser más que la corrupción política, porque no hay no tenemos la posibilidad de elegir a nuestros representantes ni tampoco de controlar sus desmanes. Es decir, la falta de libertad política original ha devenido en una nueva forma de absolutismo monárquico. Es un Estado de la corrupción, una partitocracia corrupta coronada, una fusión del socialismo con el absolutismo que acaba en el capitalismo brutal para élites podridas que dominan a un pueblo sometido por la peor tiranía de todas, la del colectivismo.
Dos reflexiones destaco, porque son lo que más me ha gustado de este estudio a conciencia del último fracaso de la Nación. La primera ha sido leer, precisamente en estos días en que se recuerda el 23F por las sospechas fundadas de que el Rey fuera el jefe de los golpistas, que el golpe que acaba con la Restauración inaugurando la Dictadura de Primo de Rivera en 1923 fuera un golpe para salvar al PSOE y sellar una alianza con la dinastía de los borbones que ha resultado fundamental, también, en el desarrollo de la Transición. La segunda cuestión que me ha impactado positivamente es la afirmación, contra los tópicos lanzados por la gran mayoría de la derecha política y mediática, de que Zapatero no supone una ruptura con el consenso de la Transción sino que la política del gobierno socialista desde 2004 a 2011 responde, sin duda alguna, a las claras directrices del consenso preconstitucional.
No les cuento más, lean el libro, totalmente de actualidad. Porque es hora de conocer los errores pues ya saben lo que ocurre cuando se ignora la Historia.
¿Que errores?. Viví el 23F en unas circunstancias que no podrías imaginar. Puse en juego mi vida por posicionarme a favor de la paz....pocos días después todos los que abrían botellas de champan y celebraban el golpe, ¡¡ ERAN DEMÓCRATAS DE TODA LA VIDA!! . Al menos agua pasada....
ResponderEliminarMentando a Sócrates: es preferible morir que vivir como un hipócrita, es mi lema desde mi mas temprana edad.
La operación implicaba sembrar la suficiente confusión como para que la sociedad hiciese lo que se pretendía que hiciese, y se posicionase como ocurrió...aun pareciéndonos que luchábamos sinceramente por la paz. Los oportunismos y las hipocresías entraban en el juego, y muchos pagaron el precio para continuar en el poder.
EliminarHubo errores, y hoy pagamos sus consecuencias. España pudo evolucionar de otro modo aprovechando la fuerza y la capacidad acumulada hasta 1975, y haber crecido quizás más, pero con seguridad haber crecido mejor, sin fuerzas centrífugas y con la sociedad cohesionada. El plan era otro, y ante los obstáculos al plan, se aplicó el golpe de mano: op.Armada-23F (son la misma cosa).
¡Hola, Blas!
ResponderEliminarPero la cosa ya fue anterior a 1975. Carrero-Blanco ya le dejó claro a Kissinger que España no iba a ser una ramificación de la OTAN, que no iba a reconocer a Israel y que desarrollaría la bomba atómica por su cuenta. Poco después, muere en un atentado de ETA. Igual que fueron muriendo "casualmente" todos los altos cargos patriotas de la policía y el ejército (el ejemplo que más me conmueve es el de Quintana Lacacci, tiroteado delante de su familia). Yo no creo en las casualidades, y creo que este régimen traídor se modeló desde Washington, y con los traídores locales.
Como bien dices, el régimen de 1978 es muy similar al de 1876: dos partidos alternándose el poder. Fraga hizo el papel de "conservador" y González el de "liberal", y así estuvieron. Nos destruyeron la soberanía militar con la OTAN y la industrial y agrícola con la Unión Europea.
¿El Rey? Sinceramente, yo creo que fue escogido por que es un personaje estúpido y, por lo tanto, fácil de manipular. No veo otro motivo por el cual se le diera la Jefatura del Estado. No solamente es un malo como político, sino como ser humano. Una persona que no respeta a su familia, que no tiene más meta que acumular riquezas materiales, ¿qué ejemplo puede dar? Los Borbones son una monarquía extranjera que únicamente nos ha dado disgustos. No sé, quizás con Don Juan hubiese sido diferente. Pero le derrumbaron moralmente (todos sabemos quien fue).
Un abrazo.