Siempre he dado muchas vueltas a todo lo relacionado con los poderes secretos del Estado. Porque, por transmisión de experiencias de otros en los que confío plenamente, y que aquí son demasiado largas de explicar, he sabido que algo de esto ha habido siempre. Y vaya si lo hay. Desde antes de la transición con el “necesario*” magnicidio de Carrero; y en el mismo proceso de la transición con el “necesario*” atentado de los abogados de Atocha; o en los primeros años de la democracia con el “necesario*” 23-F y, últimamente con los “necesarios*”11-M y el caso Faisán, (son solo algunos de los más conocidos hechos), en España, hay unas cloacas con ratas poderosísimas.
Una advertencia antes de continuar. No me vengan con teorías de la conspiración, que aquí hablamos de hechos. Los cobardes, de los que hemos venido hablando, tienen en la mente un mecanismo de defensa que les lleva a quitar importancia a lo que no les gusta. No suelen parar a pensar las cosas más terribles, porque prefiere no pensar en las amenazas que se ciernen. Prefieren negociar una rendición. Pero esto no elimina la realidad ni los problemas a los que nos enfrentamos. Los agrava. Si se conociera que un Gobierno, que debe defender al pueblo, esconde pruebas de una masacre por interés o porque colaboró con los ejecutores de la misma, pretender que no sea verdad porque nos aterra, en nada ayuda a nuestra libertad. Pero los cobardes saben que siempre estarán los que darán la vida por ellos.
Como hemos dicho en la entrada del sábado, las sociedades secretas existen para controlar el poder, nos guste o no, y hacen lo que sea posible para mantenerlo. El afán del poderoso por mantener el poder lleva a muchos a agruparse en oscuras tramas para ejercer un más eficaz control. La inteligencia humana es capaz de los más perversos diseños para controlar, manipular y confundir a sociedades enteras de un modo sencillo. Un modo que requiere de sofisticados medios y de malvadas o ingenuas personas, todos marionetas. En los lugares más insospechados encuentra uno al infiltrado de turno. Y no necesariamente tienen que ser sitios influyentes.
Si analizamos nuestra Historia reciente, y aplicamos lo que hasta aquí hemos dicho, veremos con claridad como funciona este mecanismo de control. Muy particularmente en el caso de cualquier movimiento mínimamente serio que pretendiera defender la libertad en la unidad de España y los valores cristianos, ha sido dinamitado con eficacia desde dentro del mismo, infiltrado y dividido. Estas operaciones han sido siempre tuteladas por el poder, del PP o del PSOE, a través del CNI con la colaboración de malvados o ingenuos que han fundado diversas y confusas opciones que han sabido que estaban siendo financiados por extrañas instituciones.
Así, hemos conocido que los más diversos y pequeños grupos han encontrado fuerte financiación, en clara manipulación dirigida al “divide y vencerás”. Y como siempre han abundado líderes nada humildes, la derecha seria siempre ha sido dinamitada desde dentro por los malvados unas veces, pero, la mayoría, por los ingenuos colaboracionistas, que suelen ser muy torpes.
Un ejemplo último y notorio ha sido el caso de la AVT, que supo plantar cara al zapaterismo convirtiéndose en referente moral de gran parte de los españoles durante la primera legislatura del más que nefasto presidente ZP. La AVT fue dinamitada por los dos grandes partidos, en claro desprecio a las víctimas, al principio de ésta última legislatura. Pero, gracias a escasos pero influyentes apoyos periodísticos conocidos y a la valentía de su Presidente Alcaraz, se ha levantado “Voces contra el Terrorismo”, dándonos una alegría el pasado sábado, en Madrid. Alegría que supone el ver a tantas personas que no se resigan a pesar de que se han dado cuenta de que el PP les ha abandonado.
Poco a poco muchos se van dando cuenta de cómo funcionan estos malvados o ingenuos, capaces de infiltrarse, desde contradictorias organizaciones, hasta en modestos partidillos o grupos de comunicación para controlar los más mínimos detalles.
En esas estamos. A los ciudadanos libres nos queda la denuncia que permite la libertad de internet. Y nada más, porque aquí, mientras la gente siga votando PP o PSOE, jamás habrá democracia interna en los partidos. Y hasta que no haya democracia interna en los partidos, olvidaos de un Tea Party a la española. Los poderosos manejan a miles de ratas de cloaca que pululan por variadas alcantarillas y no van a permitir nuca que nadie les quite su poder.
*(“Necesario” para entender los hechos posteriores).