martes, 23 de abril de 2013

En serio: en Hungría hay un político en activo con principios

El pasado domingo, en un descanso del programa LA MARIMORENA de 13 TV dirigido por Carlos Cuesta, Pío Moa me decía que “en estos debates, más bien jaulas de grillos, no hay tiempo para argumentar.” Es cierto. Las tertulias televisivas son el ambiente idóneo para la habilidad de la consigna, no para la reflexión. Y de reflexión y de debate serio carece nuestra sociedad. Porque si bien es cierto que ha habido crisis tan negativas como la actual –y peores- quizá en esos momentos había cierto terreno para la cultura y el pensamiento que ahora parecen arrasados por el predomino de la información manipulada.
Así, en estos días en que la clase política es uno de los grandes problemas del mundo occidental, ha pasado desapercibida la entrevista publicada por El Mundo el pasado sábado a Viktor Orban, Primer Ministro de Hungría.
Es un político con principios y con capacidad para defenderlos. Lo último es importante. Es el líder de un partido con una gran mayoría que ha impulsado una nueva Constitución de su país que no ha gustado nada a la burocracia de la UE, que intenta condicionar las políticas de los países miembros aún a costa de atacar las costumbres y la cultura de cada nación para imponer el modelo de socialdemocracia anticristiana tan nefasto.
La entrevista no tiene desperdicio. La he releído varias veces y os dejo algunas perlas que muestran la clarividencia de un político de convicciones y sin complejos. Debe servirnos para la esperanza y para animarnos a buscar propuesta positivas que ilusionen a nuestra nación a la deriva:
Cristianismo y Europa:
Debemos respetar el pasado de Europa. Es un error pensar que el cristianismo no ha tenido un papel decisivo en Europa.  Los valores y las instituciones europeas no se pueden mantener sin sus bases cristianas. Sería ventajoso para la UE reforzar sus raíces cristinas.
Constitución de Hungría
Nuestra Constitución respeta el cristianismo. Sin el cristianismo nuestra nación no hubiera sobrevivido los últimos mil años.  La Constitución defiende la vida desde la concepción, porque si no defiende la vida ¿qué otra cosa podría defender? No es liberal ni conservadora. Es constructiva; una Constitución tiene que construir el bien común.
Cristianismo y sociedad
Una sociedad con valores cristianos es ventajosa incluso para los que no lo son. Los cristianos siempre estamos a favor de la libertad.
Economía
Nos hemos concentrado en bajar impuestos sobre los ingresos pero tenemos el IVA más alto de la UE, del 27%, ya que es más justo pagar cuando gastas que cuando trabajas para ganar dinero; sí, es socialmente más justo.

¿Qué me dicen? ¿Les parece un milagro? Dejen sus comentarios…

viernes, 19 de abril de 2013

¿Quieres firmar para que se investigue el 11M de una vez?

Siguiendo la petición de D. Luis del Pino, apoyando la valiente y oportuna iniciativa de D. Gabriel Moris, víctima e investigador de la masacre del 11M, os solicito que firméis en ésta petición dirigida a diversas instituciones del Estado para exigir que se investigue la masacre de Madrid, con cuya ejecución se consolidaron gravísimas políticas que están haciendo peligrar la misma existencia de nuestra nación.




Gabriel Moris, a quien todos conocéis, ha puesto en marcha una petición pública, a través de Change.org, para solicitar al Gobierno, al Congreso y a la Audiencia Nacional para que se investiguen de una vez los atentados del 11-M.

Puedes adherirte a la petición entrando en la página


Además de firmar, ayuda a difundir al máximo la iniciativa a través de las redes sociales.

P.D.: Aquí podéis leer el último artículo de Gabriel Moris: "Depurar las cloacas y dar valor a los residuos"

lunes, 15 de abril de 2013

“No soy mujer de consensos sino de principios”

Se podrá estar de acuerdo o no con ella; tuvo aciertos, cometió errores. Como cualquiera. Pero con un balance positivo para su nación y para el mundo. La frase del título es de Margaret Thatcher, que nos ha mostrado, al irse, todas las miserias de la derecha española, que aún hoy, tanto por sus políticos como por sus periodistas afines, sigue rezumando complejo de inferioridad frente a la izquierda a la que terminan por someterse…
Thatcher es un ejemplo no porque lo digan quienes quieren apropiarse de sus éxitos –liberales, conservadores o patriotas- sino por haber defendido sus convicciones con habilidad y contundencia en un mundo dominado por la propaganda socialista y las consignas progresistas. Enfrentarse al poder brutal de los sindicatos, devolver la libertad –siembre con responsabilidad- a los ciudadanos, reforzar la democracia agarrándola al cumplimiento de la Ley, son todas medidas que urgen hoy en España.
Pero aquí sucede todo lo contrario: los líderes del Partido Popular que han realizado declaraciones o escrito artículos de todo tipo elogiando a la Primer Ministro inglesa, han aplicado siempre las políticas opuestas a las suyas. Es más, han ido afianzando en sus mandatos, sobretodo Rajoy, toda la perversidad ideológica del socialismo tanto en materia económica, como en educación, sanidad y cambio cultural y moral…Y la cosa sigue empeorando.
Efectivamente, ha predominado el servicio al consenso que a las convicciones. Porque es más agradable cobrar en el retiro unos cuantos miles de euros de cualquier consejo de una grande del Ibex que contar la verdad sobre el oscuro sistema de partidos que está acabando por aniquilar la nación española. Es más cómodo contemporizar con el adversario que enfrentarse con valentía. El camino de la traición siempre es el más fácil.
Aún ayer, una periodista famosa por su valiente defensa de España, decía que “el Rey había prestado un servicio a la nación y que la Transición era su gran obra, un éxito que debíamos agradecer.” Con este tipo de comentarios que obvian los escándalos, también los políticos -no hablo sólo de mujeres o corrupción- de la Casa y de la Familia Real, algunos demuestran su lejanía de la realidad social española y de los jóvenes que padecen los frutos de tal Transición. Nadie está más lejos de la realidad nacional que los tertulianos que pontifican a diario desde los diversos medios o los políticos que viven ajenos una crisis que sólo les interesa para aprovechar las desgracias ajenas, como siempre hace el socialismo.
Más grave aún es insistir en los éxitos de la Transición, pues pareciera que ahora los problemas han surgido como un castigo divino… ¿Acaso los errores –o traiciones- de la Constitución, no son causa de casi todos los males que sufre la patria? Sin autocrítica no hay regeneración.
Pero todo es un consenso. Un apaño de una casta político-mediático-empresarial. Una alegría donde el PSOE indulta a un banquero condenado y el PP cambia la ley para que pueda seguir en el cargo… Es todo una fiesta que siempre paga el ciudadano. Y sólo los ciudadanos podrán terminar con ella cuando se nieguen a pagarla. Nada más urgente que una renovación en la que tengamos políticos como Thatcher, que desprecien el consenso y defiendan sus principios.

lunes, 8 de abril de 2013

LA INACCIÓN DE RAJOY ENTREGARÁ ESPAÑA A LA ULTRAIZQUIERDA

Anoche participé en el nuevo programa de Carlos Cuesta como jurado popular, con la misión de explicar a los tertulianos lo que se piensa en la calle, tan distinto de lo que se cuece en las élites de la casta mediático-política y de lo que se dice en las tertulias.
No me sorprendió molestar más a los tertulianos cercanos al Partido Popular. El caso es que con mis compañeros del jurado, la brillante Irene Sanz y el experto en economía Jesús Rojo, criticamos que el Gobierno de Mariano Rajoy no ha hecho nada para evitar el despilfarro autonómico, principal causa de la crisis económica española. Ha perdido año y medio y, al contrario, hemos visto que en varias reuniones –algunas secretas con Artur Mas- alimenta el desastre al ceder más y más recursos a la estructura organizada directamente para el saqueo.
Es peor aún: para seguir financiando la estafa, se esquilma a los ciudadanos, se recortan las pensiones y se reducen los servicios sanitarios o educativos. Es lamentable. Por otra parte, la izquierda, envalentonada por la debilidad acomplejada de un Gobierno que cree que la mayoría absoluta no es suficiente para ejercer su poder y a pesar de que la política de Montoro es claramente socialista, aprovecha el descontento. Nuestro juicio no gustó ni a unos ni a otros de los tertulianos: fuimos implacables. Porque no estamos para batallitas entre PP y PSOE, ya que entrambos están acabando con la nación.
Sólo tuvimos ocasión de escuchar la sensatez en boca del ejemplar Manuel Pizarro –invitado especial de anoche-, que ha sufrido en carne propia la persecución y la corrupción moral y política del sistema -espionaje incluido- cuando la OPA a Endesa. Efectivamente, Pizarro dijo que “en el sistema hay imperfecciones que hay que corregir.” Algo elemental, vamos.
Se habla mucho de democracia y de respeto a las instituciones. Pero todos defienden lo suyo y sólo importa el partido –que es quien paga- y en el fondo se respeta el consenso corrupto monárquico, político, mediático y empresarial para vivir a costa de los ciudadanos. Por eso hay que agradecer y apoyar iniciativas de libertad como el programa LA MARIMORENA de Carlos Cuesta, donde se nos dio voz a personas completamente independientes. Aquí podéis ver una de mis intervenciones de anoche:


Por cierto, en @marimorena13TV podéis apoyarnos enviando vuestras opiniones y pedir que sigan dándonos cada vez más voz.
Si la España sensata no hace las reformas que urgen: ley electoral, democracia interna en los partidos, libertad en medios de comunicación, reducción de la administración, control radical del gasto público, cortar subvenciones enormes a sindicatos, partidos y fundaciones, lograr la independencia judicial, persecución sin tregua a los corruptos, educación decente, se seguirán dando argumentos a la ultraizquierda y será ella quien intente, como siempre y una vez más, imponer su sistema totalitario. Y ya sabemos cómo acaba el cuento.
La responsabilidad de Rajoy no es sólo sacarnos de la crisis, sino asegurar que esos que ahora son acosadores agresivos a políticos no se hagan con el poder de la nación. Pero a todas las reformas anteriores se niega el Presidente del Gobierno: de seguir así las cosas, el Frente Popular logrará el poder muy pronto. Y habremos perdido 80 años y ésta vez, con la complicidad de la supuesta derecha, política y mediática.  Hoy que ha muerto Margaret Thatcher, es buen día para cambiar de rumbo, Presidente.

lunes, 1 de abril de 2013

La regeneración de la nación empieza por un cambio generacional

Sigo a varios analistas de la actualidad, normalmente periodistas o historiadores que considero acertados e independientes. El principal problema de todos es el mismo que el de los políticos. Desean una regeneración pero nadie se aplica el cuento a sí mismo. La situación de España es muy grave porque quienes lideran la sociedad en la política, en las empresas, en los medios de comunicación o en la justicia, son los mismos desde la Transición y quieren mantener su poder a costa de la nación.
Por eso, a pesar de encontrarnos en la crisis –en todos los ámbitos- más grave desde la II República, la regeneración social se hace imposible. La regeneración no puede ser por la izquierda con Bono, como proponía ridículamente Luis María Ansón, hombre de otra época ya remota. Ni pueden aportar nada Vidal Quadras o Mayor Oreja, que ahí siguen en su partido. Por supuesto el Gobierno de Mariano Rajoy no impulsará reformas de calado: su principal misión dentro del consenso del sistema es mantener los privilegios de quienes llevan viviendo del Estado desde finales del franquismo. Mientras en las empresas más importantes del país sigan Botín o Alierta, en la Monarquía Juan Carlos, en la Justicia Pascual Sala, Garzón o Gómez Bermúdez, en la prensa Cebrián y en la política Rubalcaba o Rajoy, que no nos hablen de regeneración. La regeneración empieza por las personas: por cambiar de generación.
La situación no puede ser más lamentable: quienes tienen el poder y el deber de hacer reformas son los que impiden que se hagan. Así, con su obsesión por mantener éste sistema, impulsan a la sociedad a una revolución. Todo se andará, pero el nivel de violencia de la izquierda –siempre es la izquierda, al menos en desde que yo nací- no hace más que incrementarse.
Lo más terrible de todo es que los guardianes del sistema han construido todo su sostén moral sobre la base de atacar un régimen –el de Franco- del cual se repartieron el poder. Y si las cosas están mucho peor que en 1975 en el terreno económico, algunos ya se están dando cuenta de que también lo están en cuanto a las libertades. Miren lo que acaba de hacer el Gobierno respecto a los medios de comunicación (TDT) y me entenderán… Es decir, el sistema actual, en el fondo, surge de los residuos de un franquismo que en el nombre muere con el general pero que en el poder sobrevive en un consenso de partidos –separatistas incluidos- que se reparten el poder del Estado. Porque nadie puede creer ya el cuento de que “juntos construimos una democracia con un modelo de Estado que trajo prosperidad resolviendo el problema territorial”,  como han inoculado día sí y día también en las mentes de los españoles manipulados. Ni la Transición fue un éxito, ni ha traído prosperidad, ni democracia, ni solución al problema territorial. No hay más que leer la prensa de hoy para comprobar el estado real de la nación.
Sólo un cambio de personas y de organización del Estado y de los partidos puede cambiar las cosas de una forma razonable y no violenta. Pero mientras siga empeorando la economía gracias al socialismo de Montoro y Rajoy siga empeñado en no recortar el inmenso gasto de la estructura desmesurada del Estado, -hay parlamentos regionales para menos de un millón de habitantes, embajadas autonómicas, televisiones ruinosas, subvenciones sindicales enormes- se estarán incubando las condiciones para un futuro muy preocupante. No abordar la situación como se debe comienza a ser otra forma más de traicionar a España, como ya lo fue engañar con la política económica subiendo impuestos o continuar con el proceso de Zapatero con ETA, como se vio en la repugnante liberación de Bolinaga…