Una valoración rápida de los resultados de estas elecciones nos devuelve a la realidad política española después de tener que soportar el genial método de distracción organizado por el PSOE. Algo así como no les votes que ya pactaremos con Izquierda hundida recién rescatada.
Porque a muchos, iluminados hasta deslumbrarse por esas ansias tan repentinas como sospechosas por cambiar el sistema, no han sido capaces de caer en la clave del movimiento 15-M o Democracia Real Ya. Y ésa clave es, ni más ni menos, que tapar que la ETA vuelve con fuerza a las instituciones, para seguir en su dinámica asesina que condiciona, desde hace casi 50 años, los destinos de España. Por eso, no podía sorprender que el Ministro que colaboró con el terrorismo en el caso Faisán sea el mismo que dirigiera la campaña del 13-M de 2004 y sea también el mismo que pasaba de la prohibición de la manifestación radical de Sol…
Desde el pasado martes 17 de mayo en que se montaba el consentido chiringuito asambleario hemos venido descubriendo más y más pruebas de nuestra afirmación inicial: no era un movimiento sincero por la democracia, estaba controlado por la izquierda y buscaba despistarnos de la grave situación española por mucho que indignados bondadosos lo hayan apoyado con ingenuidad. Porque esa izquierda sectaria, cuando no quiere reconocer que nos ha llevado al desastre, echa la culpa a todos menos a sí misma. Y lo triste es que tantos han picado en un anzuelo que sólo lleva a la perdición, por propia lógica del mismo. Me llamaron cobarde, me dijeron que era neutral pero supimos responder: que las reformas que precisa el sistema no tienen por qué ser las que pretenden los que tantas veces han arruinado moral y económicamente a la humanidad; es más, aunque algunas de las propuestas fueran buenas, el fondo de lo que pretenden era nefasto y además sin autocrítica. A esos mismos desinformados no les bastó que cuando el partido Regeneración quiso manifestarse con sus propuestas para cambiar el sistema el pasado viernes, juntando a más de 500 militantes en Sol, la policía les disolvió con eficacia…
Sólo eran 60.000 en toda España (nunca más de 15.000 en Sol) los que se han manifestado por soluciones tan creativas como “nacionalizar la banca y encarcelar a los financieros” y muchas otras consignas de rancio chavismo del mismo corte. Pero lo que queda es que en España han votado unos 22 millones de personas y el PP ha sacado 10 puntos porcentuales al PSOE, lo cual es un resultado histórico…Veamos lo más importante, con los datos que tenemos ahora.
En Madrid, se confirman situaciones como la de Aguirre, y arrasa quizá porque sea de los pocos políticos que habla claro –aunque a veces no guste lo que dice o lo que defienda- en un desorientado PP. Dando lecciones a Rajoy, Aguirre supo hablar de Bildu y apoyar a la manifestación de las víctimas del sábado 14 y criticó al movimiento extremista de Sol. Gallardón va cayendo ligeramente (pierde algún concejal) pero sigue arrasando. Creo que UPyD recoge voto de la izquierda. Esta entrada de UPyD es una esperanza para la reforma de la Ley Electoral y para otros cambios necesarios. AES (Alternativa Española) también sube en votos, a pesar del silencio, y Valle Piñar consigue en la capital unos votos muy útiles que servirán para que el PP se piense ciertas cosas. Parece que el PSOE acabará por desaparecer en Madrid, único lugar de España en el que la economía se recupera, por cierto.
En el resto de España, interesante también castigo al PSOE:
En Asturias, es interesante contra la partitocracia la potente llegada del partido de Cascos y por ejemplo, en Gijón son la segunda fuerza por delante del PP y juntos pueden cambiar, veremos, al eterno ayuntamiento socialista.
En Castilla la Mancha, Cospedal logra dar un importantísimo vuelco que acaba con el corrupto bonismo; en Extremadura, el PP parece que no logra el cambio por muy poco; en Baleares regresa al poder el PP y en Navarra hay cierta confusión por falta de datos todavía pero será importante lo que ocurra.
En Valencia no hay apenas castigo para el PP por los escándalos de corrupción y, en cambio, el PSOE ha perdido muchos votos y la ciudad de Alicante.
En donde sólo había elecciones municipales, tenemos, en Andalucía, que el PP conquista Sevilla y Córdoba y muchos municipios, parece que con amplias mayorías absolutas; en el País Vasco Bildu-ETA entra con una fuerza preocupante (casi 300.000 votos) de la que muchos tendrán que dar cuenta; en Galicia sube el PP también y en Cataluña la subida de los populares les vuelve a colocar como tercera fuerza y les permite convertirse en llave en muchos sitios permitiendo, por ejemplo, el cambio en Barcelona capital.
Ya iremos viendo qué pasa, pero ZP, Rubalcaba y el PSOE tienen que dejar de dirigir el país de forma inmediata. Si les queda dignidad o un mínimo de inteligencia –que no les queda- si aman a España – que no la aman- podrían tomar una única salida digna –que no la tomarán- y consiste en plantear con amplio acuerdo una reforma de la Constitución, que sobretodo suponga la de la Justicia (es necesaria la separación de poderes) y la de la Ley Electoral (para una auténtica representación) que sí reclaman una gran parte de los españoles. Esa es la única vía democrática que no seguirán, porque no escuchan la realidad desde hace muchos años: que este sistema solo podía acabar como está acabando, sumido en una partitocracia irresponsable, en una justicia podrida y en una ruina económica.
Pero como ha ocurrido tantas veces en nuestra historia, la irresponsabilidad de los políticos españoles nos lleva al desastre, culpando al resto de sus desmanes, por acción o por omisión, y dejando a las masas cabreadas estallar de odio. Y ese estallido de las masas, al final suele reparar las cosas en algunas ocasiones, pero el coste en vidas es muy alto. Que no sea así. Pero lo de estos días de Sol no ha tenido ninguna gracia: por las propuestas, por la radicalidad, por su ideología, por las ilegalidades, por las trampas y por las mentiras que muchos han querido tragarse en su desesperación. Avisamos de que era un truco, un despiste, un intento de dar cierto vuelco movilizando a una izquierda desesperada. Comprobamos que se estaba sobredimensionando un acontecimiento sin importancia por los mismos medios del sistema, porque a alguien interesaba. Discutimos con quienes vieron algo bueno. Pero en España, por una vez, no se ha querido jugar al juego de Rubalcaba y las elecciones nos devuelven a la realidad, aunque las reformas no dejan de ser necesarias y urgentes y para realizarlas se necesitan reflexión y caras nuevas.