Que Esperanza Aguirre es la única en activo que mantiene cierta independencia y principios al margen del rajoyismo mediocre, sobreviviendo al mismo, es algo evidente. Será por el apoyo ciudadano o por su poder dentro del partido. El caso es que se mantiene hablando muy claro. Y –posiblemente porque ya está cerca su final como política- se atreva a dejar un remate, un broche, que considero muy adecuado. No me importa hablar bien de quien hace algo bien. Se que algunos desprecian toda la labor de Aguirre por algunos hechos concretos. Hasta pueden tener razón. Pero ¿hubieran ellos podido hacer algo mejor? ¿Y si, con este broche que ahora explico, deja el camino abierto a otros que puedan mejorar muchas cosas? Siempre he pensado que la política es el terreno del acuerdo posible, un lugar siempre peligroso, resbaladizo, al que muchos es mejor que no vayan, pues pueden acabar hundiéndose…Y creo que el balance de Aguirre, en este caso, es positivo, a pesar de los pesares y pese a quien pese. Más con el broche que se acaba de anunciar.
Este remate a su carrera va encaminado hacia las correctas reformas que muchos venimos reclamando: mejorar nuestro sistema con mayor representación ciudadana y con un mayor control de los políticos por parte de las personas que les votan. Se ha sabido que Esperanza propondrá en su discurso de investidura la organización de la CAM en circunscripciones de manera que los electores sepan quién les representa y permitirá a los votantes seleccionar o eliminar de las listas a los candidatos propuestos: es decir, representatividad de verdad y listas abiertas.
Las consecuencias de estas normas son incalculables y ya no se podrá culpar a los partidos: los ciudadanos tendrán enorme responsabilidad en moverse, participar u opinar para tener de verdad los políticos que se merecen, en todos los campos. Incluidos los morales. Es más, pueden suponer esos cambios un impulso para la regeneración del propio partido –difícil-, el surgimiento de otros nuevos –casi seguro por un cisma en la derecha-, o una regeneración nacional –urgente-.