De hecho, se ha manoseado tanto la palabra que algunos incluso creen que democracia es igual a izquierda o a revolución, lo cual es justo lo opuesto. Y la gran culpa de la derecha nacional es que, creyéndose el cuento desde la ingenuidad o la maldad, dio un poder inmenso en la Transición a los enemigos de la nación: izquierda radical y separatismo, que quieren arruinar España en todos los sentidos. Es una pena, porque algunos siguen prefiriendo el apaño con el enemigo que con los patriotas. Solo voy a describir unos hechos. A partir de aquí, esto no es un artículo de opinión. Son cosas que ocurren.
El candidato del PSOE es un político con un curriculum espantoso: portavoz de un Gobierno acusado de cometer asesinatos, director de la campaña de agitación de una jornada de reflexión, responsable del intento continuado de ocultar pruebas a la Justicia en relación al 11-M, amenazó a diputados de la oposición con eso “de se todo lo que dices” y que durante su mandato como Ministro del Interior se produjo una llamada policial a la ETA para avisarles de que algunos de sus miembros iban a ser detenidos… Es decir, si el PSOE permite este candidato es porque no cree en la democracia, por tanto, no son demócratas.
El nacionalismo –tanto el vasco como catalán- desde siempre, ha sabido sacar fruto directo o indirecto- de la violencia. Y cuando las leyes les han intentado poner en su sitio, se las saltan a la torera, como se ha visto recientemente con la sentencia del TSJC sobre la lengua. No pueden soportar que los padres tengan derecho a elegir en igualdad de condiciones. Sencillamente imponen un totalitarismo para eliminar el castellano. Por lo tanto, no permiten la libertad de una democracia ni lo pretenden. No son demócratas.
El movimiento 15-M, controlado por el PSOE y los sindicatos –por mucho que lo nieguen, son unas marionetas- pretende unas reformas tan disparatas como incompatibles con un sistema de libertad. Es decir, no creen en una reforma auténtica del sistema sino que quieren más Estado y menos libertad. Y encima se manifiestan con violencia o contra una reforma de la constitución con banderas republicanas anticonstitucionales….No son demócratas.
La Justicia es capaz de plegarse al juego del poder: comparen Bono-Chaves-Barreda con Camps, o la sentencia del TC sobre Bildu, o el tratamiento de casos de grandes empresarios cercanos al poder (Alierta, Albertos, Botín) No hay justicia independiente del poder político. Es decir, es imposible un control democrático de las instituciones, luego no hay democracia ni les interesa.
¿Para qué seguir? El drama es que la oposición del PP no habla de cambiar todas estas cosas, y solo quieren hablar de economía.
Ayer vi Caza a la Espía, una película interesantísima sobre servicios secretos y poder alrededor del asunto de la trola de las armas de destrucción masiva en Irak. Al final, un embajador que ha sufrido la tiranía de los poderosos, se marca un discurso espectacular ante una asombrada audiencia: “La democracia no es un viaje gratuito. Exige luchar contra los intentos de la tiranía de unos privilegiados y ejercer de ciudadanos libres, porque ustedes tienen derecho a que les digan la verdad.” Aquí el drama es que muy pocos queremos luchar contra toda tiranía. Pero este blog se llama EL ALCALDE DE ZALAMEA.
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