He tenido la suerte de celebrar en familia la llegada del año nuevo. Más suerte aún, porque ha sido lejos del mundanal ruido. En un pueblito de 32 habitantes. Pero cargado de Historia. Como tantos lugares mínimos de nuestra España. Y todavía más suerte, porque hemos podido asistir a la Santa Misa en la Solemne Fiesta de hoy, Santa María Madre de Dios, en la hermosísima Iglesia románica dedicada a Nuestra Señora de la Asunción que domina el pueblo. Un Iglesia que se construyó, como la mayoría de las de la zona, inicialmente en románico mudéjar, un estilo exclusivo de nuestra histórica Nación durante un cierto tiempo de la larguísima Reconquista. Estos lugares fueron repoblados durante el Siglo XI, reinando Alfonso VI. Con todo, además, hemos visitado, en otro pueblo, el Monasterio de Santa María la Real de Nieva, construido en 1392, por orden de Catalina de Lancaster, esposa de Enrique III, al encontrarse en el suelo donde se alza una preciosa imagen de la Virgen, la Virgen de Sotarreña, escondida durante la invasión musulmana. En el Altar de la Iglesia está enterrada la importantísima Reina Blanca de Navarra, 1385-1441.
Cuando camino por estos lugares llenos de Historia, me surgen preguntas llenas de emoción. ¿Cómo vivirían aquéllos hombres a los que tanto debemos? ¿Cómo sería aquélla época apasionante en la que vivieron? ¿Qué les movía y por qué luchaban? Tenemos tanto que aprender si queremos mejorar…Necesitamos una nueva Reconquista, pero esta vez el enemigo somos muchas veces nosotros mismos que no damos la cara por lo que de verdad nos importa. Y no olvidemos que hoy también es el día de la Paz y debemos ser sus mensajeros…
Me encantan estas entradas cargadas de historia.
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