Estoy siguiendo con interés la polémica interna en LibertadDigital, debido a las opiniones de Pío Moa sobre el franquismo. Si bien es un debate estéril para la situación de urgencia nacional, no deja de ser un asunto importante que refleja la torpeza de una derecha acomplejada y desorientada, que precisa de gente de generaciones más jóvenes para emprender el rescate de España…
Pero, no, algunos no lo entienden. Si hace unos días aquí se polemizaba con quienes desde la pureza ideológica sufrían su drama de socialismo económico que impide articular una alternativa potente por la derecha, ahora surgen de nuevo los abuelos cebolletas del liberalismo…
Decía Pío Moa que la democracia actual debe mucho al franquismo, porque Franco fue la garantía del orden y del desarrollo económico que ha permitido a España estar donde está en vez de lo que hubieran sido los planes del frentepopulismo enemigo de la Nación…Es decir, decía algo evidente. Pero han saltado molestos, en contradicción con la libertad que pregonan, primero Vilches, luego Federico Jiménez Losantos y hoy mismo César Vidal –que promete tres capítulos sobre el asunto-, para criticar a Pío Moa que ya bastante tiene el pobre con soportar a los historiadores de la mentira.
Es Pío un valiente polemista que sabe hacer llegar su mensaje con esa forma eficaz de la propaganda izquierdista que conoce de sobra, lo cual es ciertamente un mérito que la derecha debe aprender. Pero decía Federico en la junta de accionistas de su grupo: “LibertadDigital no puede ser la casa de la extrema derecha”. Venga Federico, ¿es qué no sabes que media España te considera a ti como la extrema derecha? ¿No ves que si estás por la unidad de España y contra ETA y contra el separatismo, y que si defiendes la libertad y encima no atacas a la Iglesia, ya eres la extrema derecha? Pero vamos a ver, ¿quién creéis que os sigue, escucha y apoya, Federico?
Que no César, que no Federico. Que quienes os siguen son la auténtica derecha nacional, la que defiende orgullosa la unidad de España, la misma que sale a la calle con las víctimas del terrorismo, la que clama contra el aborto, la que jamás dirá lo que decís vosotros del franquismo y que no se identifican con ese liberalismo que nadie entiende ya hoy en día. Que no, que la defensa del individuo frente al poder, Federico, no es ése liberalismo que pregonas. Que la libertad, el pacto, la protección de la persona y la economía privada o el respeto por la ley natural, son cosas consustanciales con la tradición española, y típico de su Monarquía Hispánica de la que tomaron nota los primeros parlamentos ingleses –el más antiguo del mundo es el de León, de 1188-, y que por algo, amigos, este blog se llama El Alcalde de Zalamea. Recordemos las palabras del valiente alcalde agraviado que representan la auténtica tradición española de verdadera libertad frente al abuso del poderoso:
…al Rey, la hacienda y la vida
se ha de dar; pero el honor
es patrimonio del alma,
y el alma sólo es de Dios
se ha de dar; pero el honor
es patrimonio del alma,
y el alma sólo es de Dios
Basta ya de confundir. El franquismo tuvo su tiempo y los españoles de bien –que lo vivieron o que no como yo- agradecen su labor histórica cuyo balance es muy positivo frente a la alternativa que quería imponer el auténtico totalitarismo. ¡Por supuesto que este sistema actual, construido por las clases dirigentes del franquismo, es heredero del mismo, aún sea por el mecanismo de la traición! Sí, tiene razón Pío Moa, el poder actual, político o económico, debe mucho a Franco aunque se empeñen en denigrar a régimen al que todo deben...
El problema actual no es debatir sobre quién fue más antifranquista, cosa que normalmente es falsa y que además ya es un tema de la historia. A las generaciones jóvenes nos importa un pepino de los tóxicos si luchasteis o no contra el franquismo o si os queréis llamar liberales desde una pureza sinsentido. Lo que urge en España es rescatar nuestra esencia nacional, la verdad de nuestra historia, lo que nos une. En resumen, rescatar lo que nos hizo una gran nación, para volver a serlo. Pío Moa contribuye de forma valiente a esta labor. España es una nación de un potencial enorme. Pero, desde un lado, las divisiones internas de una torpe derecha no permiten aflorar la unidad que se necesita; desde el otro, desde la izquierda, hay españoles empeñados en misterioso contubernio con otros intereses, en destruir lo que España significa.
¡No contribuyáis a este error que divide en un debate estéril! Creo que os equivocáis cuando rechazáis a vuestra audiencia que os admira y en la que me incluyo. Cometéis el error de los que, desde arriba, poco escuchan a su gente. Hacéis lo mismo que denunciáis: rechazar a alguien por su nombre o por sus ideas en obediencia no a un sincero y puro liberalismo, sino a los intereses que, supongo, os lo ordenan. Si no contribuís, desde vuestro poder, a restaurar una derecha cobarde y dividida, seréis cómplices de llevarnos al abismo en que pronto nos encontraremos. Se precisa en España una alternativa potente, tradicional, de claro mensaje, con propuestas económicas modernas. Si la llaman extrema derecha, ajo y agua, es lo que hay…No conozco a ningún progre que no le encante presumir de que es muy de izquierdas… A ver si aprendemos y dejamos de tirar piedras contra nuestro propio tejado…