SI GALLARDON DIRIGE LA DGT, SOLUCIONA LA CRISIS DE DEUDA

Dedicado a mí cuñada Ana

Estaba en casa trabajando y de pronto me llama mi cuñada para contarme que está indignada con Gallardón:

-Por favor, ponlo en el blog. Me acaba de llegar la respuesta a un recurso donde no me hacen ni caso. Me pusieron una multa y resulta que había pagado el parquímetro, tenía el ticket correcto y recurrí..

Sin haberse leído nada le contestaban que por un error en el procedimiento su recurso no era válido, y si quería continuar el proceso debía abonar la multa y entrar en el lentísimo proceso judicial…Le he recomendado pagar y tragar, so pena de acabar pagando muchísimo más dentro de 3 o 4 años si antes no se lo han “extraído” de la cuenta, en desagradable sorpresa… Eso ya me pasó a mí, por aparcar en mi propia casa, tuve varias multas seguidas que sumaban un dineral. Recurrí con planos y datos del registro y copia de las escrituras y me contestaron que “el radar estaba calibrado.” ¿Oiga, pero qué radar? Aterrado, pagué. Hay que pagar, es lo que quieren. O si no, la revolución. Pero uno no tiene tiempo para indignarse de verdad.

Luego de la llamada de mi cuñada, cuando bajaba a comprar el pan y El Mundo, para seguir la estafa del caso ya no Urdangarín sino, en genial aumento por Jiménez Losantos caso “Urdangarón” el portero me entrega una de esas pésimas noticias en forma de papelazo del Ayuntamiento de Madrid y que viene a decirte: “tiene usted una sanción, vaya a recoger el regalito a Correos…”

-Pero hombre, por favor, si estaba en casa, cómo no avisan y me la deja, ahora tengo que ir a la oficina postal…Me dije. Y añadí  un taco.

Total, que me voy para Correos perdiendo el tiempo. Cojo el turno de “recoger”. Varios empleados no hacen nada. La sala de espera está llena de gente. Le digo a una empleada aburrida:

-¿No puede atenderme por favor?

-No es que yo sólo soy de “enviar…”

-Ah, vaya…

Y pensé, sin decírselo:

-También yo soy de enviar, pero no le diré a donde…

Pasan veinte minutos. La empleada sigue aburrida. Correos está abarrotado. El goteo de personas atendidas es insufrible. Para entretenerme la espera, mi cuñada de nuevo:

-Blas, oye, ¿tú recurrirías?

-No Ana, paga, que es peor, que estos tíos son capaces de cualquier cosa…Te la pago yo…Vamos…

Por fin suena la campanita: turno para el 133.  Voy a la mesa. DNI, firma, ahí está el mensaje que uno no quiere abrir pero que estaba deseando recoger de una vez…

-Sanción leve. Emitir señales acústicas. En el mes a de abril,  en una calle del centro. 60 Euros. Y ya no si estuve allí ese día y si pité a una viejecita de esas que cruza por donde le da la gana o a un motero macarra que recorría la calle como si no hubiera tráfico… Cuando salgo de Correos, un papelín se agarra con rencor a mi limpiaparabrisas. ¿Qué será? Efectivamente.

Solo una cosa, por favor. Se la pido a Mariano Rajoy. Por favor.  Que a Gallardón no le toque el Ministerio desde el que se controlan las multas de tráfico. Que me arruino. Por favor. Aunque quizá, con la capacidad de sancionar que ha demostrado en Madrid, este tío, poniendo multas de la DGT, soluciona la crisis soberana de los PIGS y de todo el planeta. ¡Qué tío! "Emitir señales acústicas." Eso haré si me lo cruzo por la calle…