Me sorprenden las faltas de respeto a los andaluces, como si no supieran votar o fueran todos un desastre que votan a los corruptos y que viven del cuento... Porque probablemente resulte que en Valencia o Madrid el PP, o en Cataluña CiU, logren otra vez millones de votos,y también allí muchísimos habrán dado su apoyo a los corruptos. Exactamente igual que han hecho los andaluces. Porque el problema de España es una grave gangrena moral
No me escandaliza el resultado en Andalucía, porque en el resto de España ocurre exactamente lo mismo: se vota sin tener en cuenta la corrupción, ni las mentiras, ni las traiciones. Reconozco que me ha sorprendido el éxito del PSOE y el de Ciudadanos. Y lo de Podemos, aunque menos de lo que nos decían, no deja de ser preocupante. Se confirma que UPyD se ha suicidado por no llegar a acuerdos con Rivera. Y también me ha sorprendido que VOX no logre ni siquiera los mismos votos que en las europeas. El batacazo del PP es impresionante.
El análisis es sencillo: ha votado más la izquierda. La derecha ha optado de la siguiente manera: una parte ha sido fiel al PP, otra parte se ha quedado en casa, otra se ha ido a Ciudadanos, otra incluso ha votado al PSOE porque es evidente que es el partido del régimen, un partido conservador de la estabilidad de las prebendas y las corrupciones.
VOX debe tomar nota e ir a por esos abstencionistas que no han encontrado motivos para votarnos, quizá porque parecía imposible lograr entrar en las instituciones... El asunto es realmente deprimente, porque el desánimo se apodera tanto de los votantes que han dado su confianza como de los dirigentes, tras más de un año de duro trabajo. Además, tras el análisis de lo ocurrido en Andalucía, creo que se puede acentuar la mentalidad del voto útil, por ejemplo en Madrid. El reto de VOX, además, era complicado, pues nos presentamos como los que queremos desmontar el chiringuito de los corruptos cuando muchos ciudadanos viven del sistema o directamente no les importa estar gobernados por ladrones.
Andalucía ha pegado un giro bestial a la izquierda. De 109 diputados autonómicos 67 son de izquierda y ultraizquierda. El mito de acabar con el bipartidismo tampoco se cumple: PP y PSOE suman 80 escaños de 109.
En fin, más de lo mismo: son las consecuencias de todo un nefasto consenso y de las renuncias de la derecha: pocas ganas de cambio, mucho poder mediático, adoctrinamiento de años, poca esperanza... Y mucho trabajo por delante. Por eso, hoy más que nunca, hay que dar la batalla de las ideas.