No conozco personalmente al Sr. Federico Quevedo. Tan sólo para clasificarle mejor, he leído algunos de sus mediocres artículos al servicio del PP, escritos como cortapega de esos argumentarios que emiten los partidos con ánimo de que sus fieles seguidores no piensen con independencia. Periodísticamente se descubrió como un indocumentado cuando defendió con tanta fuerza como torpeza el 15M rubalcabiano que pronto tuvo que tragarse las sandeces que repetía por los medios…
Por medio de unos amigos escandalizados por lo que me pasó en el concurso El Candidato (recogido con detalle en este blog), me puse en contacto con el Sr. Quevedo en octubre de 2010. Mis amigos me dijeron: “para solucionar lo que te ha hecho Intereconomía, ponte en contacto con él, te ayudará.” No ayudó. Es más, en la larga conversación que mantuve con él por teléfono lo más profundo que me dijo fue: “Si es que llamándote Blas Piñar es normal que no te quieran allí.” Interesante aportación; como si no me hubiera dado cuenta…
He meditado mucho antes de escribir esto. Pero la infamia –una más de otro más- de uno de esos paladines del PP, de esos sicarios que cobran por engañar, de esos que leen en su terminal lo que tienen que decir en las tertulias, me lleva a alertar a mis amigos y a mis lectores de uno de los graves dramas de nuestra Nación: que en la casta política y en los medios y en las grandes empresas y en los juzgados, persisten una serie de personas obedientes a ciertos mandatos, personas a sueldo de negros intereses que sirven a poderes inconfesables. Sólo así se explican ciertos cambios de criterio, ciertas sorpresas, ciertas traiciones y las peores estrategias… Porque solo quien debe algo a alguien vende su libertad y se arrastra por el lodo de la mentira y la traición. Y encima se ratifican en una atalaya de soberbia cuando se intenta con respeto pero con dureza, reconvenirles.
El caso es que anoche intenté por Twitter entender cómo era posible que el Sr. Quevedo, claro paladín del peperismo acrítico, católico de mucha Misa pero contradictorio por presumir de liberal, dijera tales animaladas… Y le dije que sus ataques a las Víctimas y al noble y valiente Alcaraz eran gravísimos y que debía pedir perdón. Pero el repetía: “Alcaraz, ultramontano, empujado por Pedro J. y Jiménez Losantos, es quien más daño hace a las Víctimas.” Hay que ser cabrón (no encuentro otra palabra.) Alguien le replicaba con un brillante twitt: “Lo que más daño ha hecho a las Víctimas es ETA, Sr. Quevedo.” Y el presumía de que no debía pedir perdón, sino que "deben pedirle perdón a él los fascistas q le estábamos criticando.” Y me parecía a mí, cuando encima citaba un artículo de EL PAÍS para defender sus sucios ataques al colectivo más decente de España, que quizá el pobre Sr. Quevedo ya no sabía cómo obedecer las órdenes recibidas de sus jefes genoveses, que debían ser algo así como: “defienda usted este apaño que tenemos con el PSOE y ETA, porque nuestros electores, que a veces consideramos imbéciles, se pueden dar cuenta de que hemos mentido al decir que el comunicado se hizo sin concesiones; ya le daremos a usted un micro en la Radio Nacional si ganamos.”
Al no conseguir nada bueno del Sr. Quevedo, ésta mañana, después de hablar con un valiente político del PP –uno de esos que ahora es marginado por el rajoyismo de origen mejicano- me he animado a mandar un SMS al frustrado periodista. He aquí la interesante conversación…Entre paréntesis comentarios míos inevitables al leerla de nuevo.
BLAS: Desde la sincera caridad cristiana, te advierto de que debes unirte a los que sufren y defienden el bien moral de la Nación.
QUEVEDO: ¿Quién eres?
BLAS: ¿Qué más da? Somos miles. No me ayudaste cuando te lo pedí. Debes pedir perdón a las víctimas.
El Sr. Quevedo cae en la cuenta de quién soy, y se descubre, porque sabe que no hizo nada por mi cuando se lo pidieron nuestros amigos comunes, como he contado…
QUEVEDO: Blas Piñar. No tengo que pedir perdón. Son muchos, entre ellos tú, los que me tienen que pedir perdón a mí por comparame con asesinos (bueno, eso se lo inventa respecto a mí, yo nunca he insinuado ninguna burrada así.) ¿Es caridad cristiana no querer que ETA deje de matar, como parece que deseáis? Vosotros traicionáis a las Víctimas a las de verdad, que son las que murieron (Ah, la madre de la niña Silvia, o Ulayar, o Alcaraz no son de verdad.) Si ellas vivieran a cambio de un comunicado de ETA por poco que no os guste lo harían con tal de estar con sus familias (El Sr. Quevedo sabe lo que quieren los muertos; será la cercanía de Halloween.) Vosotros estáis matando a las Víctimas por segunda vez. (Pero que tío más cabrón.)
BLAS: Rezo por ti, que Dios te ilumine. Acabo de vomitar.
QUEVEDO: Espero que te encuentres mejor. Llevo vomitando por vuestra culpa todo el fin de semana. (Haber ido a la manifestación.) Ya me recupero. A vosotros os falta luz.
BLAS: Eres tú el que ha despreciado a las Víctimas. Asume las consecuencias de tu colaboración con el mal.
QUEVEDO: Me parto de risa. ¿Por qué no te presentas al Casting del Club del Chiste?
BLAS: Tómatelo a broma, pero lo q has escrito al servicio de quien ni sabes que te paga, ahí está. Yo cumplo con mi conciencia advirtiéndote. Por cierto, ¿sabes tú mejor que las Víctimas que lloraron en Madrid este sábado lo que ellas demandan? Escucha testimonios como el de Toñi Santiago y medita.
Espero que esté meditando. Pero de momento, el Sr. Federico Quevedo es el portavoz oficial de una enorme traición. No he vuelto a saber nada más que los disparates que su mínima soberbia enorme le llevan a seguir difundiendo. Este es uno de los casos típicos que sirven como ejemplo de que para España, son peores los mediocres periodistas o políticos de la derecha idiotizada que los enemigos más agresivos de la izquierda antinacional.