Para que algunos se relajen después de mi alegato a favor de la verdad histórica del Alzamiento y contra esa memoria selectiva del pensamiento único impuesto por rabiosas logias, he aquí una historia bonita y familiar: una anécdota que le hace a uno tocar ciertos misterios de la vida, de los orígenes, del destino, del mundo, de eso que no conoce pero que le gustaría haber conocido o conocer…
Entraba yo en un cliente en la ciudad de Huelva, cuyo dueño se llamaba Blas –lo cual ya es gracioso porque no abundan hombres con nuestro nombre- y me decía mi tocayo:
-¡Tú, que somos familia!
-Vaya, -me decía-, si resultará que tengo primos en Huelva…
Hasta ahora los tenía por Sevilla, Gijón, Toledo, Madrid, Valencia…Pues nada, a partir de ahora me acordaré de mis primos onubenses…
Resulta que me contaba éste señor, apellidado de la misma forma que una de mis bisabuelas, que su abuelo paterno, también Blas, era primo hermano de ésa mi bisabuela la madre de uno de mis abuelos, como suele ocurrir con las bisabuelas: que son madre de los abuelos de uno.
¡Qué curioso! Cosas de la vida. Misterio de gentes, de hermanos o primos que se mueven por esa España variada que tanto nos gusta, todos entrelazados en un inmenso árbol genealógico. Gentes del norte hacia al sur, de la montaña o de la costa, del secano o del verde del cantábrico…Todos ellos españoles, una gran familia que existimos, pese a quien pese, con cierto misterio que nos une, en forma de costumbres, tradiciones, religión o modo de vida…Eso es España.
Yo también tengo bisabuelas por parte de mis abuelas... Cantábrico, por favor.
ResponderEliminarUn santanderino
si majete pero abuelos se refiere en castellano puro y a falta de estupidez neoprogre o bibianoide, a ambos sexos, como todos los plurales, a los abuelos y a las abuelas.
ResponderEliminarRUGER