miércoles, 29 de agosto de 2012

SONARON GRITOS Y GOLPES A LA PUERTA, la novela de Pío Moa


Hay algunos científicos que, a pesar de su erudición y gracias a su sabiduría, son también importantes autores de obras de divulgación de sus complejos conocimientos, haciendo accesible a mucha gente lo que de otra forma quedaría reservado a un círculo muy reducido de seres humanos. De la misma forma, pero más escasamente, encontramos historiadores que, para contarnos otras cosas -más allá de los datos y de los documentos, pero no menos ciertas- recurren con maestría a la novela histórica.
Acabo de terminar de leer Sonaron gritos y golpes a la puerta, densa novela de Pío Moa, que abarca los interesantes años de toda una década de la vida española y europea, que van desde 1936 a 1946. En tres partes se recogen las peripecias de un protagonista que nos cuenta con tranquilidad, saboreando cada recuerdo, cómo vivió en aquellos años, primero como quintacolumnista en la Barcelona roja, después como soldado de la División Azul y finalmente sus andanzas en la dura posguerra.
Creo que el gran mérito de Sonaron gritos y golpes a la puerta es entrar a novelar unos hechos en los que la izquierda sigue historiando y novelando –esto sí es ficción total- una época aun dominada por la propaganda y por la ignorancia, valga la redundancia. Y además de entrar en esta batalla cultural, Moa sigue usando el mismo rigor intelectual de quien solo busca y cuenta la verdad. Por ejemplo narrar la ideologización radical de la época, la sociedad en sus distintos niveles, el ambiente de una Barcelona harta de las luchas sangrientas entre las izquierdas, el desastre del Frente Popular, las salvajadas de los comunistas y de los socialistas o la cara dura de sus líderes, la heroica labor la División Azul -tan bien explicada en sus batallas y en sus duras condiciones de vida-, el pasotismo de la gente una vez llegada la paz, la importancia de la amenaza del maquis o las complejas decisiones y alianzas entre los tres poderosos de Yalta, han situado las peripecias del protagonista de una forma nítida en un contexto histórico cuya evolución aun hoy nos sigue afectando.
Con todo, la lectura se hace entretenidísima, porque Moa logra una novela en la que se abarcan las grandes inquietudes de los hombres y por eso encontramos aquí la política, la filosofía, el amor, la religión, la aventura, la amistad, la pasión, el miedo, el odio, el horror, las elucubraciones sobre ciertas conspiraciones y por su puesto la gran historia que acompaña las pequeñas vidas de numerosos personajes interesantísimos. Y en la página 637 uno llega a uno de esos finales –todo un símbolo de tantos dislates de la época- que tanto emocionan por su capacidad de sorpresa. Hay un epílogo que estremece, porque refleja la confusión vivida en todo el mundo occidental en el que a pesar de haberse librado –en su día- de la amenaza de los grandes totalitarismos, la propaganda del comunismo afectó con un golpe casi mortal. Estos hechos se recogen en la trayectoria posterior de la familia del protagonista y me han causado honda impresión y lo considero muy acertado para iniciar una importante reflexión que deben hacer las generaciones descendientes directamente de los que lucharon en las guerras de los años treinta y cuarenta.
Tuve la suerte de conocer y charlar largo y tendido con Pío Moa hace unos meses. A medida que iba leyendo la novela, encontraba muchas de sus inquietudes que le pude escuchar aquel día y por eso, no dejo de preguntarme cuánto de la vida de Moa nos está contando Sonaron gritos y golpes a la puerta. Animo a leerla, porque además de haber disfrutado con ella, creo que hay que apoyar la pequeña batalla cultural que algunos, muy pocos, estamos dando en un terreno que se ha entregado al progresismo. Si alguien además hiciera una película incluso podríamos empezar a ganar, de nuevo, la guerra. Pero todo lo bueno es fatigoso…

martes, 7 de agosto de 2012

Lecturas de verano: 5-UN SABIO EXPLICA LA TIRANÍA QUE PADECEMOS

Los que estamos acostumbrados a analizar los desmanes del sistema desde su mismo origen en la Transición –y aún antes-,  no nos asustamos de la nueva trama de espionaje a la oposición organizada burdamente por las cloacas que tan bien dirige Rubalcaba, quizá desde los orígenes de la tiranía partitocrática que padecemos. Pero muchos se escandalizan por una nueva corrupción como si nunca hubieran sabido de filesas, gales, albertos, aliertas, corinas, elefantes, onceemes, garzones y faisanes… La historia es tan larga como siniestra. Algunos, antes de criticar otras épocas pasadas, deberían analizar si la España corrupta, arruinada y dividida de hoy, puede presumir de algo.

Pero los carguillos del PP que se han quedado sin vacaciones en estricto cumplimiento de su servil trabajo, andan protestando acerca del escándalo que supone el rubalcabagate. Pero no cuela. Su indignación es tan falsa como real nos resulta la íntima amistad que, dentro del sistema, mantienen los socialistas, los populares y los nacionalistas. Ya escribí hace unas semanas “que el Movimiento Nacional supo transformarse a tiempo en un movimiento de tres partidos”, esto es, PP-PSOE y separatistas, formando lo que se entiende por un consenso donde sus pactos, poder y privilegios se respetan. Perdonen la auto cita pero creo que la mía es una afirmación francamente original. Así que no cuela: ¿cuántas denuncias puso el Diputado Floriano cuando el siniestro jefe socialista le dijo, ¡en el Congreso de los Diputados! eso de “oigo todo lo que dices”? Y antes, ¿no mantuvieron tanto Mayor Oreja como Acebes, dentro de las cúpulas de Interior, a algunos oscuros personajes afines al PSOE que ta útiles fueron antes, durante y después del 11M o en la empresa de espionaje Interligare? ¿Es que no es de sobra conocido que, quizá dentro del acuerdo mejicano, Rajoy puso fin a la presión del PP con el Faisán que tan memorablemente bien ejerció el Diputado Gil Lázaro? Es más, ¿recuerdan aquél no debate entre Rajoy y Rubalcaba durante la campaña de noviembre de 2011? ¡Parecía como si se hubiera pactado lo siguiente: no me saques el Faisán y me callo Gürtel; pero tú no hables del 11M y dejamos lo del Registro; bien, yo no saco lo de los ERES  ni lo de Pepiño pero no me insistas con los ajustes que tendré que hacer!

¿Cómo se explica que vivamos en una tiranía partitocrática, en un pacto sobre asuntos clave que tanto convienen a los políticos,  en un régimen donde la justicia se hace a medida de los partidos, donde muchos delincuentes se mantienen en posiciones privilegiadas tanto en las empresas como en las instituciones, donde el ciudadano no hace más que financiar a los responsables de la estafa sin que nada ocurra? ¿Acaso alguien cree que si no se procesó a Rubalcaba por los GAL o por el Faisán, se le procesará por jugar a los espías? Si quieren entender por qué ocurre lo que ocurre, lean la mejor explicación que he hallado a esta situación. Es un artículo del sabio profesor Dalmacio Negro: LA TIRANÍA DEL CONSENSO. Verán el consenso entre las instituciones, los partidos y la ETA, sí, la banda terrorista ETA... Aquí un aperitivo y debajo el link al artículo; ya me dirán qué les parece: dice el profesor Negro:

A tenor de las consecuencias, esto es en esencia lo que se instituyó con la Carta-Constitución de 1978: un consenso oligárquico que separa la sociedad política de la gran sociedad de la Nación Histórica: aquélla manda y ésta obedece. Una servidumbre voluntaria ya que refrendó la Carta. En su conjunto, la Transición no ha sido más que una conspiración permanente contra (…) la Nación Histórica española, materializado en el ataque permanente (…) mediante la división de la Nación en Autonomías semiestatales, el control de las instituciones, la ideología y, en definitiva, la desintegración de la sociedad, un orden espontáneo de cooperación y convivencia.
Utilizando el Estado, con el pretexto psico-sociológico de la modernización (…) el consenso político ha hecho lo posible por destruir las tradiciones, los usos, las costumbres, los hábitos, las instituciones, los símbolos... En la plenitud de su poder, intenta imponer como una suerte de religión civil la religión laicista, incapaz de apuntalar un éthos capaz de resistir al oportunismo de la voluntad de poder. El consenso evoluciona hacia un totalitarismo basado en el engaño y la manipulación permanente de la opinión. La tiranía totalitaria de la opinión pública de Tocqueville.

Impresiona ¿verdad? Pues van ganando.

Lean el artículo completo, no es muy largo:


Descanso unos días hasta finales de agosto. Con las últimas 5 entradas LECTURAS DE VERANO, hay para dar y tomar. Gracias por estar ahí. Feliz verano.

domingo, 5 de agosto de 2012

Lecturas de verano: 4-¿Qué pretende el Papa convocando ahora un Año de la Fe?

En una breve Carta Apostólica publicada en octubre de 2011 y titulada Porta Fidei, Benedicto XVI ha convocado un Año de la Fe desde el 11 de octubre de 2012, cincuenta aniversario de la inauguración del Concilio Vaticano II y veinte de la publicación del Catecismo de la Iglesia Católica, hasta el 24 de noviembre de 2013, Fiesta de Cristo Rey.

¿Por qué? El Papa dedica unas páginas interesantísimas para explicar el motivo de tan importante convocatoria.

Sucede hoy con frecuencia que los cristianos se preocupan mucho por las consecuencias sociales, culturales y políticas de su compromiso, al mismo tiempo que siguen considerando la fe como un presupuesto obvio de la vida común. De hecho, este presupuesto no sólo no aparece como tal, sino que incluso con frecuencia es negado. Mientras que en el pasado era posible reconocer un tejido cultural unitario, ampliamente aceptado en su referencia al contenido de la fe y a los valores inspirados por ella, hoy no parece que sea ya así en vastos sectores de la sociedad, a causa de una profunda crisis de fe que afecta a muchas personas... No podemos dejar que la sal se vuelva sosa y la luz permanezca oculta.

Sobre la importancia del Catecismo, insiste: …el Catecismo de la Iglesia Católica, fue promulgado por mi Predecesor, el beato Papa Juan Pablo II, con la intención de ilustrar a todos los fieles la fuerza y belleza de la fe. Este documento, auténtico fruto del Concilio Vaticano II, fue querido como instrumento al servicio de la catequesis, realizándose mediante la colaboración de todo el Episcopado.

Sobre la importancia del Concilio Vaticano II,  proclama con fuerza: Siento más que nunca el deber de indicar el Concilio como la gran gracia de la que la Iglesia se ha beneficiado en el siglo XX. Con el Concilio se nos ha ofrecido una brújula segura para orientarnos en el camino del siglo que comienza. Yo también deseo reafirmar con fuerza lo que dije a propósito del Concilio pocos meses después de mi elección como Sucesor de Pedro: Si lo leemos y acogemos guiados por una hermenéutica correcta, puede ser y llegar a ser cada vez más una gran fuerza para la renovación siempre necesaria de la Iglesia.

El Papa recuerda en este breve documento, el vital testimonio que debemos dar los creyentes: Habrá que intensificar la reflexión sobre la fe para ayudar a todos los creyentes en Cristo a que su adhesión al Evangelio sea más consciente y vigorosa, sobre todo en un momento de profundo cambio como el que la humanidad está viviendo… Esperamos que el testimonio de vida de los creyentes sea cada vez más creíble…La fe, precisamente porque es un acto de la libertad, exige también la responsabilidad social de lo que se cree. La Iglesia en el día de Pentecostés muestra con toda evidencia esta dimensión pública del creer y del anunciar a todos sin temor la propia fe.

Además, Benedicto XVI repite, una vez más, la importancia de conocer la fe de la Iglesia: …el conocimiento de los contenidos de la fe es esencial para dar el propio asentimiento, es decir, para adherirse plenamente con la inteligencia y la voluntad a lo que propone la Iglesia. El conocimiento de la fe introduce en la totalidad del misterio salvífico revelado por Dios.
Y termina con una preciosa llamada al fruto de la fe auténtica, el amor:

El Año de la fe será también una buena oportunidad para intensificar el testimonio de la caridad. La fe sin la caridad no da fruto, y la caridad sin fe sería un sentimiento constantemente a merced de la duda. La fe y el amor se necesitan mutuamente, de modo que una permite a la otra seguir su camino.

No dejemos que la sal se vuelva sosa.

Aquí el documento completo, es breve y merece la pena:

sábado, 4 de agosto de 2012

Lecturas de verano: 3-Estado de miedo o la manipulación de la ciencia

Los jesuitas siempre fomentaban nuestra educación más allá de la enseñanza típica del programa académico. Las actividades extraescolares eran parte de la enseñanza que proponían para formarnos: deporte, teatro, voluntariado, idiomas… Y una de éstas propuestas era también el premio científico al mejor trabajo realizado durante el curso. Gané el premio de COU, en el año 1996, con ayuda de dos compañeras y eran 25.000 pesetas de entonces. Hoy una de ellas es médico especialista en urología y la otra investiga sobre oncología en Nueva York.  El caso es que a mis 18 años estaba obsesionado con la Teoría de la Evolución de las Especies, de Darwin, y llegué a acumular decenas de libros sobre el asunto. El trabajo que propuse para optar al premio era un estudio comparativo de los aparatos digestivo, respiratorio y circulatorio a lo largo de la evolución partiendo de los simples seres unicelulares hasta la complejidad de los mamíferos…Yo quería contribuir a demostrar el evolucionismo.

Fueron tal cantidad las preguntas que me surgieron mientras avanzábamos diseccionando ranas, ratas y gallinas, que me di cuenta de que estábamos tan sólo ante una teoría sin más base científica que las observaciones de un extraño personaje que, sin ser biólogo, se había deslumbrado, durante una crisis de fe y un viaje, por la doctrina de la lucha de clases aplicada a la biología, porque estaba tan de moda en su siglo: las especies evolucionaban en complejidad debido a que un azar generaba individuos más aptos que lograban sobrevivir en su lucha por la existencia. Es decir, marxismo biológico. Pero ni el marxismo acertó explicando la historia o la economía, ni tampoco el darwinismo consigue explicar el origen de la vida. Es más, teorías más realistas como la de Lamark, anterior a Darwin, siguen siendo hoy defendidas, por ejemplo por Máximo Sandín, profesor de la Autónoma y se basan en que la evolución, caso de existir, esconde algún fin, algún tipo de orden o inteligencia directora. En la comunidad científica el evolucionismo sigue a debate. Tanto, que se sabe de algunos científicos que manipularon sus investigaciones o falsificaron fósiles para intentar demostrar sus particulares obsesiones con la confirmación de una teoría muy difícil de confirmar. Y es que desde que un monje descubriera experimentando con unos guisantes la transmisión de la herencia por los genes, el darwinismo sufrió un duro golpe. Es más, la propia definición de especie sostiene que es aquel grupo de seres que se pueden reproducir entre sí y cuya descendencia es fértil. Entonces, ¿cómo puede generar una especie otra? ¿Es mejor, desde el punto de vista de las meras funciones vitales, la complejidad del mamífero respecto a la de una ameba?

Todo esto viene a cuento de que estoy leyendo ESTADO DE MIEDO, una novela del año 2005 del conocidísimo escritor  Michael Crichton. Me la recomendó un tío mío que se pone enfermo con las patrañas de los que siempre nos cuentan, en verano, que los polos se funden pero que nos ocultan que, en inverno, el hielo se acumula de nuevo…La novela es una divertida trama de  ecoterrorismo en la que hay científicos que manipulan datos, y otros que reciben amenazas de organización ecologista que quiere como sea demostrar que el cambo climático se está produciendo. Miles de millones de dólares en juego, progresistas interesados, donantes multimillonarios y abogados politizados se entremezclan por una obsesión: convencer al mundo de la catástrofe ecológica que se va a producir por el calentamiento global.

Y es que hoy en día, abandonadas las referencias culturales que aportaba la fe a la investigación, la razón, por sí sola, se ha vuelto irracional. Pero la ciencia sólo puede avanzar gracias al afán de conocimiento infinito que tenemos y que debe ceñirse a su ámbito de conocimiento: lo experimentable, lo medible, y lo material. Pero cuando la ciencia quiere hacer afirmaciones que no puede plasmar en hechos repetibles mediante la experimentación, se pierde en afirmaciones absurdas e insostenibles que, en caso de mantenerse sólo contribuyen a demostrar la natural religiosidad del ser humano que busca más allá del mundo material, respuestas a sus inquietudes. Y eso, ya no es terreno para la ciencia. Hay un conocimiento racional más allá de lo material, porque ser libres, creer, esperar o amar forman parte de nuestra vida tanto como el peso de nuestro cuerpo, y si queremos aceptarnos como somos debemos razonar sobre todo, manteniendo una unidad de razonamiento asegurándonos del ámbito de conocimiento en el que estamos. Pero tales son los dislates del cientifismo irracional que le preguntaron a una investigadora del CERN que ha descubierto el Bosón de Higgs, si se había demostrado por fin la explicación total del mundo a partir de la materia y ésta contestó: “Yo soy católica. Nosotros hemos descubierto una parte más del mundo material, pero no tenemos nada que decir sobre aspectos reservados a la filosofía o a la fe. No hemos descubierto nada que se oponga a la existencia de Dios.” Lo que sí es una fe irracional es creer que la ciencia tiene respuestas para todo: ¿con cuántos kilos de amor amamos a nuestros hijos? Pues eso.