Tema espinoso, complicado, el de Oriente Medio. Y más aún por la hipocresía, las estupideces, la prensa politizada, los oscuros intereses y la falta de pensamiento independiente que caracteriza a las élites dirigentes de Estados Unidos y Europa en los que todo es lo mismo, en los que nada importa, en los que se ha programado un suicidio colectivo arrancando las raíces, volando cimientos, para poder hacer realidad eso de "a río revuelto, ganancia de pescadores" y aquello de "divide y vencerás".
Así, ¿cómo acercarse al gravísimo conflicto que está dejando una parte del mundo en manos del terrorismo más radical? ¿Qué está ocurriendo? ¿Hay que bombardear Siria? ¿De qué va este juego de geoestrategia barata en el que nada es lo que parece? ¿Por qué duda tanto Obama, Inglaterra dice no y la Francia socialista se muestra entusiasta sobre intervenir en Siria?
A pesar del descanso veraniego, a pesar del hedonismo y la frivolidad de nuestro tiempo, las mentes cultas no dejan de estar preocupadas ante este negro panorama y, lo que resulta más desolador, por las estúpidas respuestas, los argumentos falsos, los trucos mediáticos para encubrir lo que no es más que pura hipocresía.
¿Por qué los Hermanos Musulmanes son terroristas criminales en Egipto y los rebeldes sirios que decapitan misioneros son mejores que Asad? ¿Por qué no nos cuentan como está Libia, en manos de los salvajes -que ya vimos cómo liquidaron a Gadafi- que antes eran contenidos por el tirano amigo de Occidente, al que se visitaba y recibía y al que se vendían armas hasta pocos meses antes de derrocarle? ¿No es la misma historia que la de Sadam? ¿Y cómo está Irak? ¿Y Egipto? ¿Son peores dictaduras de pronto unas y no las otras de Arabia? ¿Cómo se pasa del "no a la guerra" de la progresía de izquierda y derecha europea al "sí a bombardear" Libia o Siria? No se piensa y así algunos pueden mandar mejor. Qué gran triunfo.
Lo único en común que tienen esos países que tanto sufren es que pasaron décadas en manos de dictadores aliados, para contener el islamismo, favorecer los negocios e intereses de Europa y Estados Unidos, mantener la paz e, incluso, en algunos, respetar las minorías cristianas... Y esos mismos tiranos se convirtieron en los peores criminales cuando llegó -¿de pronto?- esa primavera árabe, más bien una serie de revueltas provocadas para intereses que ya se nos irán mostrando... Pura hipocresía. ¿Acaso el padre de Asad y su hijo gobernaban en Siria, Mubarak en Egipto, Gadafi en Libia, Sadam en Irak sin el apoyo de los Estados Unidos? ¿Acaso sus regímenes no se sostuvieron con poderosa fuerza, con enorme financiación y corrupción, para dominar el terrorismo y favorecer negocios? ¿No iban los europeos y los norteamericanos de turismo a Egipto? ¿No estaba Siria en paz hasta que se empezaron a importar sicarios de diversos países?
Al menos, en estos asuntos, que no nos tomen el pelo. Si quieren saber bien lo que está ocurriendo, lean las declaraciones de los obispos, católicos u ortodoxos, de los diferentes lugares y entenderán, después de leer y pensar, que, en el fondo, lo único que pasa es que a alguien muy concreto le interesa arruinar y dividir a ciertos países pero, sobretodo, exterminar la presencia cristiana en una región con fuerte carga simbólica en la que la Iglesia aporta luz para la paz estable que permite el desarrollo económico... Uno de ellos ha afirmando: "es fácil bombardear Siria; lo difícil es calcular las consecuencias. Hay que trabajar por la paz y por la reconciliación." Pero sabemos que a algunos, no les interesa. Es evidente.