viernes, 9 de marzo de 2012

NUEVOS DATOS DEL ASESINATO DE GABALDÓN

El verdadero origen de LA TESIS PROHIBIDA

En estos primeros días de marzo logré reunirme con una de las nietas y uno de los hijos de Isaac Gabaldón, el llamado muerto de la carretera de Extremadura asesinado en extrañas circunstancias, junto a su hija Pilar y su chófer José Luis Díaz, en la noche del 29 de julio de 1939. Gabaldón era un Guardia Civil, agente del Servicio de Información Militar y encargado del Archivo de Logias, Masonería y Comunismo cuando le mataron.

Encuentro con la familia
Beatriz, la nieta, había contactado conmigo gracias a las redes sociales. Me siguió algún tiempo. Aunque me había visto en Intereconomía, cuando el concurso de El Candidato, necesitaba asegurarse de que podía confiar en mí. Cuando me conoció me dijo:

-Tu nombre acabó por darme esa confianza.

Y eso a pesar del enfado de sus padres con mi abuelo Blas Piñar debido a la publicación de cierta información del caso Gabaldón en la revista Fuerza Nueva, a finales de los años setenta. José Antonio Gabaldón, padre de Beatriz, me miró con seriedad y me confirmó su irritación:

-Literalmente mandé a la mierda a tu abuelo. Le visité en su Notaría para pedirle que no publicaran más información sobre el asesinato de mi padre porque eso perjudicaba al ascenso de mi hermano Luis, que estaba a punto de ser General de Aviación. El me preguntó que si tenía miedo. Yo le dije: soy Falangista, no tengo miedo.

Mientras su esposa Beatriz Montemayor me sirve una taza de café, me mira y me pregunta:

-¿Le importa que le diga lo que pienso de Fuerza Nueva?

-No. Puede decir lo que quiera. Faltaría más. No me trate de usted.

-En Fuerza Nueva había mucho histérico. Y su abuelo hizo mal en disolver el partido. Yo soy patriota, pero no histérica. Nosotros somos de la Falange. Yo, desde niña –y me mostraba una foto de un grupo de chicas falangistas, de Talavera de la Reina, al poco de acabar la guerra.

Llamada del Servicio Secreto al Congreso.
A mi abuelo le habían amenazado por retomar el caso Gabaldón. Habían comenzado a publicar información comprometedora para algunos cargos del franquismo que también se estaban posicionando muy bien durante la Transición. A los pocos días de salir el  ejemplar de la revista Fuerza Nueva donde se trataba el crimen de la carretera de Extremadura, el Jefe del Servicio Secreto, llamó al Congreso pidiendo hablar con mi abuelo, al que amenazó:

-Dejen de publicar cosas del asunto Gabaldón. No lleva a ningún sitio. Su vida corre peligro. Se lo advierto.


La Tesis Prohibida
Yo había escuchado a mi abuelo contar cosas de aquel misterioso crimen y me impactó la semejanza que podía observar, sobretodo cuando analicé el proceso judicial de unos mil doscientos folios, con otras operaciones tenebrosas del poder, como el asesinato de Carrero el 20 de diciembre de de 1973, el Golpe de Estado del 23 de febrero de 1981, el atentado contra Aznar el 19 de abril de 1995 y la masacre de Madrid del 11 de marzo de 2004. Así que publiqué La Tesis Prohibida, una novela construida a partir de la muerte de Gabaldón y donde esos atentados tenebrosos se relacionan en una hipótesis realista, en la que todo lo que se cuenta podría ser cierto…

Desde que se publicó mi libro, he intentado seguir investigando sobre el oscuro caso del muerto de la carretera del oeste. Así se había referido a Gabaldón ni más ni menos que Milans del Bosch, que en una carta de 1981 dirigida al General Gutiérrez Mellado, escribe: “sobre tu conciencia pesa el muerto de la carretera del oeste.”

Gracias a La Tesis Prohibida, hace unas semanas, contactó conmigo la nieta de nuestro protagonista, Beatriz Gabaldón. Hace pocos días estuve con sus padres, José Antonio y Beatriz. Dedicamos unas horas a charlar sobre el asunto. Nuevas reuniones prometen más datos interesantes. Pero lo averiguado hasta la fecha llegará a impresionarles. Sigan leyendo:

Gabaldón y la guerra
Cuando la revolución del 34, Gabaldón era el Jefe de la Guardia Civil en Talavera de la Reina. Su integridad personal y la defensa del orden le llevaron a ser odiado por la potente izquierda de la ciudad, que se manifestaban gritando:

-Queremos pan y carbón y la cabeza de Gabaldón.

Dada la situación de preguerra y la agitación de Talavera, a principios del año 36 trasladaron a Gabaldón a Sama de Langreo, cerca de Oviedo. Su esposa se llamaba Manuela; tenían 9 hijos. Debido al repentino cambio de puesto y a la peligrosa situación en Asturias, Gabaldón pidió a uno de sus hermanos, que vivía en Arenas de San Pedro,  que se hiciera cargo de su familia. Y llegó el Alzamiento. Arenas de San Pedro quedaba en zona roja, así que Manuela y sus nueve hijos huyeron a Ávila con el cuñado, pues eran conocidos militantes de la Falange. A los pocos días de la sublevación militar, un tal Bardají, que también era de Arenas, reclutó a 200 falangistas en Ávila con el objetivo de tomar el pueblo, dado que era una zona estratégica al otro lado de las montañas. Bardají organizó varios autobuses y dos hijos de Gabaldón, Alfonso y Luis, se apuntaron a la arriesgada misión. Cuando llegaron a Arenas, Bardají se dirigió a su casa con algunos de los falangistas, hizo acopio de las cosas de valor y huyó a Ávila en el coche de algún amigo, abandonando a los falangistas que había utilizado como excusa y como protección.  Los milicianos decidieron defenderse de la incursión y detuvieron a la mayor parte de los falangistas, entre ellos a Alfonso Gabaldón. Les cortaron las manos con una hoz y les fusilaron en una zona conocida como “El berrocal.” Luis salvó la vida escondiéndose en una cárcel y contando al Director de la misma que era huérfano y que no sabía quienes eran sus padres. Luis murió hace un año y llegó a General de Aviación, sin importarle demasiado ni la política ni la investigación del asesinato de su padre…

En octubre del 36, liberado Oviedo,  Isaac Gabaldón es trasladado a Plasencia, para organizar las tropas que participarían en noviembre en el intento sobre Madrid. Una vez fracasado el asalto nacional a la capital, Gabaldón fue destinado al SIM, a las órdenes del General Hungría, con el encargo especial de organizar a toda prisa un Archivo de Logias, Masonería y Comunismo con el objetivo de evitar las posibles infiltraciones del enemigo en el bando nacional. Y entre los agentes que estaban bajo el mando de nuestro protagonista se encontraba el Capitán Manuel Gutiérrez Mellado, un doble agente conocido como Teodosio. Nunca se llevaron bien.

Gabaldón y el oscuro SIM
Terminada la guerra,  el Comandante Gabaldón pidió al General Hungría que le trasladara del SIM a otro departamento. No le dejaron. Por lo visto, Gabaldón era un hombre muy honrado y venía denunciando que desde el final de la guerra, los agentes del SIM solían robar y cometer todo tipo de abusos en las casas de las personas que investigaban.  No le trasladaron y le ordenaron hacer la vista gorda. Pero su integridad no se lo permitía. Y seguía denunciando a otros mandos la corrupción del SIM. Como además tenía información comprometedora en su Archivo de Logias, entre muchos de los militares pertenecientes a la Masonería se gestó un gran odio a Gabaldón, ante el temor de que se conociera su pertenencia a las logias y aquello acabara por perjudicar sus carreras, dada la fijación de Franco con los masones. Tanto era el odio hacia el agente del SIM que, al final de una cena entre compañeros, cuando las copas alteraban los comportamientos y de la risa se llegaba a la discusión, el mismo Gutiérrez Mellado amenazó de muerte a Gabaldón.

El asesinato
En el mes de julio del 39, Gabaldón estaba en Madrid preparando la nueva casa  de la familia con ayuda de su primogénito, de nombre Manuel. Querían aprovechar el verano para trasladar a toda la familia desde la casa de Talavera, donde vivían desde el final de la guerra, a un chalé en la Colonia Iturbe en la calle Doctor Esquerdo. Después de un paseo, en una noche de calor sofocante, cuando regresaron a la casa de Madrid, Gabaldón se dirigió a su hijo:

-No enciendas las luces. Te voy a explicar una cosa importante. Subamos al piso de arriba. Mira, ahí en frente, desde esa ventana, me están vigilando. Y allí, y también allí –señalaba los diversos lugares apuntando con firmeza. –Debes saber que estoy en una misión muy peligrosa. Con ayuda de mi secretario, hemos organizado toda la información sobre la Masonería en España. El General Franco está muy pendiente del avance de nuestro trabajo. Aquí en casa he conservado copia de todos los documentos que he entregado a la Dirección General. Sólo tu sabes que ésta copia existe.

A los pocos días, Gabaldón marchó a Talavera a ver a la familia y organizar el traslado a Madrid. Aún quería completar cierta misión relacionada con un masón de Extremadura. El día 30 de julio, además, se iba a celebrar en Arenas de San Pedro el funeral por su hijo Alfonso, asesinado tres años antes por los rojos, y quería ir con su esposa y sus hijos. El día 29 por la mañana partió temprano con su chófer y su hija Pilar, de quince años. Se llevó a su hija para despistar, para que no pareciera que iba de misión. Sabía que le tenían ganas. Le habían amenazado. Regresaron por la noche. A la altura de Oropesa, unos  hombres vestidos con uniforme del Ejército Nacional le dieron el alto. Gabaldón era muy prudente y sabía que nunca, bajo ningún concepto, se debía parar en la carretera, y menos de noche y menos cuando se iba en una misión. En ése momento del relato, su hijo José Antonio me agarra del brazo, presionando con su fuerte mano:

-Sólo pudo parar por un motivo. Mi padre sólo podía tener un motivo –remarcó- para parar su coche y aceptar conversar con alguien en aquella noche tenebrosa –me agarró aún más fuerte del brazo para transmitirme la importancia de su afirmación; me estremecí, temblé y balbucenado por la emoción, le pregunté:

-¡¿Por qué paró entonces?!

-Creo que sólo pudo parar porque entre quienes le daban el alto tenía que estar uno de sus subordinados en el SIM. No tengo pruebas. Pero estoy seguro de que paró porque quien le pidió detener el coche era ni más ni menos que Gutiérrez Mellado. Estoy absolutamente convencido de que tuvo que ser así.

A la mañana siguiente aparecieron en un cañaveral los tres cuerpos con varios tiros. Cuentan en Talavera que tres de los asesinos, nada más matar a Gabaldón, fueron a cobrar tres mil pesetas a casa del médico Sanguino, Gran Maestro de la Logia de Talavera. A los pocos días se fusiló en Madrid a 56 personas, entre ellas las famosas Trece Rojas, con la excusa de haber organizado un atraco para robar a Gabaldón. Esa era la versión oficial.

El día que iban a fusilar a todas aquellas personas, de las que la mayoría nada tuvieron que ver con el asesinato de Gabaldón, se presentó Gutiérrez Mellado para liberar a uno de los tres asesinos, miembros de las Juventudes Socialistas, confidentes del SIM, que habían sido detenidos al día siguiente del crimen, porque estaban perfectamente fichados -¿les suena de la película del 11M?-.  La escena es impresionante. Los condenados en el paredón. Los verdugos a punto de disparar. Se presenta allí Gutiérrez Mellado y pide llevarse a uno de los autores materiales del crimen, conocido como El Pionero, de nombre Sinesio. Consta en una resolución judicial del 20 de octubre de 1939, que El Pionero fue liberado de la muerte por Gutiérrez Mellado, justo cuando estaba en el paredón y ante el pasmo de los otros 56 que sí fueron tiroteados sin compasión. En ese documento, el juez instructor afirma que “se terminan las diligencias sobre El Pionero, liberado el 6 de agosto por Gutiérrez Mellado siguiendo órdenes de la superioridad para trasladarle a la cárcel de Porlier, según acredita el Teniente Rafael Puga.”  Luego se dijo que El Pionero fue fusilado, pero sin embargo, cuando otra investigación exhumó la tumba del confidente y asesino, no encontraron su cuerpo.

Al día siguiente del asesinato de Gabaldón, asesinaron en Madrid a su secretario y asaltaron el Archivo de Logias y la casa de Doctor Esquerdo. Nunca más se supo de los documentos sobre la Masonería, salvo algunas páginas que aparecen en el sumario del caso, la mayoría con tachaduras.

Las amenazas
Manuela, la esposa de Gabaldón recibió todo tipo de amenazas porque se empeñó en conocer la verdad sobre el asesinato de su esposo y de su hija. Intentó que Franco la recibiera, logrando por fin audiencia, pero un día antes le avisaron de que no la recibiría, diciéndola que o dejaba el asunto o sus hijos que cursaban en la Academia Militar serían expulsados. No contentos con tal abuso, le dijeron que además, le dejarían sin pensión de viudedad.  Así trataban a una madre que en plena posguerra tenía que sacar a siete hijos adelante, la mayoría menores.

También recibió amenazas uno de los jueces que abrió diligencias sobre el asunto, unos años después. El juez instructor, Ricardo Monet, denunció en mayo de 1941, según consta en otro documento que “le amenazaron con morir como Gabaldón si investigaba el crimen, y por eso –decía- no puedo mover el ojo porque me matan y acepté así un traslado a Canarias.”

Manuel, el hijo de Gabaldón, con los años fue ascendiendo en la carrera militar. Llegó a ser escolta de Franco, que un día le preguntó por su padre; es decir, Franco conocía la siniestra historia del muerto de la carretera de Extremadura. Después, Manuel fue destinado a un organismo conocido como de Represión de la Masonería, dependiente de la Secretaría General del Movimiento. Un día, Manuel dio cuenta de que ciertos masones habían pedido audiencia al Jefe del Estado.  Sin mediar palabra le detuvieron y le encerraron durante varios meses en un castillo cercano a Talavera la Real.

Las preguntas
¿Por qué mataron en realidad a Gabaldón? ¿Por denunciar la corrupción y los abusos del SIM, por la información sobre la Masonería o por ambas razones? Se cuenta también la historia de ciertos papeles de Portugal que al parecer componían un informe secreto del Gobierno de Salazar en los que se detallaba un minucioso plan de los aliados para matar a Franco, por el temor de que su inicial alianza con Hitler –luego hábilmente rota por el Gobierne español- hiciera que  España se pusiera del lado de Alemania en el conflicto mundial que estaba a punto de estallar. Quedan otras preguntas. ¿Por qué amenazaron de muerte a mi abuelo cuando en plena Transición publicó información del caso Gabaldón? ¿Qué querían ocultar casi cuarenta años después? Algo me dice –y no exagero- que para explicar muchos de los oscuros sucesos de la política española del último medio siglo, incluido la masacre de marzo 2004, debemos averiguar la verdad de éste crimen. ¿Acaso no resulta obvio, que desde el principio del régimen franquista, las mismas cloacas han permanecido dirigiendo con los golpes de timón oportunos, la política nacional? Y conocido esto y comprobando el devenir de la historia de ETA y el proceso actual que el Partido Popular está dispuesto a concluir, traicionado a tantos de los suyos que se dejaron la vida defendiendo España, ¿no resulta aún más evidente que incluso esas cloacas manejan el terrorismo según convenga, desde el asesinato de Carrero hasta el caso Faisán, pasando por la masacre de Madrid? Me atrevo a terminar afirmando que para averiguar toda la verdad que nos han ocultado sobre los atentados del 11M hay que descubrir antes quiénes y por qué mataron a Isaac Gabaldón.

20 comentarios:

  1. Magnifica recopilacion de datos
    Te dire que yo conoci a un Coronel que se cargo su Carrera por ser demasiado diligente en el asunto este de la represion de la Masoneria, fue encargado por el mando de elaborar un dossier sobre la masoneria y su influencia en el marreuecos español, lo hizo a conciencia, datos, personajues, situaciones y demas, consecuencia el dossier desaparecio y el Coronel jamas ascendio a pesar de que tenia derecho a asecender a mes siguiente.
    Has escrito esto que dijo Milans a el Guti
    “sobre tu conciencia pesa el muerto de la carretera del oeste.”
    Me pregunto en la conciencia de quien estara el asesinato de Juan Ignacio Gonzalez, asesinado en la puerta de su casa el 12 de diciembre del año 1981.
    Con el se descabezo el Frente de la Juventud y se destruyo su esfuerzo en pos de una España mejor

    ¿ Te lo has preguntado alguna vez?
    http://lapoliticadegeppetto.blogspot.com/

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  2. Blas, espeluznante. Ten mucho cuidado con lo que estas sacando a la luz. Ten cuidado. Te agradecemos esta labor que nadie te ha pedido pero que es tan importante para España.

    La Tesis Prohibida es demasiado clara y demasiado cierta, es una joya.

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  3. Estimado Blas: Me parece interesantísimo, me he quedado alucinada de lo que te ha contado la familia de Gabaldón y les agradezco la confianza y valor que demuestran ahora contándotelo a ti, pra que tú hagas que por fin se sepa la verdad de este caso y la corrupción, los chaqueteros a los que no les importaba traicionar a los que parecía eran los suyos, como Mellado, Fraga, Suarez, etc.
    Siempre he creido que el hombre más integro en política y patriota es tu señor abuelo don Blas Piñar. No voy a esperar a ir a Madrid, compraré tu libro por esta página, ya tengo muchas ganas de leerlo y cuando vaya a Madrid y puedas ya me lo dedicarás. Tu amiga y admiradora Carlota. AE

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  4. Una precisión: el SIM era el Servicio de Información Militar de los
    rojos, dirigido por Domingo Hungría y controlado por los comunistas.
    El de los nacionales era el Servicio de Información y Policía Militar
    (SIPM) al mando del coronel José Ungría.

    Nombres de los servicios secretos y de sus jefes muy parecidos, pero no iguales.

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  5. “Las 33 Margaritas”


    Nos hacemos eco del artículo publicado en el periódico ABC….


    Guerra Civil española. Hace más de 70 años. Carmen Tronchoni Soria organizó un viaje para ayudar a cambiar de bando a unas personas. Delatada por una amiga, que en realidad era espía, fue detenida, condenada a muerte y fusilada en marzo de 1938.



    Rosa Ríos Gómez durante la guerra desarrolló una importante misión de telefonista. Hasta el último segundo se mantuvo en su puesto y cuando se dispuso a abandonarlo las tropas enemigas se habían adueñado del pueblo. El 2 de marzo de 1937 ingresó en la cárcel y a las 12 de la noche fue fusilada sin juicio alguno.



    María Moreno Tena, Manolita Cortés y Pepita Losilla se dirigían el 16 de agosto de 1936 al frente cuando se vieron envueltas en una emboscada. Habían colocado el cadáver de un compañero en la carretera y al bajar a recogerlo fueron abatidas por francotiradores.



    Al estallar el conflicto bélico Agustina Simón se lanzó a la calle acompañada de su hermana para repartir equipos y ayuda a los primeros voluntarios. Meses después, cuando el enemigo arrasó la ciudad en la que ella dirigía un hospital de campaña fue hecha prisionera junto a 15 soldados. Tras unas horas en prisión, al filo de la medianoche, los sacaron, los llevaron en una camioneta a cuatro kilómetros del pueblo y los asesinaron.



    Experiencias duras

    Seis historias -podrían ser 10,13, 20 ó 100- de mujeres valientes, anónimas, que lucharon y murieron por sus ideales. Fueron fusiladas por defender lo que creían. Por no delatar a sus amigos se sacrificaron hasta la muerte.



    Francisca Magdalena de la Hoz al comienzo de la guerra fue interrogada para que denunciase a sus compañeros de partido. Se negó a hacerlo y la asesinaron en agosto de 1936.

    Experiencias duras, hermosas en su tragedia, intensas en su dolor, que bien merecerían un libro, una película, un pequeño lugar en la Historia y que, sin embargo, han quedado en el olvido. Son las muertas del otro bando, de la otra Memoria Histórica. Fueron Margaritas de la Comunión Tradicionalista o militantes de la Sección Femenina. Por lo general, sus historias nunca han llegado a un libro o la gran pantalla.




    No dispondrán, por tanto, de las subvenciones que recibieron, por ejemplo, los productores de «Las trece rosas», el film que narraba la historia de un grupo de jóvenes, casi todas militantes de las Juventudes Socialistas, fusiladas el 5 de agosto de 1939 en Madrid bajo la acusación de ayuda a la rebelión. La lucha de las margaritas y las falangistas fue tan sacrificada como las de las mujeres del otro bando. Alejadas del estereotipo transmitido desde la izquierda sobre la mujer conservadora de aquel tiempo, en casa bordando y cocinando, ellas también rompieron moldes. Crearon orfanatos, constituyeron sedes de Falange en lugares inhóspitos. Montaron hospitales. Presidieron sindicatos…



    Como Florencia Caerols, que se encontraba al frente del Sindicato Católico Femenino de Alicante cuando el 23 de septiembre de 1936 los milicianos la detuvieron y la llevaron ante un comité. Fue encarcelada y la noche del 1 al 2 de octubre, asesinada en Rotglá, Valencia.



    Sacrificios que los historiadores Laura Sánchez Blanco y José Luis Hernández Huerta han recopilado, estudiado y presentado en el Congreso Internacional sobre la II República y la Guerra Civil, organizado por el CEU. Los autores repescaron 30 historias de falangistas o margaritas asesinadas en la Guerra Civil y adjuntaron en su informe la relación de otras 33 «que no podían quedar en el olvido. Mujeres caídas en acto de servicio, en los frentes, en la retaguardia y en puestos de vanguardia».



    Explican los investigadores que «cuando se habla de memoria histórica se está hablando en realidad de memoria partidista. Se exalta el número de víctimas de la represión franquista y se resta importancia al de víctimas de la República. Confundir víctimas y verdugos por profesar una ideología diferente es un error histórico».

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  6. Asunto: TRECE ROSAS CON MUCHAS ESPINAS. 1ª parte


    Cuando a las cosas no se les llama por su nombre ocurren casos como éste. Los españoles de 2007, en especial los más jóvenes, comienzan su clase de Educación para la Ciudadanía fuera de las aulas. No les hacen falta profesores que les orienten acerca de lo importante que es ser buen ciudadano porque ya se encargan los poderes públicos y sus amanuenses útiles e inútiles de allanarles el camino en su tarea docente. Ahora lo vemos con el asunto de las trece rosas, comunistas muy jóvenes fusiladas por sentencia de un consejo de guerra, junto con otros dirigentes masculinos, un 5 de agosto de 1939, a poco más de cuatro meses de terminada la guerra.

    Cuando la futura ley de la Memoria Histórica se apruebe, sólo con leer con cuidado sus artículos se pueden extraer lecciones. Se está elaborando, exclusivamente, para incrementar indemnizaciones –ya recibidas en su momento-; para reiterar hechos –conceder la nacionalidad española a los brigadistas internacionales; para incidir en condenas –la del franquismo y su régimen, que ya estaban maldecidos parlamentariamente, no sólo en el Congreso español sino en Estrasburgo, con voto a favor del PP, y para intentar hacer daño en el Valle de los Caídos –solicitar la reconciliación cuando ya estaba más que conseguida mediante el descanso del músculo, de la sangre y del alma de unos combatientes con otros en una tumba gloriosa, solemne y común, bajo el manto de Dios Padre.

    Querían conseguir otra cosa, la más importante: la anulación de los consejos de guerra de después de la contienda, pero ha sido imposible hasta para aquellos que con su poder todo lo pueden. Se ha quedado en un término –“injusto”-, en otro más “ilegítimo”, y en no sé cuántos brindis al sol para uso electoral. Pero la palabras “anular” no ha podido ser introducida porque los documentos son claros, rotundos, inapelables e, históricamente, apabullantes.

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  7. Las trece chicas.

    Es fácil acudir al sentimentalismo en cualquier momento. Eran trece jóvenes, alguna menor de edad –entonces estaba establecida a los 21 años- y de oficios y condición modesta. La guerra, recién acabada. Y desde Alicante, donde se quedaron los comunistas más sobresalientes esperando a los barcos rusos que nunca llegaron a rescatarlos, comenzó la reorganización –armada, no se olvide- del Partido Comunista. La Pasionaria no estaba; Santiago Carrillo –otro joven como las rosas- e Ignacio Gallego, dos historiales de aúpa en Madrid y Jaén, respectivamente, tampoco.

    El que sí llegó a Alicante fue el capitán de Artillería del SIPM (Servicio de Información y Policía Militar) Manuel Gutiérrez Mellado. Lo hizo acompañado de catorce camiones abiertos llenos de soldados, falangistas y requetés armados hasta los dientes, que trajeron a Madrid a los más significados dirigentes del SIM rojo, que con Pedrero a la cabeza había sido el bastión más inexpugnable de la tortura, la vileza y el crimen en aquel Madrid no combatiente, sino cautivo. Pero quedaron restos –no se produjo el tan proclamado exterminio- que no tenían hasta ese momento responsabilidad política ni criminal conocida. Y quedaron en libertad en aquel Madrid recién liberado al que seguramente la fiebre y la pasión política de la victoria militar le hubieran permitido muchos desbordamientos. Pero hubo consejos de guerra, diligencias al máximo –comprobables para el que las quiera ver-, muchas actas, centenares de responsables de éstas con nombre y apellidos, y sentencias, duras sin duda en tiempos de tragedia, pero ajustadas al más estricto proceder. Y eso le debe doler bastante a la vicepresidenta del Gobierno y encargada de la Comisión Interministerial para la Memoria Histórica, señorita Fernández de la Vega, o señora, porque no sé si ha contraído matrimonio últimamente, dama de la mejor procedencia de Játiva que, eso sí, dejó a su novio, hace ya muchos años, a la puerta de la iglesia con el sí en la boca.

    Y a Madrid vinieron desde Alicante José Pena, Severino Rodríguez, Federico Bascuñana inmediatamente, se pusieron a trabajar armando a las células de las JSU (Juventudes Socialistas Unificadas), organización que había conseguido soldar el consejero de Orden Público Santiago Carrillo Solares traicionando a sus camaradas y a su propio padre. Y otro joven más, El Pionero, sería designado como jefe de la rama militar. Éste, Silesio Cavada Guisado, fue considerado el inductor de un asesinato que cortó la respiración al clamor de la Victoria: el del comandante Isaac Gabaldón Irurzun, su hija Pilar –de 10 años de edad- y José Luis Díaz Madrigal, soldado conductor. Gabaldón era un guardia civil adherido al SIPM de conducta irreprochable que tenía fama de incorruptible. Sus verdugos, Damián García Mayoral, Saturnino Santamaría Linacero y Francisco Rivares Cosial, iban disfrazados con uniforme del ejército nacional, pero eran comunistas y estaban mandados por El Pionero. Estamos a 29 de julio de 1939, a poco más de tres meses del día triunfal sobre el comunismo exterminador de todo. Pongámonos en ese día y en aquel tempo histórico.

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  8. Asunto: TRECE ROSAS CON MUCHAS ESPINAS (2 PARTE)

    Hechos.

    Inmediatamente se detiene y se fusila, tras consejo sumarísimo, a los tres asesinos de Gabaldón, pero a El Pionero, que también esperaba la ejecución, se le retira del pelotón en el último instante. Y se le entrega a Gutiérrez Mellado, que había llegado a toda prisa para llevárselo a la cárcel de Porlier. Allí le ofreció salvar la vida a cambio de información. Habló con él, escribió algo el joven comunista, pero de la conversación y de lo escrito nunca más se supo. Y se le fusiló de verdad un 15 de septiembre de 1939. Tengo los documentos en la mano.

    Aquellas jóvenes habían sido detenidas antes junto con muchos dirigentes masculinos de las JSU. La reorganización fue inmediata al 1 de abril de 1939. Ya venía, alguna de ellas, de formar parte de los batallones comunistas que operaban en la sierra madrileña. Y tenían conocimiento de las armas, cuya consecución y custodia les fue encomendada. Hasta el punto de preparar un gran atentado para el día del primer desfile en la Castellana, en mayo de 1939 y un asalto a la sede de Falange en Chamartín. Ana López Gallego –una de las trece- “recibía las órdenes directamente del enlace del comité provincial, Manuel González Gutiérrez, siendo la tal Anita la encargada de organizar la rama femenina …” Otro de los proyectos que tenían era el de no actuar en el desfile hasta después del mismo, ya que las tropas se encontrarían dispersas y ése sería el momento de actuar con bombas y mecha que tenía preparadas la rama femenina “por estimar que por su condición de mujeres les sería más fácil el transporte de explosivos”. Tengo sus propias declaraciones en la mano.

    La Policía Militar ejerce un seguimiento de las células en el Madrid recién liberado, y aparece un esquema del Partido Comunista en el que figuran, en su Comité nacional, Carmen Barrero Aguado –otra rosa- y en el provincial Pilar Bueno Ibáñez –una rosa más-. Los documentos hablan de su infiltración en FET de las JONS con el ánimo de desarmar a las escuadras falangistas que colaboran con los servicios de seguridad y de la importancia en el organigrama de Joaquina López Laffite –más rosas-, “que fue la que al ser detenidos los dirigentes masculinos se hizo cargo de la Secretaría General de dicho Comité (provincial de las JSU).” A ello le ayudaban –dicen las declaraciones del 31 de mayo de 1939- “Virtudes González García –una rosa-, Nieves Torres, Mari Carmen Cuesta Rodríguez y Anita Vinuesa (estas tres últimas no fusiladas en aquel momento a pesar de su flagrante implicación política con fines terroristas)”. Los dirigentes se reunían en casa de Joaquina López Laffite, “que era una de las personas que gozaban de mayor confianza en el Comité.

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  9. Autenticas criaturas manipuladas.

    Otra declaración de un comunista de junio de 1939 dice textualmente que estaban preparados para el desfile de la Victoria de ese año y que “para ello contaban con elementos bastante fuertes incluso con chicas para el espionaje que se dedicaban a coger a falangistas, desarmarlos y hacerles decir cuanto supieran; también manifestó que contaban con ametralladoras para emplazarlas en las desembocaduras de las alcantarillas… y con gran número de pistolas”. Añadía que “procedentes de Valencia habían llegado bastantes coches, cuyos vehículos traían perfectamente escondidos fusiles ametralladores.”

    Resulta espeluznante comprobar cómo estos comunistas utilizaban a auténticas criaturas de 15 a 17 años para fines de rebelión militar en un país que por primera vez en la Historia había ganado clamorosamente una guerra al comunismo de Moscú. Y que la estaba estrenando. Resulta pavoroso leer –lo hago en este instante- las declaraciones de esas niñas ante los Consejos de guerra, empujadas y engañadas hasta por sus propias familias para servir de enlaces, guardar armas o realizar misiones que por su edad y caras de ángel pudieran pasar inadvertidas. ¡Cómo pretenden anular los de la Memoria Histórica estos documentos esclarecedores, rigurosos, avalados por la investigación, la comprobación y la certificación de todas y cada una de las declaraciones! ¡Y cómo los hipócritas pueden condenar la pena de muerte si hasta en la propia Constitución elaborada por ellos en 1978 figura ésta para tiempo de guerra!

    Y así todo: Dionisia Manzanero Salas –otra rosa- era el enlace del dirigente Bascuñana para estar en contacto con las diversas ramas de la organización, y en los demás casos, el Consejo de guerra, pletórico de pruebas, con la firma y rúbrica no sólo de los miembros del mismo sino hasta de los agentes que hicieron las pesquisas -¡incluidos los de la Policía Municipal!- destaca por su pulcritud, que está a la vista de cualquier ciudadano sin orejeras.

    Seguiremos con este asunto. La Memoria Histórica es para todos, y por eso la tenemos que contar como fue. Rosas, sí, peor con muchas espinas.

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  10. Quiero hacer algunas aclaraciones sobre lo relatado en este blog por Blas, que quizá por la cantidad de datos e información en poco tiempo han quedado poco claros.
    Cuando mis tíos Luis y Alfonso fueron a Arenas reclutados por Bardají, fueron a defender el pueblo del ataque de los republicanos, Bardají repartió a todos los falangistas que habían llegado en los camiones en diferentes lugares del pueblo, a mi tío Alfonso concretamente le colocó en la torre del pueblo, prometiéndoles que volvería con refuerzos, cosa que no hizo pues como bien se relata huyó con el botín, entonces como tenían pocos recursos para defenderse tuvieron que rendirse y fueron asesinados como se cuenta, a mi tío le cortaron las manos por levantarlas para cantar el "cara al sol" y le encontraron con los muñones clavados en la tierra, seguramente intentando cortar la hemorragia, tenía 16 años.
    Mi tío Luis después de esto estuvo preso, pasó algún tiempo en zona roja, de la que escapó a la nacional como pudo y vio su carrera militar en peligro, quizá por ser hijo de quien era. Este cúmulo de amargas experiencias a las que podemos sumar la condena a un castillo de su hermano, es lo que ha podido provocar, no que no haya querido investigar más cosas de la muerte de su padre, no olvidemos que era su padre, sino que haya querido aparcar todo lo relacionado con la guerra.
    Por último precisar a uno de los comentarios que aparecen que mi tía Pilar no tenía 10 años cuando fue asesinada sino 15.
    Me encantaría poder llegar a aclarar todos los puntos oscuros alrededor de este asesinato pero creo que, aunque los protagonistas están muertos en su mayoría nunca se sabrá la verdad, de todas formas te doy las gracias por intentarlo.

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    1. Gracias Beatriz por estas precisiones y disculpa los fallos, a veces no he explicado bien esos matices tan importantes. Y también tengo nuevos datos, ayer hablé con mi abuelo. Espero veros pronto, espero que esto sirva para encontrar nuevas pistas. Un abrazo y gracias.

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  11. No te preocupes, como ya he comentado en un asunto tan complicado y con mucha información en tan poco tiempo es fácil que ocurra. Un abrazo.

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    1. Señora;

      Todos los que, gracias a Blas, vamos conociendo esta historia, intentamos que se conozca y se difunda. Hoy más que nunca seguiré haciéndolo en honor a su abuelo.

      Gracias;

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  12. Amigo Blas; como bien te dije ayer, el trabajo que desarrollas es espectacular. E imprescindible. Cuentas con mi amistad, mi apoyo y mi ayuda en todo lo que puedas necesitar.

    A tus órdenes;

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  13. Conocía la historia, aunque no con tal profusión de datos.

    De todas formas creo que en aquel asesinato tuvo más peso que nada el informe de Salazar al que usted alude y que era una investigación con secuestro de actas incluido, de un congreso masónico que había tenido lugar en Lisboa.

    Por lo que a mi me ha llegado, Franco tenía mucho interés en tener en su poder las actas de dicho congreso y la misión de Gabaldón era, precisamente, traerle a Franco una copia de dichas actas; ignoro quien se las daría a él ni cómo se las haría llegar.

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  14. Muy interesante y muy triste.
    pero, en realidad tiene tanta fuerza la masoneria?
    a la vista de la historia de los ultimos 100 años,en España han sido muy torpes y sus obras muy malas para nosotros.

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  15. Hola amigo, tengo muchas ganas de comprar tu libro "la tesis prohibida", y de leer el nuevo de "y al final perdieron"

    Creo, bueno, la verdad es que estoy segura, que tienes razon cuando dices que todo esta relacionado, el asesinato del General Gabaldon, lo del 11-M, el asesinato del Almirante Carrero Blanco, la intontona... del 23-F.

    Estoy segura que la mano de la masoneria esta detras de todo, y que es importante que busques informacion, sobre el libro que estaba escribiendo el hermano de Franco, Francisco, ex-mason, que se titulaba "la burla del grado 33", para encontrar el "por que" el General Franco, estaba tan empeñado en que había una "conspiración judeo-masonica". Casi todos los presidentes gentiles, de las naciones con falsas democracias, han llegado al grado 33. Ahora ya todos sabemos que los presidentes de las naciones, son simples títeres de un poder no visible, pero deducible por la logica (la banca internacional masonica, porque es la unica que puede financiar las millonarias campañas electorales). El grado 33 es una burla a los masones gentiles, porque a partir del grado 33, que es cuando empieza la verdadera masoneria, tan solo hay "elegidos". Hay un video cortisimo en youtube, donde la hermana de Franco, Pilar, explica porque ella cree que su hermano lo mato la masoneria, cuando estaba escribiendo el borrador del libro.

    Un fuerte abrazo

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  16. Creo que mi opinión a todo este tema la conoces sobradamente. Comparto con el resto de lectores lo admirable de la importante labor de investigación que realizas para poder plasmar en forma de "novela" esa consecución de acontecimientos interrelacionados y condicionantes que conforman Nuestra Historia como Nación. Lealtades y traiciones han formado parte siempre de cualquier entramado político pero, lo realmente humano y envidiable es el ser capaz de desentrañar LA VERDAD. Ahí, estimado Blas, ahí es donde tu natural y positivo interés por saber, junto con los medios y contactos personales que dispones por condición y familia, te permiten ser capaz de mostrarnos a muchos españoles ciertos casos y cosas que, de otra forma, posiblemente nos resultarían prácticamente inaccesibles. Un abrazo agradecido y sincero.

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  17. Buenos días Blas:
    Me he quedado con la boca abierta leyendo este Post sobre esa entrevista a la familia de Gabaldón.
    Entonces Blas a Franco nunca le llegó ese archivo de logias masónicas en España y los documentos de Salazar tampoco??? Tengo muchas lagunas.
    Muchas gracias por escribir esos dos libros que me han abierto los ojos y espero q lo se lo abran a mucha más gente, sobre todo a votantes del PP.
    Un abrazo, Blas.
    José Carlos

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  18. Resulta que me cauer tó que no penco la toga del suerto. Y anda con la huesa de la torpe que m'a entrestorpegao un huero. Y a cayo resuerto cauentó, rediez...

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