viernes, 1 de julio de 2011

ANECDOTAS POR LLAMARSE UNO BLAS PIÑAR (2): ME EXPULSA DE CLASE UN JESUITA

Tenía yo 17 años, cursaba tercero de BUP en un colegio de los jesuitas en Madrid. Adelanto que he sido muy feliz en el colegio, que guardo un gran recuerdo de mi infancia y juventud con los jesuitas y que la mayoría de mis amigos lo siguen siendo desde aquellos años colegiales.

Pero esto de algunos jesuitas progres, comunistas o rojicuras de la teología de la liberación, chocaba mucho con lo que nos habían enseñado en casa o los mismos jesuitas durante años y me tenía el asunto de lo más alterado…Y en estas que nos daba clase de humanismo marxista, que no de religión católica, un cura colega. Tal cura era un padre jesuita, pero con buen rollo de colegas modernos nos pedía que le llamáramos Tote en vez de Padre tal. Esto a más de uno le rebotó al trastocarle todo lo que nos habían enseñado desde los 5 años los mismos jesuitas. En mi casa se mantenían firmes en la línea marcada por el Papa respecto a este asunto tan polémico que era un fiel reflejo de la crisis de la Iglesia. Nosotros no caímos en la teología de la liberación. Esa teología se acabó pronto, como era de prever. Por su falsedad, su violencia y sus disparates.

Volvamos al aula. En una de las clases de no-religión de Tote tenía yo el día impertinente. Como casi siempre. Me portaba muy mal, era el típico revoltoso de la clase, pero sin mala intención, la verdad. Creo que mis profesores guardan buen recuerdo de mí.  Y yo de ellos. Y en esto que le pregunto al colega Tote: ¿Por qué explicas en esta clase el marxismo  y no el catecismo? Y Tote se puso rojo, aunque ya lo era bastante. Y me dijo: “Tú eres un intolerante fascista como tu abuelo, vete de clase”…

Desde entonces  devoré todo lo que Ricardo de La Cierva ha escrito sobre la crisis de la Compañía, más de medio siglo de historia apasionante, aunque tristísima para los que amamos a los jesuitas.

Alucinante. Muchos habían perdido el norte del todo. Solo espero, por amor a la Compañía, que aparezca un santo que la reflote y la devuelva, como han pedido los últimos papas, a sus fundamentos, a San Ignacio de Loyola. Por cierto, un compañero mío de clase entró jesuita y se ordena en unos días… ¿Quién sabe lo que puede pasar? El resto de los que tuvieron vocación, que fueron varios, ingresaron, dos,  en el Seminario Diocesano de Getafe, y otros dos,  en la nueva congregación de  los Discípulos de los Corazones de Jesús y María. Y una compañera, Pilar,  ingresó en la Compañía del Salvador y anda la muy valiente por las tierras de Venezuela, sometida por el gorila rojo. Pilar está dando testimonio de la Verdad en medio de enormes dificultades… Luego nos hacen creer que no hay vocaciones… ¡No hay vocaciones donde se ha traicionado a Cristo, pero donde son fieles, hay cada vez más!

Como me gusta acabar las cosas bien y no soy rencoroso, diré algo bueno de este jesuita que perdió los nervios conmigo…Como estuve enfermo de pericarditis en el verano del 95,  no puede asistir a un viaje a Loyola con mis compañeros y amigos. Tote me mandó una  postal preciosa que conservo. Posteriormente le he visto en varias celebraciones relacionadas con el colegio y siempre nos hemos saludado cariñosamente.

El lunes, la tercera sobre mi actividad política en la Universidad...

2 comentarios:

  1. Muy buena la serie veraniega de "El Alcalde de Zalamea". Sin embargo, tal y como pasa en muchas ocasiones en el mundo del periodismo, la actualidad deja antiguas las publicaciones de anteayer: La serie "Anécdotas por llamarse Blas Piñár" tendrá necesariamente una addenda, puesto que don César Vidal, en su cuarta entrega, no ha dudado en emplear como argumento como usted el ser nieto del diputado don Blas Piñar. Cito para que cada cual juzgue.

    De la página www.libertaddigital.com/opinion/cesar-vidal/moa-me-decepciona-60239/ podemos extraer:

    "Los efectos de este acercamiento han sido dignos de considerar. Ya al calificarme de anglómano y protestante, se movilizaron inmediatamente contra mi algunos hooligans que se han atrevido a amenazarme en Facebook y por sms. Moa había convocado –quiero creer que de manera involuntaria– en apoyo suyo a las muestras de reacción más terrible que he tenido ocasión de ver en muchos años. A este respecto, quizá Pío Moa debería preguntarse el porqué del apoyo en este debate no de los liberales sino de personajes como el nieto de un conocido ultraderechista que, primero, me instó a no discutir nada con Moa y luego se ha entregado directamente a la amenaza afirmando que toma nota de lo que digo para cuando llegue la hora en que me lo tengan que hacer pagar."

    Yo personalmente no he visto ninguna amenaza, y si el señor Vidal se sintió ofendido porque se le dijera que obedecía órdenes de logias, creo que habría bastado "autocitarse" y en paz.

    Naturalmente he de sodilarizarme con usted por las malas formas del señor Vidal, pues considero una falta de respeto la manera con la que se ha dirigido a muchos de sus seguidores. He puesto en mi entrada, que lejos de creer que detrás de todo esto están las logias, creo que está el mismisimo Satanás, que no duda en intentar dividir a los que pueden hacerle frente. Por supuesto seguiré leyendo a los autores a los que venía leyendo anteriormente, y lo seguiré haciendo con sentido crítico, como se ha demostrado con la mayoría de los comentarios publicados alrededor de las "acotaciones".

    De todas formas, si algo bueno ha tenido para mi esta serie de artículos en el que don César ha visto "Devuelto al corral el toro que debía torear, por haber recibido los tres avisos y estar el animalito sin heridas siquiera leves", es que he descubierto su blog, por el cual le doy mi enhorabuena. Saludos. Eduardo Martínez

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  2. Gracias Eduardo, le he contestado esto en su muro:

    De forma miserable y cobarde se me acusa de amenzas citando falsamente, tendenciosamente, una frase mía explicada precisamente en este mismo muro. No defendemos a Pío Moa sino a la verdad histórica. No amenzamos cuando decimos que tomamos nota sobre lo que Vidal dice para acordarnos de que no merece la pena ni escuchar ni leer más a ... quien mioente, desprecia, insulta y además, es un cobarde. Y sí, repetimos, que como hemos preguntado porque no comprendemos, solo podemos sospechar de obedicencias a ciertas poderosas logias. No saque usted cuentos de ultraderechismo ni de nietos ni de tópicos. Sabemos ya de esos trucos y esos cuentos. Nací en 1978 y he aprendido demasiado, tanto, que incluso he leído sus libros. Basta ya de tomar el pelo a su propia gente. Se ha columpiado usted innnecesariemente y no ha sabido darse cuenta de su metedura de parta. Una pena, hasta ayer le admirábamos, como siempre hemos dicho.

    Blas Piñar Pinedo

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