lunes, 26 de mayo de 2014

Podemos seguir manteniendo el régimen

Cualquier lector culto sabe que Felipe González fue una creación de servicios secretos extranjeros, con ayuda del franquismo infiltrado, para controlar la Transición dando el poder a una izquierda que aceptara los consensos internacionales a los que interesaba que España no fuera un problema sino una marioneta. Cuánto me recuerda Pablo Iglesias esta memoria histórica...

Es triste comprobar cómo la señora que sale de misa del domingo, el ciudadano cabreado con la casta y el socialista que aspira a medrar en el PSOE han votado lo mismo. Sí, los votantes de PP, PSOE, Izquierda Unida y Podemos han votado lo mismo.  Junto con casi todos los que no han votado. Sobretodo esa derecha que ya ni lo es. Si, señora, usted, que quería votar a Cañete para que no triunfara la izquierda ha facilitado la llegada de una izquierda todavía más radical. Es más, desde 1975 todo el desastre de España viene avalado por los votantes de derechas que siguen premiando a sus políticos, que cambian principios por corrupción.

Sí, quien ha votado y no ha votado al PP, ha votado a Pablo Iglesias. Porque Pablo Iglesias es una creación del Ibex 35, de Botín y Lara, de la casta, de sus dos grandes partidos y de su televisiones. Para desgracia y ridículo de sus votantes. Ahora la izquierda radical cree que tiene democracia y celebra cómo la utilizan, el PSOE tendrá motivos para elegir otra vez el consenso para no desaparecer y el PP jugará al voto del miedo. Pablo Iglesias conviene a todos. Y justo ocurre lo que quieren los dos grandes partidos. Sí, vistos estos resultados, podemos, podemos seguir, le dirá Rajoy a Rubalcaba en la próxima copa en la Zarzuela... Podemos seguir robando. Podemos seguir manteniendo el régimen.

Todo voto inútil, salvo la esperanza de que VOX se consolide después de pulir algunos fallos. VOX debe pulirse y trabajar más que nunca para ser una derecha nacional con caras nuevas, absolutamente renovadora y profundamente crítica con éste régimen y cuyo fin debe ser un cambio político radical y olvidarse de querer ser el PP de Aznar, ni nada que se le parezca. Otras fuerzas sensatas, o menos, más a la derecha, deben empezar a sumar en vez de, aunque no lo hayan pretendido, cosa que tampoco tengo nada claro, seguir favoreciendo al sistema mediante la dispersión del voto. Desde aquí mi felicitación, junto a los 250000 votantes de VOX, a los 500.000 de Ciudadanos, que es el voto del verdadero cambio y deberían estudiar alguna forma de colaboración, mirando sobretodo a Cataluña...

Sí, es cierto, mi entrada es muy crítica. Pero aquí hemos venido a escribir la verdad. Porque es desolador ver que quienes deberían haber aprovechado para dar un toque al PP, o han votado perdonando corrupción, aborto, excarcelaciones y traiciones fiscales o se han quedado en casa favoreciendo al sistema y a su nueva izquierda radical.  

No olvido el fuerte ascenso del separatismo, incluso del mudo etarra. El consenso en eso sí ha dado muestras de mantenerse con solidez gracias a las nefastas políticas de PP y PSOE. El bipartidismo no se desmorona para nada, sino que mueve ficha con sutil capacidad de superviviencia: al tiempo.

Como sentencié anoche en un tuit al conocer los resultados: la derecha que vota y la que no vota debe plantearse si quiere trabajar en serio por una España mejor, porque de momento, con las elecciones de ayer y unas cuantas mentiras más, los poderosos están celebrando el resultado a pesar de lo mucho que va a sufrir España: podemos seguir, se  dirán.





viernes, 23 de mayo de 2014

Mis reflexiones para estas elecciones

Coinciden los medios más libres con la opinión de muchísimos ciudadanos hartos de la situación nacional, crítica a nivel político, económico y moral: estas elecciones son claves para castigar a los responsables del triste panorama que padecemos. PP, PSOE y separatistas han montado un régimen de corrupción a todo nivel y son muchísimos los españoles que perciben que hay que desmontar este siniestro consenso que nos arruina y divide. Además, gracias a los nuevos partidos, además de castigar a los culpables, podemos votar propuestas constructivas.

Primera reflexión: yo sí creo que hay que votar. Y en ese sentido el mensaje de UPyD es muy bueno: si te abstienes, les indultas. Conviene añadir que si votas a los responsables de la situación, entonces eres cómplice. Al PP y al PSOE les favorece la abstención y el desinterés, porque así seguirán manejando el poder. Lo único que preocupa al régimen corrupto de PP, PSOE y nacionalistas es que se cuelen en el sistema los partidos pequeños, porque una vez que entren crecerán con su crítica feroz al montaje que está acabando con nuestra querida España. La abstención, también legítima, desgraciadamente beneficia al sistema. Lo ideal es votar a cualquiera de las opciones pequeñas. Las que tienen más posibilidades y son más realistas son Ciudadanos y VOX.

Otra reflexión viene a cuento de que no entiendo la campaña contra VOX de otra de las opciones, que no tiene posibilidad alguna de lograr representación. AES contaba con un trabajo de una década, con esfuerzo y dedicación de mucha buena gente para defender principios que ha devenido en una coalición con otro nombre y otros mensajes muy confusos, por unirse a fuerzas muy minoritarias que apenas suman y quizá sí resten, como me dicen buenos amigos. VOX se ha presentado defendiendo la unidad nacional, el Estado unitario frente al desastre autonómico, el derecho a la vida, la defensa de la familia y la libertad económica. VOX ha llegado con formas nuevas para principios de todo tiempo. Emprender una campaña contra VOX por opiniones personales es un grave error de estrategia y de pérdida del sentido de la realidad, porque VOX viene a defender principios y sería mucho más eficiente atacar a quienes los traicionan, PP, o ridiculizan, PSOE y con ellos toda la izquierda. Decir que VOX es el PP es otro disparate que se desmonta conociendo un poco lo que defiende el partido de Abascal y Ortega Lara: unidad de España, justicia contra ETA, vida, fin de las Autonomías...

Sobre la polémica del aborto, mal hacen unos en pretender monopolizar la causa de la vida atacando a quienes no les apoyan (VOX, HO, DAV), lo cual daña la causa de la vida. En este sentido, me dijo un importante activista de la causa de la vida en España: "desde AES me atacan porque quieren que diga que les apoyo, pero nosotros no podemos identificarnos con un partido concreto". Yo siempre iré de la mano con quien defienda el derecho a la vida. Se trata de sumar. La opinión personal y soltada nerviosamente en un debate por un miembro de VOX sobre esta cuestión no debió utilizarse para hacer una campaña brutal y antipática contra todo un partido. Por eso me han parecido injustas las posiciones de medios como Diario YA, Infocatólica e Hispanidad. Porque al final, tenemos las declaraciones de Espinosa de los Monteros, que ha afirmado contundente y claramente la posición del partido, que quiere defender la vida y pide aborto cero. Vean: "En VOX queremos aborto cero". Quienes han dado eco a las declaraciones de Quirós deberían también alegrarse por (y difundir) las declaraciones de Iván Espinosa. Si no lo hacen, para mí, está claro que la causa de la vida está por debajo de sus intereses. Y eso me parece lamentable.

No quiero eludir lo que he reflexionado, además, porque personalmente he recibido todo tipo de comentarios insultantes desde gente próxima, incluso familiares, que me han despreciado e insultado (también públicamente en las redes) por mi decisión de apoyar a VOX, explicada en detalle en mi blog. ¿Qué patriotismo puede haber ahí? Todo ello me ha confirmado que debo seguir en mi camino muy meditado. ¿Qué quieren que haga si me siento representado por lo que VOX defiende? He sufrido, he pasado malas noches. Han aludido a mi abuelo, incluso, como si yo no fuera hijo de un tiempo tan diferente y tuviera que pensar exactamente igual y utilizar las mismas formas y estrategias. Entiendo, y me entristece, que los ataques forman parte de la política, pero no a ese nivel del país sectario donde algunos creen que hay que estar al servicio de las ideologías cuando son las ideas las que deben servir a las personas. 

Termino con las conclusiones sobre mis reflexiones:

VOX es una oportunidad para lo que viene llamándose derecha en este país: unidad nacional, libertad política y económica, independencia judicial, reforma de las instituciones y defensa de valores y principios relacionados con nuestra historia y nuestra tradición. 

VOX es un partido abierto donde participo con ilusión. En VOX se puede aportar, se puede sumar. En VOX estamos muchos implicados para que se consoliden buenos principios y mejores estrategias. En VOX trabajamos todos alrededor de los pilares de nuestro Manifiesto Fundacional que me parece magnifico.

Esta es mi reflexión. Por favor, respétenla.





martes, 13 de mayo de 2014

ES LA HORA DE VOTAR PARA BOTAR

Aclaremos términos. Según el Diccionario de la Real Academia:

Votar, primera acepción, y referida a una persona:  dar su voto o decir su dictamen en una reunión o cuerpo deliberante, o en una elección de personas.

Botar, primera acepción: arrojar, tirar, echar fuera a alguien o algo.

Es decir, debemos hacer las dos cosas. Ahora. No voy a referirme a ningún partido. Habrá votos nulos que serán para la casta. Habrá una inmensa abstención, pero no será la que nace de un serio compromiso para deslegitimar un sistema corrupto sino la que beneficia al régimen, pues casi toda se basa en el pasotismo, la indiferencia y la ignorancia.

Hay que votar para botarles.  De una vez. No vuelvas a picar. Que no te engañen más.

Hay varias alternativas serias con posibilidades. Cada voto que logren será un gran daño para el consenso que el PP, el PSOE con comunistas, nacionalistas y Monarquía mantienen contra toda una nación.

Si votas para botarles, lograrás que no triunfe una campaña montada sobre mentiras económicas -España sigue en estado comatoso-, por más datos y estadísticas que cocinen interesadamente para mayor desprestigio de las instituciones.

Si votas para botarles podremos lograr una lenta transformación que siempre será mejor que volver al peor desastre. Vota para botarles, pero con inteligencia, con pragmatismo.

Hay alternativas, pero no hay ningún partido perfecto. La mayor perfección es implicarte para mejorar lo que puedas. Hay esperanza, pero hay que construirla. Se pueden cambiar las cosas, pero hay que implicarse.

Puedes pasar de todo, pero no tendrás autoridad para quejarte. Puedes despotricar, pero no construirás nada. Tienes una oportunidad, pero puedes caer en la trampa que más desea la casta: que no votes, que te abstengas, un voto nulo. Para ellos, todo lo que no sea contra ellos, es a su favor. Medita. Estudia. Reflexiona. Habla. Convence. Actúa. 

lunes, 5 de mayo de 2014

Malas formas que desprestigian causas buenas

Hay causas que son tan elevadas, tan sagradas y tan bellas que necesitan de mucha humildad para defenderlas, que necesitan de cierta genialidad para transmitirlas, que precisan de ternura y amor, que precisan palabras apropiadas y formas exquisitas, elegantes discursos y estrategias meditadas. Que para que tengan éxito hay que tocar los corazones y elevar las almas, abrir ojos y curar sorderas. Hay causas que van en vasijas de barro y debemos tomarlas con el cariño con el que se cuida de un recién nacido y mimarlas con la ternura de una madre que pasa noches sin dormir por un hijo enfermo...

Son causas que siempre deben estar por encima de las ideas y de la torpe lucha partidista. Son cuestiones urgentes, elementales, pero aparentemente perdidas en un mundo enloquecido de racionalismo en exceso. Por eso son causas que solo serán movidas por sentimientos positivos y jamás lograrán nada con palabras altisonantes, condenas tremebundas y exabruptos dañinos. Menos aún con esas divisiones que provocan quienes señalan y acusan como si estuvieran en un  pedestal de moralidad... Fariseos de todos los tiempos, nunca cambiaréis. Un ejemplo: el éxito de comunicación del Papa Francisco, cuyo mensaje es siempre el eterno mensaje que la Iglesia no se cansa de repetir, se ha logrado precisamente dando un giro a las formas, no a los fondos, ganando las simpatías de muchos medios que hace poco tiempo dirigían envenenadas campañas contra el cristianismo. Tanto tenemos que aprender...

Pero he aquí que en España -y hoy quiero tocar la fibra de quienes piensan parecido a mi, no a quienes mantienen posiciones políticas más bien diferentes-, desde hace muchos años, cierto ámbito que quiere defender políticamente principios muy importantes, comete errores de bulto que solo llevan a desprestigiarlos -cuánto conviene al sistema-, provocando un daño muy grave. Veamos algunos puntos inquietantes, porque diríase que el adversario político logra dañarnos sin demasiado esfuerzo:

El patriotismo: algunos creen que el patriotismo debe ser patrimonio de una ideología política concreta, cuando todos deberíamos de estar unidos por la Nación por encima de las ideas. Ese patriotismo contradictorio es falso patriotismo, pues rechaza a quien no piensa igual, creando división. Al final, dañan a la causa de la unidad de España, que debe estar por encima de las ideologías.
La vida: algunos creen que la defensa de la vida es patrimonio de su ideología, cuando en los diversos partidos encontramos personas preocupadas por el disparate del aborto. Así, a quienes utilizan la defensa de la vida como arma arrojadiza, se les ha visto, de forma contradictoria, invertir esfuerzo en criticar a organizaciones provida, e incluso a la Iglesia Católica, solo porque no apoyan a su partido. Al final, dañan a la causa de la vida, que debe estar por encima de las diferentes organizaciones o partidos que la defienden.
La familia: algunos critican permanentemente a la sociedad sin saber dar el testimonio preciso y precioso de la belleza de la familia, de la única familia. Así, generan antipatías en un mundo que permanentemente sospecha y que necesita que le hablen al corazón, que necesita tocar y sentir lo bueno, lo verdadero y lo bello. Así, quienes condenan a los demás sin entender sus circunstancias, jamás lograrán nada positivo para la fundamental institución familiar.
Las víctimas del terrorismo: algunos han utilizado políticamente a las víctimas para hacer oposición al Gobierno de turno y después se han olvidado de ellas,incluso las han insultado y despreciado. Es otra muestra de una sociedad enferma, dirigida por unos políticos nefastos e inmorales. Al final, la causa de las víctimas ha perdido muchos puntos delante de la sociedad cuando los que han sufrido por España deberían ser un referente moral de todos.

Acabamos de ver una serie de cuestiones muy importantes, buenas causas, que deben ser tratadas con mucho respeto porque, actitudes interesadas y formas poco adecuadas pueden acabar haciendo más daño que bien. Algunos no me entenderán, porque su lucha política consiste en manipular estas causas por puro interés y sólo buscan matices o sacar afirmaciones de contexto para enfrentar y dividir. En este tiempo España necesita urgentemente un compromiso por unos principios básicos para lograr la gran transformación política que necesitamos. No se puede exigir un acuerdo de todos con todo, esto es, que todos pensemos exactamente igual. Así es la política. Pero si de verdad estamos convencidos de nuestros principios, podremos avanzar de la mano en muchas cuestiones con quienes piensan diferente. 

jueves, 24 de abril de 2014

El problema catalán (o sea, español) es el concierto vasco (o sea, las Autonomías)

Cuando alguien quiere demostrar que es superior suele empezar por remarcar sus diferencias. Ser diferente suele asociarse con ser mejor, porque nadie quiere distinguirse para quedar por debajo del resto. No está mal para el marketing, para vender cosas o para buscar trabajo, al contrario: es una estrategia elemental. Pero cuando esto se refiere a la cuestión política, por ejemplo al enfermizo separatismo de todo nacionalismo, la cosa es venenosa. Ya no importa ni la igualdad ante la ley ni la dignidad de las personas que no admiten el pensamiento único que se impone.

El caso es que estoy algo impresionado: en una reunión de negocios cerca de Barcelona, un extranjero preguntaba al cliente –representado por un catalán, un importante directivo de una enorme multinacional- sobre la situación de permanente queja de Cataluña: ¿qué os pasa a los catalanes cuando España –decía- es un país tan privilegiado, tan bonito, tan variado en el que se vive tan bien? Me llegan noticias muy preocupantes, pero quiero saber lo que piensa la gente de aquí… Pensando que la respuesta del directivo catalán sería políticamente correcta –había varias personas de diferentes lugares del mundo y yo de Madrid- mi sorpresa fue mayúscula cuando comencé a escuchar el típico discurso repetido por los líderes separatistas: España nos  roba, Cataluña financia al resto de España, en el resto del país tienen servicios que aquí no tenemos, no nos comprenden, somos demasiado solidarios con Andalucía y Extremadura, somos diferentes desde hace siglos, están intentando acabar con nuestra cultura y nuestra lengua… Hasta esto llega la inoculación del virus: un directivo de alto nivel, que viaja por el mundo, habla varios idiomas, que tiene estudios superiores incluido un MBA, ha hechos suyas esas consignas tan simplonas del separatismo. Es el poder de los medios del Poder.

Quise salir de allí para explicar a todos –con alguien repite consignas no tiene sentido entrar a un debate serio-, ya sin el sectario delante, las trolas del listado de argumentos separatista.  Y lo hice en cuanto nos fuimos a comer: Cataluña es una región quebrada con 50.000 millones de euros de deuda que sin el resto de España no podría sostenerse, que ha sido privilegiada desde hace siglos protegiendo su industria, que en estos últimos años se lleva la mitad del Fondo de Liquidez Autonómico, que necesita 2000 millones de euros del Estado cada año para poder pagar sus pensiones, que no cumple las sentencias de los tribunales que obligan a respetar la libertad de los padres para elegir el idioma en la educación de sus hijos,  que multa por rotular en castellano los negocios, que vende el 80% de su producción en el resto de España, que alrededor del 50% de su habitantes tienen como lengua materna el castellano y alrededor del 60% no son separatistas a pesar de 40 años de adoctrinamiento y que el gran robo a los catalanes es el perpetrado por CiU, estafando más de 3500 millones de euros durante sus gobiernos.

Para remate del tema –ya insoportable- y volviendo al inicio: todo esto surge por un falta de principios democráticos básicos: imperio de la ley e igualdad ante ella. Así, en esa España precipitada y aturdida de la Transición, se coló por la puerta de atrás un modelo político para mantener el poder de los que mandaban, sencillamente trastocando el fondo ideológico del sistema. Ahora, el nuevo régimen, necesitado de un pacto permanente con la izquierda y el separatismo para sostenerse, debe satisfacer las ansias imperialistas de cualquier nacionalismo. Y así es como se despreció a la ley y al principio sagrado de la igualdad ante la misma. El café para todos, cocinado a prisa, no sólo no podía saciar a todos, sino que los envenenaría poco a poco. Así, la Transición, volviendo a todos los errores políticos de nuestra historia, rescató instituciones y privilegios propios de antiguas épocas que no pudieron ser modernizados y surgieron, poco a poco, divisiones entre los españoles. Por eso, el problema catalán es un problema muy español: tenemos falta de una verdadera democracia, un régimen que no garantiza ni el cumplimiento de la Ley ni la igualdad de todos ante la misma y una sociedad desinteresada de la política y por todo ello nos sobran los políticos dispuestos a aprovecharse de nosotros.

La única solución es que no haya café tan perjudicial para nadie. Porque si no hubiera concierto vasco ni Autonomías, tampoco habría tal problema catalán. Los progresistas que tanto miran a Francia olvidan el centralismo francés, la defensa férrea de su unidad y la negación –ahí sí- de cualquier atisbo de regionalismo. Pero en una España a las puertas del XXI la clase política ignorante y malvada nos llevó de nuevo a la Edad Media, impuso conciertos de privilegios y divisiones peligrosas, una cesión constante ante los enemigos de la unidad y una financiación sin límites de su causa que es la verdadera aspiración del separatismo egoísta: una independencia disimulada y un chollo económico, esto es, una separación de hecho pero financiada por el resto de España, tal y como ya la disfruta el PNV –ellos, tan callados- gracias a los poderes que mandan desde el 75. Por eso, de una vez, debe imponerse el mismo régimen fiscal a todos los españoles -pagan las personas no las regiones- y suprimirse las Autonomías –el auténtico Estado del Bienestar de los políticos y ruina de los ciudadanos- y que todos, todos los españoles, seamos iguales ante una misma Ley que todos debemos cumplir. Y punto.

Cuando, camino del aeropuerto, contemplaba las decenas de banderas independentistas que llenan de color, y de locura nacionalista la imponente Diagonal, aluciné viendo una gran pancarta colgada de un edificio decimonónico: Independencia es libertad, es dignidad y es más ocupación. La pena que me producía tal soflama se disipó cuando, entre tanta bandera nacionalista, pude ver una enorme Bandera de España colgando también, solitaria, valiente, libre, de otro balcón más alto. Y recordaba otra grata noticia: ayer más de mil catalanes de diferentes partidos acudieron al acto de Sociedad Civil Catalana abarrotando un teatro de Barcelona en contra de la tiranía separatista. Ahora, cuando termino de escribir, solo queda decir: España siempre reacciona, España es maravillosa y no podrán con ella. ¡Viva España!