Quiero escribir un artículo lleno de esperanza.
Porque estoy aburrido de la desgana y la crítica. De la amargura y de la
desilusión. Del constante echar la culpa a los demás sin haber aportado lo
suficiente, sin haber intentado todas las posibilidades. Sin nunca aprender del
fracaso, cuando normalmente uno cae cuando avanza… Quizá el final del año sea
más tiempo de mirar atrás pero prefiero la ilusión de proponer un futuro mejor.
Aunque os parezca una locura…
Claro que la situación de España es complicada. Incluso
dramática. Pero no creáis que todo va a depender de unas elecciones ni de un
sistema corrupto donde todo se decide siempre en oscuros salones. Es el momento
de reivindicar la importancia de nuestras decisiones personales frente a la
opresión de un sistema que parece tenerlo todo controlado. Unas pocas personas
bastan para cambiar el mundo si consiguen contagiar su esperanza a quienes
buscan manos tendidas. Y todos sabemos que hay muchos españoles esperando que
algo ocurra.
.
Hay que hacer algo. Siempre hay que hacerlo. Pero
más aún cuando nadie parece querer hacer nada porque nos están intentando
convencer de que todo está perdido. La
falta de esperanza queda explicada magistralmente por Benedicto XVI:
El error de Marx… es
que ha olvidado que el hombre es siempre hombre. Ha olvidado al hombre y ha
olvidado su libertad. Ha olvidado que la libertad es siempre libertad, incluso
para el mal. Creyó que, una vez solucionada la economía, todo quedaría
solucionado. Su verdadero error es el materialismo: en efecto, el hombre no es
sólo el producto de condiciones económicas y no es posible curarlo sólo desde
fuera, creando condiciones económicas favorables. (Spe Salvi 21).
Y esta doctrina
contamina toda la política, sea de un signo u otro. Lo hemos comprobado durante cuatro años: no
era la economía, señor Rajoy. No solamente. Se hace cansino el debate político
entre solo dos formas de pensamiento encapsuladas, sea la óptica socialista o
la liberal, cuando ambas adolecen de la misma contaminación materialista,
incapaz de responder a la preciosa esperanza de cada persona. De ahí que la
oferta programática de los principales partidos políticos en el mundo
occidental sea a la vez tan similar y destructiva y gravísimos los problemas a los que nos abocan al abandonar nuestras
sólidas raíces espirituales. ¿Cómo responder al islamismo si destruimos
nuestros fundamentos sociales? ¿Cómo
enfrentarnos a una economía injusta sin educar en valores? ¿Cómo progresar
moralmente con cada vez más familias rotas y una educación infumable? La
frivolidad, más bien la perversidad, de los políticos occidentales no tiene
nombre. Por eso hay ya muchas reacciones en diversos países de Europa y América…
Ahora toca empezarla en España.
Cuando se acerca el
tiempo en que defender ciertas posturas históricas o morales, aún avaladas por la
propia verdad de los hechos y sus pruebas documentales las unas y por siglos de tradición intelectual las otras, sea
constitutivo de delito, os pregunto: ¿queréis despertar, queréis hacer algo? Y
si vuestra respuesta es positiva, ¿qué podemos hacer? ¿Cuándo podemos empezar? Por
vuestras familias, por vuestros hijos, por vosotros mismos y por vuestra libertad:
cada vez urge más vuestra respuesta.
España necesita urgentemente un gran
movimiento político que aglutine a millones de españoles que hoy no tienen
representación política y que no se merecen el totalitarismo que puede suceder
al régimen de los corruptos. Este movimiento, cimentado sobre personas valiosas
que tienen que dar ya un paso adelante, debe ser sencillo en sus ideas pero muy
contundente en su defensa.
No son tantas las
personas necesarias para ponerlo en marcha y pocas ideas fuerza pueden
aglutinar a más gente que la defensa de la unidad de la patria frente a quienes
la quieren desgajar desde dentro o disolver en un ente mundial amorfo e
inquietante, la defensa de toda una tradición, una civilización, una historia y
unos valores que supimos expandir por el mundo y la defensa de un orden
económico justo para todos capaz de acabar con el materialismo, sea de corte
ultraliberal egoísta o de corte socialista opresor.
La libertad presupone
que en las decisiones fundamentales cada hombre, cada generación, tenga un
nuevo inicio…La libertad necesita una convicción… Cada generación
tiene que ofrecer también su propia aportación para establecer ordenamientos
convincentes de libertad y de bien, que ayuden a la generación sucesiva…
Nosotros necesitamos tener esperanzas –más grandes o más pequeñas–, que día a
día nos mantengan en camino. Pero sin la gran esperanza, que ha de superar todo
lo demás, aquellas no bastan… Benedicto XVI (Spe Salvi,
24, 25, 31).
Olvidad las etiquetas, dejad los complejos, empezad a soñar que es posible. Imaginad líderes generosos y conscientes. Haced
lo posible por acercar, unir y sumar. Muchas veces, bastantes menos de los
españoles de los que leeréis esta entrada hicieron cosas mucho más grandes en
peores momentos. Mirad alrededor, tended manos, llamad a vuestros amigos,
contactad con los que también están preocupados. No os dejéis engañar por las
trampas que tiende la propaganda del régimen. Llegará un día en que tengamos
que ponernos de pie porque no nos quedará más remedio que despertar de la
pesadilla comprobando que no estábamos durmiendo. Por nuestras familias, por
nuestros hijos, por nuestra libertad. Por España.
Espero vuestros comentarios.
FELIZ AÑO NUEVO