Yo entiendo perfectamente que a ciertos sectores sociales, religiosos, políticos, no les guste nada la iniciativa de Jose Antonio Ortega Lara y Santiago Abascal. En ese abanico social, tenemos a toda la izquierda, al separatismo, al Partido Popular y, por supuesto, a quienes, muy cercanos, no ven en VOX una oportunidad que se acerca mejor a los tiempos en que estamos viviendo. (Ver comentario).
Es curioso identificar a todos los que han saltado contra VOX. Muy curioso. Identifica a todos esos ámbitos como los principales servidores del régimen, aunque algunos pretendan ingenuamente ser críticos. Es la castita de la casta. Como esas críticas absurdas a partidos pequeños que intentan regenerar el sistema. Algunos han perdido el norte y todo pragmatismo. La emergencia nacional en que estamos queda desdibujada por ciertas siglas.
Las críticas que contra mi llegan desde todos esos ámbitos, desde el PP vasco, desde cierto mundillo separatista o izquierdista que ven a VOX como un partido fascista sencillamente porque yo he declarado mi apoyo y las críticas del mundillo marginal que quiere hacerme culpable de sus fracasos, no solo demuestran sectarismo y prejuicios incompatibles con la democracia, sino falta de visión política, pues me atribuyen una influencia e importancia de la que carezco.
Además de las miserias anteriores, propias del peor sectarismo -de derechas o de izquierdas- me ha entristecido que desde ciertos medios católicos se acuse a VOX de abortista con titulares exagerados que dañan a quien los publica: porque el manifiesto de VOX es claro y varios de sus dirigentes son provida. Además VOX es un partido en creación alrededor del cual hay mucha gente con principios intentando contribuir a aunar esfuerzos.
¿No sería más inteligente abandonar consignas de otro tiempo, lenguaje impropio de la política, adoptar estrategias elaboradas e intentar sumar e influir en un partido que se abre paso de una manera valiente y sin complejos, para defender la unidad nacional, la familia, la vida, la libertad de mercado y la libertad individual? ¿Acaso el enemigo no es este régimen autonómico de la socialdemocracia de la ruina para todos -camino del comunismo a imagen de Cuba o Venezuela- donde el capitalismo solo es algo radical y corrupto solo accesible a las élites que dirigen el país?
Pareciera que algunos creen que solo importa el aborto -y así por sus errores han quedado etiquetados-, como si el aborto fuera un problema con solución legal y no el resultado de una sociedad sin moral que necesita de una profunda regeneración cultural y espiritual. Pero ¿qué pasa con la unidad nacional dinamitada por las Autonomías, o la economía, o con la falta de libertad, o con el sistema corrupto, o con la justicia al servicio del poder, o con la carga fiscal que nos arruina a empresas y familias, o con la ideología de género, o con las reivindicaciones socialistas de una sociedad que quiere todo gratis a cambio de ningún deber?
Ha llegado el tiempo de tomar decisiones. Los que atacáis sin argumentos, desesperados porque se acerca vuestro enésimo fracaso, escondidos tras decenas de grupos divididos con cabecillas que dan lecciones muy peligrosas cuando no se vive como se predica, habéis cometido, otra vez, el eterno error de la derecha: no asumir los retos de cada tiempo, no entender a la sociedad y sus problemas y seguir predicando en el desierto.
Yo sigo adelante.